El «desprecio a lo internacional» de Javier Milei marcará relaciones con Venezuela
La postura del presidente electo Javier Milei se orienta a mantener las relaciones comerciales manejadas por privados, más que un acercamiento diplomático, especialmente con países opuestos a su postura de derecha y «libertaria». Expertos consideran que el respaldo a la migración venezolana se mantendrá en el nuevo gobierno. La consultora Eglée González-Lobato considera que un cierre de las relaciones con Argentina sería un retroceso no solo para Venezuela, sino para la posición de ese país dentro de la región
La contundente victoria de Javier Milei en las elecciones presidenciales de Argentina obliga a un reacomodo dentro de la región, pues las relaciones históricas con aliados como Brasil pasarán por el tamiz ideológico donde hay claros desencuentros. En el caso venezolano, se pierde un socio importante en medio de un escenario económico y político que le es adverso a la administración de Nicolás Maduro.
El internacionalista y profesor universitario Luis Daniel Álvarez no considera que Milei llegará al extremo de romper relaciones con Venezuela, pero mantenerse a nivel diplomático con el país –del cual está alejado ideológicamente– tampoco estará dentro de sus objetivos. «El tema internacional no le importa, ya lo demostró en los debates. Para Milei el desprecio hacia la política exterior era latente. Dijo que no le daría prioridad porque tenía que afianzar las relaciones económicas. Incluso cuando Sergio Massa le sacó en el debate que pensaba romper relaciones con Brasil o con China (…) la respuesta fue que las relaciones comerciales van a lo privado».
Lo que sí puede ocurrir, resalta Álvarez, es que las relaciones entre ambos países pasen a un plano secundario «donde probablemente no se designe a un jefe de misión, donde Venezuela a lo mejor retirará a su embajador en Argentina, y donde el embajador argentino (Óscar Laborde), que era una persona fuerte dentro de la retórica peronista (…) probablemente no vaya a continuar».
«De que viene un enfriamiento de las relaciones, viene. Milei apuesta más al escenario interno, de cómo logra convertir en certezas las propuestas de campaña», afirma Álvarez.
La doctora Mireya Rodríguez Álvarez, expresidenta del Foro Mundial de Mediación, destaca que si hay algo claro dentro del proyecto La Libertad Avanza, que encabeza Javier Milei, es su claridad ideológica. «Desde sus inicios dijo que sus aliados a nivel internacional eran Estados Unidos e Israel, y que no le interesaba, por ser una expresión libertaria, establecer relaciones con países de tendencia comunista o lo que eso implica».
La noche del lunes 20, el mandatario Nicolás Maduro tildó al presidente electo argentino de «neonazi» y aseguró que su gobierno significa una «tremenda amenaza para la región». Un día después, Javier Milei respondió: «A la dictadura de Maduro, nosotros la condenamos. Al margen de lo muy inapropiado de los términos que utilizó para calificarme».
Rodríguez considera que las relaciones entre ambos países pueden sostenerse si no hay ataques del lado venezolano. «Si no lo provocan, no hará nada en particular (…) Si ya dijo que no quería ningún tipo de vinculación con China, con Rusia, con Brasil, imagina dónde queda Venezuela que es un alfil de poca monta en los escenarios internacionales frente a estos monstruos».
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Destaca además que la parte comercial «la van a dirimir los particulares, es decir, que si una empresa quiere hacer negocios con Venezuela que lo haga por su cuenta, pero no se van a establecer incentivos o mecanismos especiales para favorecer ese comercio. Javier Milei ve ese comercio como un asunto privado».
Por su parte Eglée González-Lobato, consultora internacional en Participación Ciudadana, Elecciones y Democracia, señala que la victoria de Milei genera enormes incertidumbres, más que certezas. Asegura que si el economista toma «una vía de cierre de lo que se ha abonado entre Argentina y Venezuela, en mi opinión, sería un retroceso no solo para Venezuela sino para la posición de Argentina dentro de la región».
González-Lobato espera que los funcionarios del nuevo gobierno argentino, especialmente desde la Cancillería, «abonen a las buenas relaciones o permitan que se abone al esfuerzo que se está haciendo desde América Latina y el Caribe para apoyar una elección justa y libre en Venezuela».
La negociación entre la administración Maduro y la Plataforma Unitaria venezolana es otro de los temas en los cuales Argentina había presionado –junto a Brasil, México y Colombia– para que se restableciera. En los acuerdos firmados el pasado 17 de octubre en Barbados estuvo presente una representación de ese país, pero no queda claro cuál será la posición de Milei sobre este asunto.
Para la expresidenta del Foro Mundial de Mediación, es posible que el nuevo presidente argentino se guíe por la posición que establezca Estados Unidos al asunto. «Veo lejano un pronunciamiento del nuevo presidente sobre las negociaciones entre la administración Maduro y la oposición venezolana. No es un tema prioritario (…) Hay más proclividad a seguir la línea que en este punto dicte Estados Unidos».
Los matices de Javier Milei
Eglée González-Lobato destaca que el economista ganó con un 55% de apoyos, pero a su vez «tiene un 45% en contra y esto conlleva a varios análisis de lo que puede ser la posible gobernabilidad, y en eso entran las relaciones internacionales. Uno de los grandes dilemas es cómo logrará pasar de esa radicalización política a una gobernabilidad que ya pide. Hasta ahora no hay anuncios de una coalición clara con Mauricio Macri, especialmente, que fue un gran factor de movilización para este segundo balotaje».
Considera que esto formará «un gobierno de Milei con apoyos. Eso traducido a las relaciones internacionales es poco claro».
Resalta que se deben analizar las muestras que ya hubo: pareciera que va a jugar con la visión económica de Estados Unidos para manejar el tema económico; pero además están las rencillas con Lula da Silva, que puede dejar dudas sobre la integridad de Argentina en Latinoamérica y cómo puede ser el fortalecimiento de la región desde la presidencia de Milei.
«Se genera incertidumbre si tiene más peso la ideología política que el interés por los Estados en sí mismos, el respeto a los Estados y la sociedad», continúa la directora de la Cátedra Libre Democracia y Elecciones de la UCV.
González-Lobato afirma que Javier Milei «ha sido un fenómeno electoral», cuyo triunfo no solo se debe a un prolongado estancamiento y crisis de la economía argentina.
«El comportamiento electoral deja otras lecturas. La visión de cada ciudadano postpandemia, la penetración de las redes y cómo se posicionó esa figura de Milei que, siendo de los cascos urbanos, se nacionalizó muy rápidamente. Sin embargo, siendo esto una realidad que le permite obtener la Presidencia, hay otra realidad y es que no tiene una mayoría en el Congreso», recuerda.
En este punto, el recién electo necesitará «para la sostenibilidad de su gobernanza» llegar a acuerdos con diputados del partido de Mauricio Macri y Patricia Bullrich. «Además necesita puentes dentro de las gobernaciones que tampoco tiene una presencia importante. Está obligado a la coalición, a los consensos (…) Javier Milei tiene una importante tarea por delante porque generó una expectativa gigante. Ya ganó y ahora tiene que gobernar, y tiene que ejercer gobernanza para darle confianza a aquellas personas que votaron contra una casta política que tanto estigmatizó en la campaña».
Migración venezolana
La Plataforma de Coordinación Interagencial para Migrantes y Refugiados Venezolanos estima que, para agosto de este año, 220.595 venezolanos se encontraban en Argentina. Con una crisis económica y una inflación superior al 100%, se generó una nueva ola migratoria de venezolanos residentes en ese país hacia otros lugares, especialmente Estados Unidos.
La doctora Mireya Rodríguez resalta que el nuevo presidente argentino sabe que la mayoría de la migración venezolana ha huido por razones económicas o de seguridad. «Hay muchos venezolanos, tanto individual como organizacionalmente, han apostado a su candidatura desde antes de haber ganado y, por supuesto, esperan que se faciliten algunos procedimientos que estuvieron muy lentos durante el gobierno de Alberto Fernández. Todo el problema de la protección de los hijos, la tardanza para entregar residencias, incluso residencias temporales. Durante el gobierno de Macri funcionó muy bien, pero no fue así con el gobierno de Fernández donde todo se detuvo en estrecha vinculación con la Embajada de Argentina».
El internacionalista Luis Daniel Álvarez también cree que Argentina mantendrá su nivel institucional en este plano porque «una cosa es estar en campaña y otra es tener que llegar. Milei se consigue con el muro institucional. El expresidente Macri, uno de sus aliados que puede dotarlo de cierta protección legislativa y que incluso va a incidir hacia Venezuela porque tiene una posición clara de lo que ocurre en el país, dijo que no va a poder cumplir cosas porque no tiene los votos en el Congreso».
Es muy probable que se mantenga la misma estructura de permitir la llegada de migrantes, insiste. «Hay una tradición en la política argentina. Es un país de una situación socioeconómica precaria pero con instituciones fuertes. No creo que haya cambios fuertes hacia la posición de los venezolanos o ningún otro tipo de migrantes».
El experto llama la atención sobre un sector que acompaña ideológicamente al nuevo presidente. «Es un grupo muy rígido en cuanto a ciertas conductas, políticas, que habla de trasladar al país a ciertas épocas muy duras del pasado y probablemente esos actores sean enemigos del tema migratorio, pero dada la cercanía de Macri allí y el discurso de Milei, no habrá variaciones sustanciales a los migrantes de Venezuela».
Mercosur, escenario pendiente
Uno de los escenarios que podrían cerrarse definitivamente para Venezuela es el retorno efectivo al Mercado Común del Sur (Mercosur), del cual fue suspendido en agosto de 2017 durante las protestas antigubernamentales y la elección de la hoy extinta asamblea nacional constituyente.
Uno de los principales impulsores de levantar la suspensión a Venezuela dentro del Mercosur es Brasil, una cuestión sobre la que Argentina (uno de los socios fundadores) no ha sido clara. La última reunión, en julio pasado, estuvo signada por el tema venezolano tras la inhabilitación a la candidata presidencial opositora María Corina Machado.
En ese entonces, el presidente Alberto Fernández reiteró su posición de que los problemas venezolanos deben resolverse a través del diálogo y la no injerencia de otros países en asuntos internos. «Si realmente queremos ayudar a los venezolanos, sentémonos en esa mesa (de negociación) para que vuelvan a dialogar y vuelvan a tener las garantías necesarias para poder recuperar la plenitud de sus derechos y la plenitud de su calidad institucional».
La doctora Mireya Rodríguez señala que el tema Mercosur «es totalmente abierto y será objeto de intensas negociaciones. El socio principal de Argentina es Brasil, es mutuo, pero hay diferencias ideológicas fuertes entre ambos presidentes».
Cree que el resto de los países en este espacio activarán sus buenos oficios «para acercar posiciones (entre Brasil y Argentina) y tratar de enfatizar en los proyectos de tipo productivo o socio cultural, pero a primera instancia hay un claro choque. Ya Lula dijo que no es probable que asista a la toma de posesión, su asesor Celso Amorim también dijo que no es conveniente».
Luis Daniel Álvarez considera que el presidente electo «le va a quitar fuerza, va a tratar de darle un capotazo, un poco la actitud que tuvo Bolsonaro en Mercosur: que no se sale pero tampoco le da fuerza para mover el carro».
Reitera que la institucionalidad argentina hace que el país no pueda desmarcarse de acuerdos ya firmados. «Si se quedara Argentina en Mercosur, y tendrá un inconveniente que es el tema brasileño (…) teniendo Brasil el porcentaje de incidencia económica que tiene en las finanzas argentinas. Allí el sector que lo acompaña tratará de moderarlo».
El internacionalista cree que Javier Mieli apostará a cierta política «de aislarse de algunos organismos porque no podrá salir de ellos. Va a ser un gobierno controversial, porque Argentina depende en muchos casos de estas alianzas. Es un país financieramente inestable, endeble, con una situación social muy peligrosa y marcada. Si no logra Milei entender que tiene que posicionar al país sobre la base de unas obligaciones que ya existen en unos entes de los cuales no se puede separar, es muy difícil que eso vaya a terminar bien».