El día que falló la maquinaria roja y causó preocupación a Maduro y su entorno
Somos Venezuela y Delcy Rodríguez entre los principales responsables de la debacle electoral. Los gobernadores y alcaldes no cumplieron con la meta y ahora se someten a un “castigo” de Miraflores
Autor: Hernán Lugo Galicia |@ HLGNapita
El oficialismo sabía desde hace un año que cualquier elección abierta y transparente la pierde, así que se confiaron en el Sistema Electoral Revolucionario (SER) que estaba activo 48 horas antes del 20 de mayo y, sin importar las cifras de participación, darían como ganador a Nicolás Maduro, quien no celebró como quería, pues estaba agotado y ojerozo.
Nadie debió distraerse, sino concentrarse en la meta, pese a las críticas nacionales, la presión internacional y la crisis social. Maduro percibía que las calles estarían vacías y se preparó para ir a votar temprano en Catia y dedicarse a lo suyo: dirigir personalmente la maquinaria y tratar de evitar la derrota.
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Al llegar al Palacio de Miraflores, Maduro se dirigió a la Sala Situacional y allí lo pusieron en contacto con los gobernadores y alcaldes, quienes eran los responsables de la movilización de la maquinaria y de revertir cualquier cifra adversa.
El 8 de febrero, el secretario ejecutivo del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), Eduardo Piñate, se reunió con los secretarios estadales y municipales y en ese encuentro quedó claro que los gobernadores y alcaldes tenían una cuota de votantes que buscar, y que debían tomar las previsiones para que, junto con 150.000 coordinadores del Movimiento Somos Venezuela (MSV), el plan no fracasara.
El plan original era producir la “mayor movilización electoral de la historia” pues así vencerían a los radicales de la oposición, alegarían que los comicios eran “legítimos por el baño del pueblo”, y por supuesto, podrían en marcha el aparataje del MSV, constituido como una especie de “caballo de Troya” para el 20-M. Es decir, como el CNE no podía atribuirle 8 millones al PSUV, estaba la mampara del MSV, a la que le darían los votos de los “ni-nis” e independientes.
Sin embargo, una cosa piensa Maduro y otra el pueblo.
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