El ejemplo de República Dominicana, por Sergio Arancibia
sergio-arancibia.blogspot.com
República Dominicana es un país que figura poco en el campo de las noticias internacionales, pero se puede postular que eso sucede precisamente porque la economía funciona relativamente bien en dicho país. Si funcionara mal, seria noticia cotidiana, pero afortunadamente eso no sucede.
En el trimestre enero-marzo del presente año la economía dominicana presentó un incremento de 5.7 %, con respecto al mismo período del año anterior, lo cual es una tasa de crecimiento sumamente positiva, tanto en el ámbito regional como mundial. En el transcurso del año 2018 la economía creció a un 7.0 %, lo cual convierte a República Dominicana en uno de los países de más acelerado crecimiento en toda la América Latina.
Y en el campo de la economía nada sucede por casualidad, excepto, quizás, el tener grandes yacimientos de petróleo o de otros minerales en el subsuelo del territorio del país. Si República Dominicana ha logrado los niveles de crecimiento que hemos mencionado, hay varias razones que lo han hecho posible.
Por un lado, el turismo. República Dominicana se han convertido en un polo turístico de nivel internacional, donde una red de hoteles de alta categoría le brindan a los turistas venidos de todas partes del mundo servicios de primera calidad. El Caribe brinda a todos los países ribereños hermosos paisajes, playas paradisíacas y aguas cálidas, pero nada de eso se traduce por si solo en ingresos económicos para el país sede, como bien sabe Venezuela, que tiene similar geografía, pero poco o nada de desarrollo turístico. Las playas caribeñas no atraen por si solas a los turistas que buscan una buena calidad de los servicios. Se necesita inversión nacional y extranjera, visión de futuro, políticas económicas adecuadas, infraestructura, logística, servicios de luz, agua, transporte, aviación, internet, gastronomía, etc., que funcionen durante las 24 horas del día y los 365 días del año. Todo eso República Dominicana lo ha venido construyendo en forma sostenida, de modo tal que el turismo se convierte hoy en día en una fuente fundamental de ingresos y de desarrollo para el país.
Lea también: Sadim y el Metro de Caracas, por Tulio Ramírez
En segundo lugar, el desarrollo industrial con alto peso de las maquilas. República Dominicana no solo produce y exporta aquellos bienes de más fácil manufacturación, sino que genera una cantidad importante de aparatos fotográficos y ópticos, y maquinaria electrónica, las cuales tienen más ponderación en la canasta de bienes exportados que los meros textiles, que suelen ser identificados como los productos maquilados que requieren menos capacidad tecnológica de la mano de obra empleada.
En el primer trimestre del presente año República Dominicana ha logrado exportar mercancías por un monto de 2.370 millones de dólares – que es una cifra mayor que todas las exportaciones no petroleras de Venezuela durante todo el año 2028 – lo cual implica un incremento un 6.34 % con relación a lo exportado en el mismo período del año anterior. Un aspecto interesante de estas exportaciones es que el 58 % de ellas se generan en zonas francas, lo cual implica un desarrollo institucional ampliamente utilizado en todas partes del mundo, que permite potenciar la actividad productiva y exportadora.
El ejemplo de República Dominicana, tanto en materia de desarrollo turístico, como en el campo del desarrollo exportador, maquilero e industrial llevado adelante desde zonas francas, son cuestiones que Venezuela debería estudiar con interés para incorporar de allí, a su agenda de mediano y de largo plazo, lo que le sea de utilidad.