El enemigo inglés, por Ángel R. Lombardi Boscán
Uno cree que sabe mucho de historia y en realidad no sabemos nada. La Historia de Venezuela nos inculca dos enemigos extranjeros desde la cuna hasta la tumba. El primero, el peor de todos, los malandros españoles con sus cascos y espadas matando indios. Luego, ya más reciente, el garrote del Tío Sam, despachándose a medio mundo en su Patio Trasero latinoamericano. Aquí en Venezuela les recordamos por sus abusos en la explotación del petróleo desde los tiempos de Juan Vicente Gómez el gobernante más entreguista que hemos tenido para no entrar otras aguas turbulentas y referirnos al angustioso presente.
Sólo que si analizamos bien esto. El verdadero enemigo de Venezuela proveniente del extranjero ha sido la «Pérfida Albión». Que a la calladita nos han intentado invadir en muchas oportunidades para arrebatarnos nuestro muy querido territorio. Veamos el expediente. 1739 y 1743 una flota invasora al mando del comodoro Charles Knowles con 19 barcos y 400 cañones intentó asaltar La Guaira y Puerto Cabello y desde ahí ocupar el resto del territorio. Los americanos españoles de ese entonces, nuestros antepasados directos, no lo permitieron.
En 1797 los ingleses nos arrebataron la isla de Trinidad. Tremendo golpe para nosotros en Venezuela. Que nunca jamás hemos vuelto a recuperar. Es una espina atravesada como lo es Gibraltar para los españoles.
Sólo que nosotros esto lo hemos olvidado por completo. Y ya sabemos que una sociedad sin memoria es una sociedad extraviada sin sentido trascendente de la autorrealización.
En 1806 vino Francisco de Miranda, un agente al servicio de Inglaterra, además de Precursor. Miranda no viene como particular. Su proyectada invasión estuvo coordinada con los ingleses en el Caribe. Miranda, un romántico idealista y aventurero, no tenía las condiciones para triunfar. Hay que averiguar las razones secretas del porqué los ingleses no financiaron la expedición del Leander de un modo directo y obligaron a Miranda a organizarla desde los Estados Unidos.
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Después tenemos la «invasión» de la Legión Británica que desde el año 1817 se hace presente en la Guayana liberada por Piar. Estos mercenarios ayudan a Bolívar a ganar la guerra y se llenan de gloria en Carabobo aunque todos mueren y ni se enteraron de la gran gloria. Edgardo Mondolfi Gudat, tiene un libro herético sobre esto con el sugerente título: “El lado oscuro de una epopeya. Los legionarios británicos en Venezuela”, del año 2011. Muy recomendable porque pone los hechos en su sitio.
Esos extranjeros británicos ayudan a Bolívar a conquistar o liberar el Sur del continente. Depende de la perspectiva de como se mire esto. El mismo Bolívar, al parecer, coqueteó con la idea de darles a los británicos la Gran Colombia (1819-1830) como protectorado debido a la anarquía reinante y su muy grande decepción de presenciar la traición y el puñal de parte de sus más cercanos aliados y “amigos”.
Carlos Marx, enemigo declarado del Libertador, escribió que Bolívar llegó a ser Bolívar debido a la “Legión Extranjera” y que sin ése esencial apoyo el caraqueño nunca pudo haber vencido a los partidarios de la Monarquía española.
Es curioso que el imperio hispánico de donde provenimos haya sido muy malo y el imperio británico muy bueno por el sólo hecho de que el Libertador se hizo su aliado para lograr nuestra Independencia.
Fallecido Bolívar en 1830, repudiado y derrotado por sus principales aliados, entre ellos Páez, quién creyó en Venezuela y no así en la Gran Colombia, a los ingleses no les quedó valedores de peso. Así que sin disimulos intentaron cogerse el Esequibo a lo largo de nuestro penoso siglo XIX signado por la debilidad histórica/social más absoluta.
Hay un voluminoso “Diario” de un diplomático inglés entre los años 1825 y 1842, de nombre Sir Robert Ker Porter, asentado en Caracas y que hay que leer de manera cuidadosa. Estoy seguro que ahí encontraremos todas las pistas de como los ingleses se las ingeniaron para hacer de Venezuela una nueva colonia, sólo que ésta vez, de ellos. El Esequibo arrebatado por los ingleses a Venezuela desde su base de operaciones, la Guayana Británica, representa 159.542 kilómetros cuadrados de soberanía perdida para vergüenza de nuestros indolentes caudillos, políticos, diplomáticos, y sobretodo, militares.
La guinda la pusieron cuando en el año 1902 durante la Crisis del Bloqueo contra el tirano Cipriano Castro una coalición de potencias extranjeras encabezadas por Inglaterra por muy poco nos invade y convierte en súbditos de la gloriosa Su Majestad la Reina de Inglaterra.
Poca gente lo sabe pero los Estados Unidos con su odiosa Doctrina Monroe del año 1823 fue lo que nos salvó de perdernos por completo. Así que Inglaterra no ha sido nuestro angelito de la guardia sino una peligrosa amenaza a nuestra integridad territorial.
Ahora si entendemos, el clamor nacional, salido de las entrañas, cuando en el año 1982 hubo la crisis de Las Malvinas. Estados Unidos al lado de Inglaterra mientras que Venezuela al lado de la Argentina. Ya sabemos que los parientes a pesar de las diferencias que puedan existir en el momento de la verdad se apoyan. Obviamente, ganaron los parientes más ricos sobre los parientes más pobres como es el caso de todas las guerras en el mundo.
Director del Centro de Estudios Históricos de LUZ