El Esequibo: despojo, indolencia y cobardía, por Beltrán Vallejo
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Buena parte de los venezolanos, su abrumadora mayoría, está acorralada por la cotidianidad de subsistencia y por el sinnúmero de problemas que acontecen dentro de nuestro territorio, y presta poca atención a ciertos escenarios internacionales que están salpicados por un debate confuso, propagandístico, lleno de politiquería y en algunos casos hasta con intentos de banalización o de encasillamiento en el debate político entre dictadura y oposición.
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No obstante, a pesar de esos nubarrones, hay que reconocer que esos frentes aturden, complejizan y hasta hieren la realidad y los intereses de todo un pueblo. Y, además, en esos frentes hay responsabilidades nacionales; en los temas hay personeros de nuestro país que tienen su cuota de responsabilidad en el hecho de que estén abiertos y haciendo más compleja la realidad actual y la coyuntura histórica por la que pasa Venezuela. Entre esos frentes se destaca el despojo que nos viene haciendo Guyana en el territorio Esequibo.
En el caso del Esequibo, el país todo debe ponerse de pie en defensa de un territorio que es nuestro. Sin embargo, el pueblo en su mayoría ni pendiente de ese despojo, y eso es debido a una falta de sensibilización colectiva sobre esa materia. ¿La pregunta es quien convoca a la unidad nacional? Hay tanta ilegitimidad e incapacidad en los actores que fungen como líderes que no tienen la suficiente condición para unir al país en torno a la defensa del territorio patrio.
Ahora, yo me hago una pregunta que para algunos sonará impertinente. ¿Qué hicieron los gobiernos desde 1830 hasta este 2023 para defender el saqueo territorial del Esequibo realizado primero por los ingleses y después por los guyaneses? Entonces, Venezuela es un país de gobiernos irresponsables.
Cuidado, que no se interpreten mis palabras como tambores de guerra. No estoy expresando sugerencias para que hagamos como los argentinos en el año 1982 en su intento de recuperar las Malvinas militarmente donde, después de una breve guerra y centenares de muertos, ellos fueron derrotados por los británicos, liderizados por el gobierno de Margaret Thatcher. Además, no creo que Maduro y compañía cometan el mismo «atrevimiento», por muy legítimo que sea, de los argentinos de la época que con ese error le dieron punto final a su simiesca dictadura.
Lo cierto es que debemos sentir pena y vergüenza como país por no haber hecho nada en defensa del Esequibo.
Y hoy, en este año 2023, cuando Guyana radicaliza su ofensiva de saqueo territorial, consiguiendo avances en cortes internacionales, entregando ese territorio a trasnacionales petroleras, consiguiendo apoyo de occidente y hasta de China, la muy amiga de Maduro; entonces, lo que le queda al Estado venezolano y al pueblo en general es a actuar con hidalguía. No hay espacio para la retórica demagógica y de pantallas de televisión.
¿Saben cómo la ExxonMobil llama a esa mina de petróleo que es el territorio Esequibo? «La Nueva Dubai». Los guyaneses están más conscientes que nosotros de lo que significa este emporio; sus esperanzas de bienestar como pueblo están puestas sobre ese territorio. ¿Y nosotros de que estamos conscientes?
Voy a citar los comentarios del presidente Chávez y del presidente de Guyana que salieron de un encuentro que tuvieron en Caracas donde se firmaron «acuerdos de hermandad».
Manifestó el presidente de Guyana que celebraba esa reunión donde se superaban las diferencias limítrofes entre ambos países, y resaltó el apoyo brindado por el gobierno venezolano a las naciones más pequeñas, especialmente en el área comercial.
Y dijo el comandante Chávez, ya me lo imagino muy orondo, de que se trata de «una relación política, económica que hoy se ve fortalecida, reimpulsada dada las circunstancias políticas de Guyana». Y también dijo que «Guyana cuenta con un gran potencial a nivel de agricultura, estamos ofreciendo fertilizantes y ellos su transferencia tecnológica».
Gracias a este tipo de diplomacia clientelar, nuestro país ha sufrido tanto daño.
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