Cierra PetroApp: Gobierno pone el último clavo al ataúd del petro
Los fondos de la PetroApp —alojados en petro, bitcoin, litecoin o dash— fueron convertidos a moneda nacional en el proceso de transferencia, utilizando la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV) para calcular el valor de esas criptomonedas en bolívares
Este lunes 15 de enero culminó el plazo anunciado por el Gobierno para la transferencia de fondos de PetroApp, billetera digital del petro y otras tres criptomonedas, al Sistema Patria, un proceso que se completaría automáticamente sin intervención alguna de sus usuarios.
De esta manera, los pocos remanentes del petro que tenían aun una efímera presencia en la economía venezolana acabaron siendo convertidos a bolívares, desapareciendo casi por completo —y por debajo de la mesa— la existencia de la fallida criptomoneda venezolana.
Esto ocurre nueve meses después de que el Gobierno ordenase la interrupción de las actividades de la Superintendencia Nacional de Criptoactivos (Sunacrip) y paralizara parcialmente el ecosistema de criptomonedas confeccionado por el propio chavismo, con una transferencia paulatina de fondos que inició a finales de diciembre de 2023.
La PetroApp fue una billetera creada por la Sunacrip para gestionar el petro, la criptomoneda que Nicolás Maduro pidió crear. En su momento fue promocionada como una solución a los problemas de la economía venezolana y su principal promotor en el marco de su lanzamiento, Carlos Vargas, llegó a asegurar que la población podría utilizar sus petros para comprar panes en una panadería.
Lejos de este panorama idílico que vendió el Gobierno con su discurso, el petro apenas tuvo uso tras su lanzamiento —un proceso plagado de vaivenes, dilataciones y cambios—, principalmente con operaciones de compraventa (trading) que se registraban en su cadena de bloques (blockchain).
El chavismo intentó impulsar el uso del criptoactivo en varias ocasiones. En diciembre de 2019 pagó un aguinaldo de medio petro, equivalente a $30 para jubilados, pero la mayoría nunca supo cómo extraer ese dinero.
Algunas tiendas, como Traki, aceptaban estos fondos y posteriormente también se incluyeron petros como método de pago en las estaciones de gasolina, pero fuera de esos casos puntuales, el petro fue condenado al desuso.
Ahora, seis años después del anuncio de la creación del petro y a cinco años de su lanzamiento, poco a poco se desmonta el ecosistema creado para su implementación.
Con el cierre de PetroApp, el Gobierno no solo abandona su proyecto para promover petros, sino también con otras criptomonedas, pues la billetera digital soportaba también el almacenamiento de bitcoin, litecoin y dash; a pesar de que la mayor parte del ecosistema cripto en Venezuela opere al margen de las herramientas creadas por el oficialismo.
Los fondos de todas estas criptomonedas alojados en PetroApp fueron convertidos a moneda nacional en el proceso de transferencia. Se utilizó la tasa del Banco Central de Venezuela (BCV) para calcular el valor de esas criptomonedas en bolívares.
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Posible adiós al petro
El Gobierno se ha mantenido en silencio en todo el proceso de desmontaje del petro, pero teniendo en cuenta el panorama en el transcurso del año, todo parece indicar que la criptomoneda acabará por desaparecer.
A mediados de marzo, en el marco de la investigación «Pdvsa-Cripto» en la que se descubrió la desaparición de miles de millones de dólares de renta petrolera a través de billeteras criptográficas, Maduro instauró una junta interventora para «reestructurar» la Sunacrip. Esta tendría vigencia por seis meses, pero llegado el final de este lapso, se emitió un decreto para extender el plazo por seis meses más.
Desde que se instaló esta junta, presidida por la abogada Anabel Pereira, se ordenó la suspensión de las actividades en granjas de minería y las casas de cambio de criptomonedas (exchanges) con sede en Venezuela cesaron sus funciones mientras permaneciera el proceso de reestructuración.
Nueve meses después, todo ese ecosistema sigue paralizado y muchos de los que participaban en este esquema perdieron sus inversiones.
De igual manera, la «purga» en la Sunacrip afectó incluso a los trabajadores del organismo, que fueron despedidos a pesar de que no tenían conexión alguna con los hechos de corrupción ocurridos bajo la gestión de Joselit Ramírez como superintendente —mano derecha de Tareck El Aissami—, arrestado tan pronto como se destapó la olla.
Aunado a todos estos eventos, la blockchain del petro parece estar completamente paralizada. Las transacciones de toda criptomoneda quedan registradas en su blockchain y pueden ser revisadas a través de un explorador de bloques.
El petro no es la excepción y anteriormente era posible revisar las transacciones que se hacían diariamente. Ahora, al acceder al explorador, la información mostrada es de 0 bloques y 0 transacciones diarias, como si hubiese desaparecido por completo el registro.
Pero al margen de estas pistas, no hay información oficial por parte de los voceros del chavismo ni orden directa por parte de la junta interventora de la Sunacrip sobre el devenir del petro y el ecosistema de criptomonedas creado hace un lustro.
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