“El gobierno de la senadora Jeanine Áñez pende de un hilo”
La activista María Galindo, coordinadora de la Organización No Gubernamental (ONG) “Mujeres Creando”, dijo que la presidenta interina de Bolivia debe conducir la transición junto a la Asamblea Legislativa. Rechazó los caudillismos que reemplazaron al de Evo Morales y lamentó que el conflicto político pasara a un conflicto de odio
Tras la renuncia del expresidente Evo Morales reina la incertidumbre en el país suramericano, cuyos cambios han marcado la última semana. En ese sentido, la activista María Galindo, coordinadora de la Organización No Gubernamental (ONG) “Mujeres Creando”, señaló que hay una desestructuralización muy acelerada del Estado boliviano.
En entrevista para TalCual, Galindo, quien es psicóloga, repudió la manipulación del conflicto político y el desplazamiento del caudillismo que encarnaba Morales, ahora bajo asilo en México, por el de otros caudillos de los sectores oligárquicos bolivianos. Al mismo tiempo, advirtió sobre el terrorismo de Estado que se ha impuesto y a través del cual, aseguró, cualquier ciudadano puede ser blanco.
-El expresidente Evo Morales insiste en denunciar que en su país hubo un golpe de Estado y hasta habla de retornar
– Bolivia se está convirtiendo en un campo de concentración para todo tipo de aventuras y de hipótesis. No tengo una bola de cristal para saber si Evo Morales podría retornar o no. Antes de las elecciones generales, Morales estaba profundamente agotado, por eso probablemente forzó un fraude para ganar algo más de votos, sin embargo, también hay que decir que hay sectores importantes de la población que siguen apoyándolo. Al mismo tiempo hay que decir que el gobierno de Evo Morales es un gobierno que se había convertido en un gobierno caudillista sin renovación política, sin renovación generacional;, sin respeto a la propia Constitución; Morales está intentando aprovechar esta crisis política para presentarse internacionalmente como la víctima del golpe de Estado y recuperar la legitimidad internacional y en la sociedad boliviana; pero él pudo haber resuelto el conflicto mucho antes y de una manera menos dramática.
– ¿Cree que las denuncias sobre fraude electoral abrieron la compuerta para dirimir conflictos bolivianos de vieja data?
-La denuncia del fraude fue un detonante de la explosión de una indignación que se venía acumulando respecto a varios elementos, un referéndum que no se respetó, un manoseo de la propia estructura del Estado, una falsa apertura al diálogo, una concentración y abuso de poder excesivos que fueron caracterizando al gobierno de Evo Morales como un gobierno profundamente caudillista, arrogante. Efectivamente, las denuncias de fraude fueron aquellas que detonaron rápidamente por un hartazgo generalizado.
–La senadora Áñez se juramentó como presidenta encargada en medio de cuestionamientos por falta de quórum. ¿Es Constitucional este paso?
-No soy constitucionalista, no soy abogada, sin embargo, desde el punto de vista político es una ficción en la que estamos. Hay desestructuralización del Estado boliviano muy acelerada. La senadora es una figura periférica de la propia derecha boliviana y por lo tanto se puede decir que es una pantalla, no en términos de una misoginia porque ella sea mujer, sino porque realmente es una persona que jamás hubiese soñado ser presidenta del Estado, ni jamás se le hubiese propuesto. Su Ministro de la Presidencia es el brazo derecho del presidente del Comité Cívico de Santa Cruz, que es el conglomerado de los intereses de la oligarquía cruceña, quien probablemente sea quien esté gobernando el país.
En general, la sociedad no lo ve como un mandato legítimo, la idea es que es un mandato transitorio que va a pasar. Sin embargo, la senadora ha nombrado ministros y el ministro del gobierno, ha lanzado una advertencia drásticamente de terrorismo de Estado desde el gobierno diciendo que nos tenemos que cuidar cualquiera que hable de sedición, sin entender que hoy todas las voces han perdido legitimidad y que se puede entender cualquier cosa bajo la figura de sedición, eso puede desatar una cacería de brujas y una persecución de la que yo misma he sido víctima. En ese sentido, el gobierno de la senadora Jeanine Áñez pende de un hilo. Estamos pidiendo que la senadora encabece la transición junto al Parlamento, la senadora no tiene ningún pretexto ni ninguna autoridad para cerrar la Asamblea Legislativa Plurinacional de Bolivia que tiene un mandato hasta el 22 de enero del 2020.
– ¿La asunción de Áñez encarna el desplazamiento del caudillo de Morales por uno nuevo?
– Evo Morales encarnó una forma de caudillismo, concentró el poder en sus manos y el capital político en su figura. Para contraponer a ese caudillo se instaló, desde la oligarquía terrateniente racista otro caudillo que comparte características con Evo Morales: misoginia y machismo, una de las ofertas simbólicas, por debajo, del caudillo Fernando Camacho es devolver a los hombres el control sobre el cuerpo de las mujeres, un control que lo había perdido fruto de un proceso de emancipación que nace de la rebelión de las mujeres. Se ha utilizado la Biblia, el argumento de la familia y el control de la sexualidad como parte del juego entre caudillo y caudillo.
-Usted ha denunciado que en Bolivia el fascismo ha tenido varias manifestaciones en los últimos días y parece se extiende
– La fascistización consiste en lo siguiente: La sociedad boliviana tenía hasta hace una semana un conflicto político profundo que tenía que resolverse en el plano político. Esto quiere decir sin uso de fuerza ni de violencia y en el plano de las ideas y de los argumentos. Ese conflicto fue desplazado a la resolución por la vía de una intervención policial militar armada, donde los muertos los están poniendo de nuevo el pueblo en condiciones de total incertidumbre y en la exaltación de odios y temores. Hay una campaña de miedos, de instalar la psicosis en el conjunto de la sociedad boliviana para que convierta su casa en una trinchera, para que convierta a tu vecino en un sospechoso de cualquier cosa y para generalizaciones muy graves que no tienen fundamento en torno del otro diferente.
La sociedad boliviana es profundamente heterogénea, es una sociedad colonial, racista, machista, misoginia y homofóbica y todos esos odios han sido aflorados y explorados por la derecha extrema que está sacando ventaja y que el conflicto deje de ser político y se convierta en un conflicto de odio.
– Ha señalado que en Bolivia se disputa el control también sobre Venezuela, Cuba y Nicaragua. ¿Cómo se manifiesta esta intención?
-Detrás están los intereses de los proyectos chino, ruso y norteamericano no sobre Bolivia, sino sobre toda la región, pero también la disputa por el yacimiento de litio más grande del mundo. En Bolivia se está disputando el control sobre Bolivia, Venezuela, Cuba y Nicaragua, por decir lo menos. La crisis en la sociedad boliviana debe entenderse que no es una crisis que termina en las fronteras del país, yo creo que es unas crisis generalizada en la región y también creo que atañe a un proceso de privatización de la política, es decir, que las nuevas generaciones, los otros sujetos sociales que no sean el blanco, el hombre y el heterosexual hayan sido excluidos del proceso de hacer política mediante leyes.
-¿ Cuál es el objetivo del Parlamento de Mujeres que ustedes han instalado, que se busca?
-El Parlamento de las Mujeres tiene como objetivo visibilizar el cuerpo y a la voz de las mujeres y abrir un escenario plural en la sociedad boliviana. En los dos primeros días, hubo gente del Movimiento Al Socialismo (MAS), hay gente de la oposición, de los más diversos sectores. Se trata de volver el conflicto al plano político y sacarlo de lo militar y fascista; la clase política no tiene nada que ofrecer a la sociedad y los cambios profundos van a salir de la sociedad.