El silencioso mazo de Diosdado
A Diosdado le piden que hable, que fije posición, que no pase agachao. Son compañeros de ruta que se sienten abandonados, que no entienden por qué calla, él que es tan hablachento. Tan valiente cuando se trata de algún opositor. Lo consideran uno de los guardianes del legado del difunto «eterno», quien en su persona resume la esencia de lo militar y lo cívico que es el chavismo original.
Lo llaman hermano, aunque en el título del artículo no coloquen su nombre de pila, le recuerdan que los ojos del comandante galáctico lo miran. Le reclaman haber dejado a la buena de Dios al ministro Rafael Ramírez, ojo ellos lo siguen considerando ministro. Toby Valderrama y Antonio Aponte le dicen a Diosdado que ha presenciado el linchamiento del que ha sido víctima el expresidente de Pdvsa y no ha dicho «ni una palabra, ni una mala cara, solo el incompresible silencio».
Aseguran que no es nueva la forma que está actuando la revolución. Que los sicarios primero asesinan al jefe y es ahora cuando su hermano Adán se lo reconoce, pero «no se da cuenta que convive con los asesinos de su hermano». Le preguntan, a Diosdado, si va a dejar que el PSUV se convierta en un circo romano, «en territorio de vendetta».
Piden que le den el derecho de palabra a Ramírez en el congreso del PSUV. Hasta ahora, Diosdado ha avalado, con su silencio, todo lo que Nicolás ha dicho del expresidente de Pdvsa. ¿Mantendrá el hombre del mazo su complicidad? ¿Por qué tanta prudencia? ¿Calla para no seguir el camino de Ramírez?