El índice democrático de Venezuela, por Gioconda Cunto de San Blas
X: @davinci1412
Desde el año 2006, el prestigioso grupo británico Economist Intelligence Unit se ha dado a la tarea de calificar a 167 países de acuerdo con criterios establecidos en un Índice Democrático, basado en cinco categorías: procesos electorales y pluralismo, funcionamiento del gobierno, participación política, cultura política y libertades civiles, que en una escala del 0 al 10 dan una medida de la virtud democrática por país. Según el puntaje alcanzado, los países son clasificados como democracia completa (puntaje promedio superior a 8), democracia defectuosa (6 a menos de 8), régimen híbrido (4 a menos de 6) o régimen autoritario (menor de 4).
De la larga lista, entresaco algunos a guisa de comparación. Una vez más, Noruega puntea como el país más democrático del mundo (9.81 puntos sobre 10); siguen, entre otros, Taiwán (8.92); Alemania (8.80); Uruguay (8.66); Costa Rica (8.29), clasificados como democracias completas. Entre los países latinoamericanos con democracias defectuosas se incluyen Chile (7.98); Brasil (6.68); Argentina (6.62); Colombia (6.55); Paraguay (6.00), entre otros. Como regímenes híbridos aparecen Ecuador (5.41); México (5.14); El Salvador (4.71) y otros.
Finalmente, como regímenes autoritarios tenemos a Cuba (2.65), Venezuela con un puntaje de 2.31 sobre 10, que nos ubica en la deshonrosa posición 142 entre 167 países (5.42 en 2006; posición 93; lo cual habla del deterioro democrático que hemos sufrido en dos décadas), una lista que cierro con Nicaragua (2.26) en América Latina y con Afganistán (0.26) en el puesto 167 global.
La clasificación indecorosa de Venezuela la confirma Freedom House, otro grupo de opinión que se ocupa de llevar el pulso de la situación mundial en temas de libertad y democracia. En esa escala, Venezuela apenas alcanza un puntaje de 15 sobre 100 en 2023.
Será interesante ver cómo este panorama pueda cambiar en 2024, un año atípico en cuanto a la lucha por la democracia se refiere. Cerca de 70 países, incluido el nuestro, hicieron o están en vías de hacer elecciones en 2024, calculándose que 4 mil millones de personas (el 50% de la población mundial) tienen derecho a votar. Si bien el asunto electoral es solo uno de los parámetros que miden los índices democráticos a los que nos hemos referido, él dice mucho acerca del camino que seguirán las naciones en el futuro inmediato.
Sólo por mencionar un par de impacto mundial: las elecciones plebiscitarias y manipuladas en Rusia aseguran un quinto mandato a Vladimir Putin, tras un dudoso 88% de votos a su favor, que afinca el estilo autoritario antidemocrático del personaje. En cuanto a la Unión Europea, salvo Francia, Italia y Austria, donde la extrema derecha avanzó notablemente, el resto de los países tuvieron una preferencia mayoritaria hacia la centroderecha, lo cual hace que el nuevo parlamento tenga una composición similar a la que tiene el saliente.
Esto último tiene particular importancia para nosotros los venezolanos, por el apoyo que desde Europa y otras latitudes recibimos en nuestras luchas por la libertad y la democracia. Lo vimos de nuevo la semana pasada, cuando en la reunión del G7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia, Italia y Canadá), efectuada en Italia, la declaración final de los participantes contuvo una manifestación inesperada sobre Venezuela que merece copiarse en su totalidad (traducción propia):
«Estamos profundamente preocupados por la crisis política, económica y humanitaria en curso en Venezuela y por el estancamiento en implementar el Acuerdo de Barbados de octubre de 2023, referido a los derechos de la oposición en el proceso electoral y a la decisión de retirar la invitación a la misión de observación electoral de la Unión Europea. Hacemos un llamado a Venezuela para implementar en su totalidad el Acuerdo de Barbados y asegurar unas elecciones competitivas e inclusivas el 28 de julio, que abarquen misiones internacionales de observación completas y creíbles. También exigimos el fin del acoso a opositores así como abogamos por la liberación inmediata de todos los presos políticos».
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No bastando con eso, la declaración final del G7 se detiene en el tema Esequibo: «Seguimos de cerca la evolución del conflicto entre Venezuela y Guyana sobre el Esequibo y vemos con buenos ojos los esfuerzos regionales en favor del diálogo entre las partes. Exigimos a Venezuela abstenerse de nuevas iniciativas desestabilizadoras. El asunto debe ser resuelto pacíficamente, en línea con la ley internacional».
La declaración del G7 fue despachada por el régimen con el donaire acostumbrado.
Mientras tanto, en acto de fe por la democracia, el 28 de julio iremos a votar con total convencimiento por Edmundo González Urrutia y la Unidad.
Gioconda Cunto de San Blas es Individuo de Número de la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales. Investigadora Titular Emérita del IVIC.
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