El liderazgo hispanoamericano, por Américo Martín
La dirigencia de la América Hispana está en deuda con tres revoluciones que no podrían ser olvidadas, la Mexicana en 1911, agitando frenéticamente la reforma agraria contenida en el Plan de Ayala de Emiliano Zapata, la Rusa en 1917 conducida por Lenin, Trotsky y Stalin y la Reforma Universitaria de Córdoba, Argentina en 1918 que modernizó y transformó el sistema educativo monacal y el proceso enseñanza-aprendizaje, hasta ese momento regía el imperativo principio del magister dixit, el profesor habla, el estudiante escucha y anota.
La Reforma cambió eso haciendo de los estudiantes y los profesores avanzados una masa crítica y renovadora. El impacto fue tan severo que los nuevos líderes asumieron la dirección del cambio y formaron los partidos llamados a promoverlos.
La pléyade reformista se expandió por todo el subcontinente, muchos procedieron a organizar eficaces partidos políticos, aprovechando los programas universitarios de la Reforma. En Perú, Haya de la Torre, Mariátegui y Luis Alberto Sánchez dictaron cátedra, organizaron y educaron; en Uruguay, Alfredo Palacios; en Argentina, Gabriel del Mazo; en Colombia, Germán Arciniegas. Surgió, pues, una peculiar democracia de partidos y se estructuró el pensamiento socialdemócrata.
Las grandes causas por la libertad y la democracia fueron encabezadas por ellos. En Venezuela ocurrió algo que llamaría inevitable, los estudiantes asumieron el rol que les correspondía por obra de la Generación del 28, ya que la dictadura gomecista no les permitió hacer lo que sus compañeros en el resto de América. La Reforma llegó tarde pero ¡mire que fue bien aprovechada!, todavía hablamos de la epopeya de los jóvenes del 28.
Los progresos democráticos permitieron aprovechar hasta el fondo a todos los luchadores que se mostraron dispuestos a unirse a la noble causa, de modo que el movimiento venezolano creció vertiginosamente. Era la idea de atraer a todo el que pudiera ser, no importa cuál hubiera sido su anterior militancia o neutralizar a quien pese a todo no pudiera serlo.
A la vista del extraordinario desempeño en defensa de los derechos humanos por Michelle Bachelet, se me ocurrió agradecer su esfuerzo, agregando que nuestra nación estaba en deuda con ella. Para mi sorpresa y la de Bachelet unos cuantos representantes del maximalismo extremista nos culparon de no haber logrado la salida de Maduro, algunos, con sorna, deslizaron que hablara por mí mismo porque ellos no le debían nada a Bachelet.
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El reciente informe de la Alta Comisionada, que tuvo un rápido y masivo respaldo en Europa y América, parece que les puso un parche en los labios. Espero que sean algo más respetuosos con la digna luchadora chilena.
¿Cuál es la salida a la bloqueada tragedia venezolana?
En este momento se plantean dos: la violencia ciega armada en forma de invasión extranjera, con la particularidad de que quienes la auspician no terminan de decirnos si ellos estarán en la primera línea de combate, la segunda es la participación electoral, la comunidad mundial pide elecciones libres. Recientemente me opuse a que insistiéramos en la abstención, cuando lo que debemos hacer es exigir que se alcancen las condiciones para unas elecciones transparentes. Creo que esa tesis la ha asumido la Asamblea Nacional, cosa que me satisface, porque las elecciones libres son armas de los demócratas y la no participación o participación fraudulenta lo son de los adversarios de la democracia.
La arbitrariedad cometida contra Nicmer Evans es reveladora del agudo descontento que reina en el PSUV y la Fuerza Armada, lo que de nuevo da lugar al esfuerzo por ganar a todo el que sea posible.
En fin, es fundamental que nuestro liderazgo luzca una mente clara porque las ratoneras y trampajaulas siguen montadas, solo que a estas alturas la razón de ser de ellas está a la vista, como lo está lo cuesta arriba que será hacer elecciones sin tomar en cuenta el efecto regresivo del coronavirus y toda la faramalla técnica que no ayuda sino enturbia la anhelada transparencia para un proceso electoral limpio y libre.
De modo que no creo posible que sean capaces de burlar a quienes ya tienen mucha experiencia en desarmar las ratoneras más ingeniosas, si es que puede haberlas.
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