El miedo es de ustedes, por Roberto Patiño
Desde inicios de este año, los vecinos de la ciudad de Caracas y de muchas ciudades del país, han sido testigos de un despliegue inédito de funcionarios de los cuerpos de seguridad y represión del Estado, caravanas de vehículos de todo tipo, uniformados armados hasta los dientes, patrullajes a horas inéditas, forman parte de una puesta en escena desplegado por un régimen que parece haber decidido prescindir definitivamente de los modales democráticos y asumir, sin vergüenza y a plena luz del día, su verdadera vocación autoritaria.
Estos patrullajes no parecen responder a una estrategia de seguridad y nada tiene que ver con una supuesta defensa de la soberanía nacional. En principio porque bien sabemos que el régimen carece desde hace mucho tiempo de una política integral de lucha contra el delito, limitándose al uso de la fuerza indiscriminada, de espaldas a las comunidades, sin el apoyo de especialistas en la materia, un despliegue de plomo y pólvora que nos ha dejado un saldo doloroso de abusos de autoridad y violación de los Derechos Humanos, con especial énfasis en los sectores populares.
Tampoco se puede aceptar la idea de que estos despliegues policiales y militares responden a una supuesta defensa de nuestro territorio. Como cualquier dictadura a lo largo de la historia, los poderosos que nos gobiernan se han vuelto adictos a la creación de cuentos donde poderes externos, aliados con sus adversarios políticos, conspiran para atacar al país, un relato absurdo y sumamente peligroso con el que justifica este permanente estado de excepción en el país, la persecución política y la asfixia de las libertades civiles. La supuesta «defensa de la soberanía», un deber legítimo de cada Estado, en Venezuela es una consigna con la que se busca apuntalar la dictadura.
Estamos siendo testigos en vivo y directo del esfuerzo con que el régimen pretende militarizar la sociedad, un proyecto de control de los ciudadanos para garantizar su obediencia, un sustituto precario ante la falta de legitimidad que tienen tras desconocer la voluntad del pueblo en las elecciones del 28 de julio.
Lo que no obtuvieron por la vía de los votos, pretenden ganarlo con el miedo, desplegado en forma de amenaza, en las calles de nuestras ciudades, lo que demuestra que más allá de las pantallas de Venezolana de Televisión, las cosas no parecen marchar muy bien para el régimen.
Lo que no parece entender es que el temor es un recurso endeble, incapaz de hacernos pasar la página de lo ocurrido el 28 de julio. Las amenazas se diluyen cuando se mantienen en el tiempo, mientras que el compromiso por el cambio pacífico y democrático que tenemos la mayoría de los venezolanos, se renueva todos los días cuando seguimos trabajando juntos por el retorno de la democracia.
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El temor que Miraflores pretende inculcarnos, es una extensión de la desconfianza hacia un pueblo que ha decidido sacarlos del poder. En definitiva, el miedo es de ustedes y no de nosotros.
Roberto Patiño es Ingeniero de Producción-USB. Magíster en Políticas Públicas-Harvard. Fundador de Alimenta La Solidaridad y de Caracas Mi Convive.
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