El miedo es libre, por Fernando Luis Egaña

Pero los poderosos también sienten miedo. Y ello los conduce a todo tipo de atrocidades. Sienten miedo por el rechazo del pueblo.
El miedo es una sensación muy desagradable, a veces paraliza, a veces suscita un valor insospechado.
El psicoanálisis lo trata de demostrar. Personas valientes en la vida ordinaria, se desmoronan por el miedo, sea por causas reales o imaginarias. Así mismo, personas replegadas y en extremo cautelosas, se transforman ante el miedo y les sale un coraje, también insospechado.
Ernesto Hemingway decía que el coraje es firmeza ante la presión. El gran psiquiatra vienés, Víktor E. Frankl, padre de la Logoterapia, estudió minuciosamente el tema cuando fue prisionero en los campos de concentración de los Nazis. Judío y agnóstico se dio cuenta de que lo esencial es el por qué, no el cómo. Si hay un porqué la vida cobra sentido, incluso hasta el martirio.
«No tengan miedo», fueron las palabras iniciales del luminoso pontificado del hoy San Juan Pablo II. Palabras profundamente arraigadas en la Palabra de Dios.
El miedo, desde luego, es una sensación negativa, impulsada por muchas razones, incluyendo, en primer lugar, por la violencia, sea física o moral. El miedo es el arma por excelencia de las dictaduras para aplastar la voluntad popular y buscar mantener el poder ilegítimo y represivo.
Pero los poderosos también sienten miedo. Y ello los conduce a todo tipo de atrocidades. Sienten miedo por el rechazo del pueblo.
No podemos no tener miedo. Está en nuestra naturaleza. Pero sí podemos unirnos para vencer el miedo y hacer prevalecer nuestras esperanzas, el por qué. El miedo es libre, cierto, por ello tenemos libertad interior para luchar contra la opresión y alcanzar una vida libre y justa.
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Fernando Luis Egaña es abogado (UCAB). Exministro de Información.
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