“El Muro”, por Reinaldo J. Aguilera R.
Un día de un ya lejano 1961, los ciudadanos de Berlín se sorprendieron al observar como durante la noche del 12 al 13 de agosto y sin previo aviso, se construyó un muro, primero de ladrillos sólidos y luego de hormigón armado el cuál dividió la ciudad en dos; comenzaba así una época incierta para muchos que no culminó la noche del jueves 9 al viernes 10 de noviembre de 1989 como muchos creen, es decir 28 años después de su construcción, si no el 3 de octubre de 1990 con la llamada reunificación de las dos Alemanias.
Se debe uno remontar un poco en la historia, para entender todo el proceso y de cómo se llegó a la construcción de “El Muro”; con el fin de la Segunda Guerra Mundial y luego de la rendición del régimen Nazi, en 1949, toda Alemania fue dividida, las tres zonas occidentales de ocupación se convirtieron en la República Federal de Alemania y el resto se transformó irónicamente en la República Democrática de Alemania, también se le llamó Alemania del Este; de éste modo empezaron en ambos lados los trabajos de reconstrucción y protección de las fronteras.
La división también trajo consigo la formación de dos Estados y se llevó a cabo entonces la separación política de los mismos, en la que hubo influencia por un lado de la Unión Soviética sobre la Alemania del Este y el resto de los aliados sobre la Alemania Federal; es de destacar que la reacción occidental ante la construcción del muro fue lenta: pasaron 20 horas hasta la aparición de las fuerzas militares en la frontera; 40 horas hasta que se comunicaron con el comandante soviético de Berlín; 72 horas hasta que protestaron ante la diplomacia de Moscú ya era tarde.
Se dice que, desde el fin de la construcción del muro de Berlín el 14 de agosto de 1961,140 personas perdieron la vida intentando franquearlo, otros estudios hablan de 261, con más de 100 resultando heridas de bala, contabilizando que 4.000 aproximadamente lograron cruzar a Occidente, muchos de los que lo hicieron fueron oficiales y soldados de la Alemania del Este huyendo de la cruda realidad que planteaba la nación socialista.
El pasado día sábado se cumplieron 30 años de la fecha en la que se abrió un boquete en el famoso muro y así se le dio vuelta una oscura página de la historia, es así cómo las naciones deben actuar para dar término a situaciones que en definitiva afectan a la mayoría y no permitir que unos pocos se beneficien de controlar todo y a todos; el caso de nuestra Venezuela ya supera los 20 años y parece que nunca fuera a terminar, pero créanlo o no ese final se acerca.
Vale decir que el monstruo de hormigón, no sólo dividió a una ciudad, también dividía a toda Europa y constituía el reflejo de un mundo bipolar, en el que se sentía muy claramente la presión por parte de las dos grandes potencias, los Estados Unidos (EE.UU) y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (U.R.S.S); importante es señalar que la caída de “El Muro” posibilitó la reunificación Alemana y casi simultáneamente la acelerada desaparición de la Unión Soviética junto al final de la Guerra Fría.
Hablar o escribir de todo lo que encerró la tragedia que fue el muro ameritaría un libro entero y no un simple artículo de opinión, lo realmente importante radica en que, aún luego de tanto tiempo la gente junto al propio desgaste de la mentira comunista ayudaron a poner fin a tamaña atrocidad, por lo que queda como lección que debe lucharse hasta en momentos en los que uno no tenga esperanza.
Algo curioso es que “El Muro de Berlín” lo construyeron los comunistas para evitar que la gente siguiera huyendo al lado occidental. Era ideología impuesta, es decir una cárcel, pero el eufemismo oficial socialista algo típico de su aparato de propaganda, lo llamaba: “Muro de Protección Antifascista” (Antifaschistischer Schutzwall); igual ocurre en nuestra Venezuela con todos los inventos de la Revolución sobre la materia, como, por ejemplo: “PDVSA es del Pueblo” y resulta que la empresa que tuvo prestigio mundial está en las ruinas, como ese existen miles de ejemplos.
Finalmente he de concluir que un simple error motivó la caída definitiva del muro aquel 9 de noviembre de 1989, dicho error es atribuido a Gunter Schabowski, quien fungió de portavoz del Comité Central del Partido Socialista Unificado de Alemania para el momento, ante la altísima presión que ejercían en las calles de Alemania del Este los ciudadanos, quienes exigían agilizar el paso a la Alemania Federal, éste señaló que se implementarían medidas con prontitud para que pasaran al otro lado y al preguntarle en vivo por televisión, en cuanto tiempo sería, Schabowski respondió: “De Inmediato”, de ésta manera miles de personas se trasladaron a los puntos de cruce en los 152 kilometros de extensión del muro, exigiendo la aplicación de lo anunciado y eso fue el principio del fin.
Por lo tanto, aquí lo que toca es perseverar, no rendirse, seguir luchando desde dónde uno pueda aportar algo, para colaborar con el fin de los años más oscuros que se han vivido en Venezuela, para poder recuperar la calidad de vida, reflotar la economía, ser lo que fuimos como sociedad e incluso mejores, tener el país que todos queremos y merecemos, en las manos de nosotros como ciudadanos está la solución, así de simple y sencillo.