El naufragio de Revenga, por Rafael Antonio Sanabria Martínez
Mail: [email protected]
En este mes de agosto se recuerdan los 200 años del desastre ocurrido a José Rafael Revenga, quien portando importantes documentos de la novel república de («La Gran») Colombia, partió a Europa con la importante misión de lograr el reconocimiento diplomático, pero la nave en la cual viajaba naufragó.
José Rafael Revenga fue importante figura pública durante los primeros años de nuestra vida republicana (1810-1830), se desempeñó como abogado, periodista, diplomático y estadista. En 1810 fue Secretario de Relaciones Exteriores. En marzo de 1811 fue enviado por el primer congreso venezolano, junto a Telésforo de Orea, en misión ante el gobierno de Estados Unidos. Aunque se entrevistó con el presidente James Madison y su secretario, la misión no llegó a nada concreto al producirse la caída de la Primera República.
De Estados Unidos viajó a Cartagena, donde se desempeñó como secretario de Bolívar. A raíz de la pérdida de la Nueva Granada volvió a los Estados Unidos, donde residió entre 1816 y 1817. Allá colaboró con el exiliado liberal español Francisco Javier Mina en sus planes de efectuar una expedición libertadora a México, y luego regresó a Venezuela.
En 1818 en Angostura, se desempeñó como uno de los principales colaboradores del Libertador. Contribuyó con la fundación del Correo del Orinoco, del cual fue director.
A fines de 1819 fue designado Ministro de Hacienda y Relaciones Exteriores de Colombia, cargo en el que permaneció hasta 1821, cuando le fue encomendada junto a Tiburcio Echeverría, la misión de viajar como enviado extraordinario ante la Corte de Madrid para negociar la paz. Ante lo infructuoso de las conversaciones con las autoridades españolas, volvió a Bogotá en 1822.
En agosto de 1922 emprendió nuevo viaje, esta vez hacia la Gran Bretaña buscando el reconocimiento, así como el arreglo de los asuntos fiscales. El 23 de agosto se embarcó en el Bergantín francés L’amitié con destino a Burdeos. Revenga iba acompañado de su secretario Domingo Acosta y un asistente de apellido Santamaría. Acosta era un hombre bien instruido y sirvió muchos años a Colombia como diplomático. Comenzaba en el Caribe la estación de tormentas y ciclones y al poco tiempo de haber partido, la nave fue azotada el por una tempestad que la hizo naufragar.
*Lea también: A mi maestra Yolanda, con cariño, por Tulio Ramírez
Esta desgracia sucedió el 26 de dicho mes en cinco pies de agua sobre bajo nuevo. Revenga pudo llegar a las costas de Santa Marta, junto con otros pasajeros y tripulantes, en dos pequeños botes, luego de una errática travesía llena de peligros por las copiosas lluvias y fuertes vientos que vapulearon las pequeñas embarcaciones durante catorce días. Santamaría murió en el trayecto, se perdieron varios documentos oficiales, así como gran parte de los 10.000 pesos asignados para la misión. Acosta enfermó seriamente, como consecuencia del percance y ya no acompañaría a Revenga cuando éste reanudó su viaje tiempo después.
En 1825, regresó a Colombia con la noticia de que Inglaterra había decidido reconocer a la nueva nación. Tras su éxito como agente diplomático, en septiembre de 1825 pasó a ejercer la Secretaría de Relaciones Exteriores, cargo que desempeñó hasta noviembre de 1826 cuando Bolívar al regresar de su campaña por el sur, lo llamó de nuevo a su lado como secretario general. En este rol acompañó al Libertador a Venezuela en 1827, participando junto a él en los esfuerzos por restaurar el orden público y las finanzas en dicha nación.
De vuelta a Bogotá, fue reincorporado en la Secretaría de Relaciones Exteriores, siendo nombrado además miembro del Consejo de Estado, cargo que ocupó hasta que a fines de 1828 Bolívar lo envía a Venezuela para que con el título de Ministro de Hacienda reorganizara las finanzas públicas y fomentase el cultivo del tabaco para pagar con lo obtenido de su producción, la deuda externa. Sin embargo, esta misión quedó interrumpida en 1830 por la disolución de (La Gran) Colombia y la muerte de Bolívar.
Luego pasó un tiempo apartado de la vida pública y dedicado a la agricultura y la ganadería. En 1844 volvió a la política al ser elegido diputado. Asimismo, tres años después fue nombrado presidente del Banco Nacional y en 1850 ocupó por un breve tiempo la jefatura del Ministerio de Relaciones Exteriores durante la presidencia de José Tadeo Monagas, cargo al que renunció por no querer refrendar la Ley de Espera y Quita, ya que la consideraba perjudicial para el crédito Nacional.
José Rafael Revenga fue hombre leal a la causa independentista, a Bolívar y a su idiosincrasia. De allí que Bolívar lo llamó alguna vez su hermano y su otro yo. La República le debe a Revenga, además, el haber salvado los papeles de la legación. .
Rafael Antonio Sanabria Martínez es profesor. Cronista de El Consejo (Aragua).
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo