El naufragio por desidia del Leicester City, por Gustavo Franco
Twitter: @GusFrancoH
El Leicester City ha descendido de la máxima categoría del fútbol inglés siete años después de ganar un título Liga increíble, dado lo improbable que era tal hazaña en aquel momento. Tan sólo la temporada anterior había apenas escapado del descenso, y se estrenaba con un nuevo entrenador para esa memorable campaña 2015-2016 con Claudio Ranieri. Y tras ganar esa Premier League, el equipo no se contentó con volver a comportarse como un equipo modesto. Logró subirse en dos ocasiones a las posiciones del ‘Big Six’ a las órdenes de Brendan Rodgers, y hace tan sólo dos temporadas ganó la FA Cup.
Antes de empezar la temporada 2022-2023, Rodgers advertía de que era necesaria una renovación del equipo. Dos piezas claves, como Youri Tielemans y Caglar Soyunçu, llegaron a esta temporada con un solo año en sus contratos y no fueron traspasados para asegurar recibir algo de dinero por ellos en vez de perderlos a cambio de nada. Además, Wesley Fofana —un prometedor defensa central— fue traspasado al Chelsea por 80 millones de euros. Y Kasper Schemeichel salió al OG Nice a cambio de un millón.
Incomprensiblemente, lo que antes era una enorme fortaleza del equipo (vender caro y encontrar excelentes jugadores jóvenes) sencillamente no ocurrió. El único fichaje de verano se hizo sobre el final de esa ventana, y fue en defensa central. El equipo fue capaz de incorporar otros tres jugadores en invierno, pero para entonces la dinámica era muy mala. Rodgers estaba condenado a trabajar con jugadores que él ya había dicho abiertamente que tenían que ser traspasados.
Así es como un equipo que tenía jugadores tan talentosos como Tielemans, Soyunçu, Iheanacho, Castagne, James Maddison, Harvey Barnes, Drewsbury-Hall, Patson Daka y el gran Jamie Vardy, sólo por el hecho de quedarse estancados, vivieron una regresión brutal que los llevó a la segunda división. Viendo los equipos que se salvaron, difícilmente se puede argumentar que Everton, Nottingham Forest, Fulham, o Aston Villa (este último quedó séptimo e irá a la Conference League) tienen mejor plantilla que el Leciester. Lo que condenó en definitiva a este equipo fue la desidia.
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Parece increíble decirlo, pero este equipo estuvo sin un jefe de reclutamiento hasta bien iniciada la campaña. Esto explica lo desnortado que estuvo en esa ventana de traspasos de la ya pasada temporada. Asimismo, estuvo sin la figura de un entrenador de jugadas a balón parado, un rol fundamental en el personal del cuerpo técnico en un fútbol cada vez más profesionalizado que busca sacar ventajas de márgenes cada vez más pequeños. Para que se tenga una referencia, el Liverpool y el Brentford tienen entrenadores específicos para los saques de banda.
Y así, el jefe de reclutamiento del Leicester City que fue contratado a mitad de temporada tendrá que planificar no un asalto a los puestos más altos de la Premier League, si no intentar volver a ella. Entendiendo además que los grandes jugadores con los que cuenta seguramente los perderá. Ya Tielemans y Soyunçu se irán y no podrán obtener nada a cambio. Por James Maddison deberán buscar sacar el mayor dinero posible, así como también Harvey Barnes.
El caso del Leicester City es una lección de cómo en el fútbol moderno, sobre todo en aquellos entornos donde hay mucha competencia, siempre hay que moverse hacia adelante. Quedarse estancado es en realidad un paso atrás. Y no importa los recursos con los que se cuente, y la forma en que se haga, hay que buscar avanzar siempre en los proyectos. Hay casos de equipos que siempre pierden jugadores, como el Brighton, y se las arreglan para conseguir jugadores muy talentosos para suplir esas bajas, invertir en el resto del equipo, e incluso ser rentables.
Efectivamente, el Brighton tras perder a su entrenador, Graham Potter, en el inicio de la campaña, trajo a un reemplazo (Roberto de Zerbi) que ya estaba capacitado para implementar una filosofía ideal para los jugadores disponibles. El equipo mejoró considerablemente su rendimiento con este cambio, a lo mejor no porque uno sea mejor que otro, sino por el efecto de un cambio de discurso combinado con el hecho de la idoneidad de la contratación. Cosas que vienen faltando en el Leicester City en los últimos años.
Efectivamente, el camino a la cima puede ser variado. Usualmente se necesita de jugadores talentosos como los que tuvo el Leicester en su gesta heroica de 2016, con Mahrez, Vardy y N’Golo Kanté. Todos esos jugadores no requirieron de grandes desembolsos, sólo de una buena operación de reclutamiento. Cosa a la que los ‘Foxes’ deberán volver desde la segunda división de Inglaterra.
Gustavo Franco es periodista deportivo. Es editor del portal web Línea de Tres
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