El oficio más antiguo del mundo, por Gisela Ortega
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La prostitución ha sido tradicionalmente descrita como «el oficio más antiguo del mundo», a veces, no sin polémica “trabajo sexual”. Comenzó teniendo un sentido religioso, donde el acto sexual se ejercía en los templos. Constituye una actividad perpetuada a lo largo del tiempo; practicada en todas las culturas del planeta desde la más remota antigüedad.
La prostitución – de acuerdo a Wikipedia y obras consultadas sobre el tema-, es la práctica o negocio de mantener actividades sexuales con otras personas a cambio de dinero u otros beneficios económicos. La definición de «actividad sexual» varía, y es a menudo definida como un acto que requiere contacto físico con él o la cliente.
Existen diferentes acepciones del vocablo «prostitución». Así, por ejemplo, prostituir puede también ser considerado como: «deshonrar o degradar algo o a alguien abusando con bajeza de ellos para obtener un beneficio», según el Diccionario de la lengua española de la Real Academia Española.
Una de las formas más antiguas de la que existen archivos históricos es la prostitución sagrada practicada inicialmente en Sumeria. Desde el siglo XVIII a. C. en la antigua Mesopotamia se reconocía la necesidad de proteger los derechos de propiedad de las prostitutas.
La prostitución sagrada; prostitución del templo o prostitución religiosa, se refiere a los primitivos ritos de carácter religiosos consistentes en el mantenimiento remunerado de relaciones sexuales, a menudo entre un visitante y un sacerdote o sacerdotisa destinado a ello. Las menciones más remotas se encuentran en la literatura épica sumeria, Destacándose en ella la figura de Shamhat que seduce a Enkidu y Ashu-shu-namir, encargada de rescatar a Inanna del inframundo. Sería precisamente a Inanna o Ishtar, diosa de la sexualidad, a quien este servicio estaría consagrado, recolectó el historiador antiguo Heródoto y varios otros testimonios del periodo helenístico y la Antigüedad tardía sugieren que estas sociedades fomentaban la práctica de ritos sexuales remunerados, no sólo en Chipre y Babilonia sino en todo el Oriente Próximo. .
Registros que datan de 2400 a.C es la primera mención registrada de la prostitución como ocupación. Estos describen un burdel del templo operado por sacerdotes sumerios en la ciudad de Uruk, dedicado a la diosa Ishtar.
En años posteriores, se sabía que la prostitución sagrada y clasificaciones similares para mujeres existían en Grecia, Roma, India, China y Japón. Tales prácticas llegaron a su fin cuando el emperador Constantino en el año 320 d. C. destruyó los templos de la diosa y las reemplazó con las prácticas religiosas con el cristianismo.
La prostitución era un lugar común en el antiguo Israel. Hay varias referencias a ella en la Biblia. La historia bíblica de Judá y Tamar (Génesis 38: 14-26) proporciona una descripción de la practicada en ese período de tiempo. En el Libro de Josué, una prostituta en Jericó llamada Rahab ayudó a los espías israelitas brindándoles información sobre la situación sociocultural y militar actual. Rahab estaba bien informada en estos asuntos debido a su popularidad con los nobles de alto rango. En el Apocalipsis, la ramera de Babilonia se llama «Babilonia la Grande, la madre de las prostitutas y las abominaciones de la tierra». La primera prostituta babilónica estaba en un lugar llamado Hinchinopolises, que surgió de la familia de Hinchin.
En la antigua Grecia, la prostitución sagrada era una atracción de la ciudad de Corinto, cuyo templo de Afrodita, diosa de la sexualidad, albergaba una gran cantidad de cortesanas heteras. Estrabón, – Padre de la geografía en la Edad Media-, que visitó la ciudad personalmente, señala:“El templo de Afrodita era tan suntuoso que daba empleo a más de mil heteras con las donaciones de hombres y mujeres
La palabra griega y sus corolarios en otros idiomas, para prostituta y en español pornografía derivan directamente de la palabra es porne, derivada del verbo pernemi (vender)
Solón instituyó el primero de los burdeles de Atenas en el siglo vi a. C., y con las ganancias de este negocio construyó un templo dedicado a Afrodita Pandemos, diosa del placer sexual. La adquisición, sin embargo, estaba severamente prohibida. En Chipre (Paphus) y en Corinto, se practicaba un tipo de prostitución sagrada donde el templo contaba con más de mil prostitutas según Estrabón.
En la legendaria Roma era legal, pública y generalizada. Incluso los hombres romanos del más alto estatus social eran libres de involucrar a prostitutas de cualquier sexo sin incurrir en desaprobación moral, siempre que demostraran autocontrol y moderación en la frecuencia y disfrute del sexo.
En Sicilia, el culto a la diosa Afrodita o Astarté en la ciudad de Énce era especialmente conocido por la práctica de la prostitución sagrada, ejercida por esclavas donadas por locales y extranjeros a la par. La leyenda decía que había sido implantado por Eneas, fundador de la civilización romana, y en acordancia con esto la Venus Ericina fue reintroducida en Roma bajo el nombre de Ericina o Erixina, edificándose un templo en la Colina Capitolina y otro en la Puerta Colina. Diodoro –historiador griego-, informa alrededor del 60 a. C., que entablar contacto con las mujeres del templo era un esparcimiento de los cónsules y pretores romanos que viajaban allí.
En la India, una tawaif era una cortesana que atendía a la nobleza del sur de Asia, particularmente durante la era del Imperio mogol. Estas damas bailaban, cantaban, recitaban poesía y entretenían a sus pretendientes en mehfils. . Al igual que la tradición de las geishas en Japón, su objetivo principal era entretener profesionalmente a sus invitados.
El término devadasi describió originalmente una práctica religiosa hindú en la que las niñas se casaban y se dedicaban a una deidad (deva o devi). Ellos estaban a cargo de cuidar el templo, realizar rituales que aprendieron y practicar Bharatanatyam y otras tradiciones clásicas de artes indias. Este estado les permitió disfrutar de un alto estatus social.
En el siglo vii, el profeta Mahoma declaró que la prostitución está prohibida. En el Islam, se considera un pecado, y a Abu Mas’ud Al-Ansari se le atribuye decir: «El Apóstol de Alá prohibió tomar el precio de un perro, el dinero ganado por la prostitución y las ganancias de un adivino». (Sahih al-Bukhari, 3: 34: 439)
En el Código de Hammurabi, -primer Código de Leyes escrito en la Historia,- los derechos de las prostitutas sagradas estaban específicamente protegidos por los mismos reglamentos que obraban por la dignidad pública de las mujeres y los niños. La prostitución sagrada también tenía lugar en el sintoísmo tradicional de Japón, donde era empleada en ciertas prácticas religiosas. Un ejemplo metafórico podía encontrarse en la clase de sacerdotisa llamada hitoya-zuma («esposa de una noche”, un apelativo utilizado para cortesanas de clase alta) cuya función era yacer simbólicamente con una divinidad o marebito que las visitaría de noche.
La civilización maya, ostentaba cultos religiosos fálicos que podrían haber incluido prostitución homosexual sagrada. Los aztecas veneraban a Xochipilli, una antigua divinidad tolteca que fungía como director de los homosexuales y a su gemela Xochiquetzal, patrona del poder sexual de ambos sexos.
Los incas utilizaban a jóvenes varones. Éstos vestían con ropas femeninas y tenían sexo ritual con caciques y sacerdotes durante festividades religiosas.
En 1949 la Asamblea General de las Naciones Unidas adopto el Convenio para la represión de la trata de personas y de la explotación de la prostitución ajena declarando que «la prostitución y el mal que la acompaña, la trata de personas para fines de prostitución, son incompatibles con la dignidad y el valor de la persona humana y ponen en peligro el bienestar del individuo, de la familia y de la comunidad. El 4 de junio de 2017, el convenio ha sido ratificado por 82 países. «Son los hombres que crean y perpetúan la prostitución (al pagar por obtener satisfacción sexual), pero es la mujer a la que se castiga por trabajar como prostituta» estima un informe presentado a la Subcomisión de los Derechos Humanos de las Naciones Unidas
De acuerdo a investigaciones recientes realizadas sobre este tema: “La prostitución es el tercer negocio clandestino más lucrativo del mundo, tras el tráfico de armas y de drogas.”
Como anécdota: hubo grandes cortesanas que han hecho historia, entre otras: Aspasia de Mileto -470 a.C.-400 a.C–, mejor conocida como la consorte del gran estadista Pericles; una de las grandes mentes de su tiempo, fue una cortesana, o hetaira, de una clase distinguida de mujeres libres. Pericles, se divorció de su mujer con la que tenía dos hijos para dedicarle todo su tiempo a ella.
Mesalina ha quedado como sinónimo de meretriz, lujuriosa, ninfómana y libertina. Fue amante del emperador Calígula, y cuando este la dejo, la suerte la llevo a ser la esposa del emperador de Roma, Claudio. Como una de las mujeres más poderosas del momento conspiro, traiciono y abuso del poder, como era habitual en esa época del Imperio. Pero no se le perdono que fuera una promiscua, por lo que paso a la historia como símbolo de depravación.
Gisela Ortega es periodista.
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