El Orinoco y las primarias: una metáfora sugerente, por Gilberto Picón Medina
El singular maestro con quien cursé el Cuarto Grado y un mapa físico de Venezuela que colgaba en la pared al alcance de mi mano, despertaron en mí una profunda fascinación por el Orinoco y el mágico entramado de ríos que forman su cuenca. Disfrutaba repitiendo de memoria ante mis compañeros, como quien recita un poema, los sonoros nombres de sus trece principales afluentes:
Ventuari, Guaviare, Inírida, Vichada, Meta, Capanaparo, Arauca, Apure, Portuguesa, Guárico, Caura, Caroní y Paragua; hablándoles también de la magia del Brazo Casiquiare, mediante el cual el Orinoco, a través del Río Negro, le dona un tercio de su caudal al río Amazonas; y de los impresionantes raudales de Atures y Maipures donde el Orinoco se precipita entre gigantescas rocas .
A ese indeleble recuerdo de mi niñez le agrego hoy algunos datos e interpretaciones, advirtiendo que me aventuro a ello con respeto y admiración porque no soy experto en el área.
Admiración y respeto, tratándose del soberbio Orinoco (Julio Verne), intuido por Cristóbal Colón en su tercer viaje al Nuevo Mundo; explorado por Ambrosio Alfinger, Diego de Ordaz, Antonio de Berríos, Walter Raleigh y Alejandro von Humboldt; exaltado poéticamente por Simón Bolívar, Pablo Neruda y Andrés Eloy Blanco, y descrito científicamente por el insigne geógrafo Pablo Vila.
Aquel delgado hilo de agua que nace en la Sierra Parima, en los límites entre Venezuela y Brasil, aumenta progresivamente su caudal a medida que, a lo largo de 2800 kilómetros, en una cuenca de cerca de un millón de kilómetros cuadrados, recibe las aguas de unos 2000 torrentes y más de 400 ríos, entre los que destacan los trece antes nombrados, para pasar luego, majestuoso, frente a Ciudad Bolívar y avanzar convertido en el tercer río más caudaloso del mundo, hasta integrarse al Atlántico.
Estos afluentes no desaparecen al verter sus aguas en el Orinoco: se incorporan a su corriente, aportando junto con su caudal, la riqueza de su flora y de su fauna para acompañarlo así hasta el final. Cabe decir entonces que todos los ríos de la Cuenca avanzan unidos hasta integrarse al océano. Antes de desembocar en el Atlántico, el Orinoco forma un inmenso delta y se diversifica en un centenar de ríos y caños que atraviesan una selva húmeda de junglas tropicales, pantanos, sabanas y manglares.
Dicho esto, nos preguntamos: ¿Qué tiene que ver el Orinoco y su Cuenca con las primarias de la oposición venezolana?
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A diferencia de las fuerzas físicas que mueven los ríos de la cuenca del Orinoco, lo que mueve a los líderes de la oposición en Venezuela es el sistema de valores que nuestra Constitución señala muy bien en su Art. 2: “…la vida, la libertad, la justicia, la igualdad, la solidaridad, la democracia, la responsabilidad social y, en general, la preeminencia de los derechos humanos, la ética y el pluralismo político”.
A estos valores, resulta imperativo agregar hoy los valores y virtudes que tienen en común la ciencia crítica y la democracia: entre otros, un compromiso con la razón y la transparencia, la actitud crítica y autocrítica, apertura mental, rendición de cuentas, tolerancia, consideración de los puntos de vista opuestos a los propios, escepticismo frente a la aceptación automática de los valores prevalecientes, el respeto por la evidencia obtenida mediante las mejores prácticas del momento y disposición a admitir la incertidumbre y la ignorancia.
Este sistema de valores es el marco de principios más abstracto que ofrecen, por un lado, la Constitución venezolana, y por el otro, la sociedad del conocimiento y la democracia. El mismo le indica a la oposición la lógica y la ética que debe utilizar para avanzar con autoritas hacia el Atlántico de una democracia plena que brinde a todos los venezolanos, sin distingos, la posibilidad de una vida en libertad, con dignidad y oportunidades para estudiar, trabajar y progresar.
Desde su sistema físico, el Orinoco sugiere que los líderes políticos que actúan en la cuenca representada por ese sistema de valores, ofrezcan al país el caudal de votos producido por los trece precandidatos, como una contundente expresión de la voluntad de una significativa mayoría de los venezolanos; brinden un firme apoyo al precandidato elegido, por encima de cualquier diferencia, cuya discusión se aplazará hasta que se haya recuperado la democracia; acuerden un programa mínimo de gobierno que integre los planes coincidentes de los precandidatos; unas prioridades que atiendan las necesidades y aspiraciones de los venezolanos, comenzando por la profunda crisis humanitaria y la diáspora subsecuente; un equipo de gobierno formado por precandidatos y otros líderes de la oposición que integre en forma coherente sus competencias y voluntades.
En términos más amplios, la lección que puede extraerse del Orinoco y su cuenca puede expresarse en las siguientes estrategias:
- Impulsar y proteger la campaña de todos los participantes en las Primarias y sumar sus votos a los del triunfador, para ofrecer al país y al mundo, como caudal resultante, una cifra global que exprese en forma contundente los deseos y aspiraciones de la inmensa mayoría de la sociedad venezolana;
- mantener una vigorosa unidad en apoyo al candidato elegido en las Primarias, por encima de cualquier diferencia, cuya discusión debe ser aplazada para cuando se haya logrado el propósito de restituir la democracia en Venezuela, como lo hace el Orinoco que sólo se diversifica cuando está a punto de convertirse en océano;
- acordar un programa mínimo de gobierno que integre los puntos de vista, las ideas y los planes coincidentes de los participantes; el que más se ajuste al mencionado sistema de valores y responda mejor a las necesidades y aspiraciones de los venezolanos;
- acordar el orden en que serán atendidas las crisis que agobian a la sociedad venezolana y el destino que se dará a los recursos que puedan obtenerse para esa colosal tarea; sin perder de vista que la vida es el primer valor que señala nuestra Constitución;
- conformar un coherente equipo de gobierno, integrado por participantes en las Primarias y otros destacados líderes de la oposición. Un equipo que, al aglutinar la diversidad de competencias que muestran estos dirigentes, lo capacite para responder a la variedad, complejidad y profundidad de las crisis que azotan actualmente al país.
Este conjunto de estrategias representa una opción que difiere de los liderazgos mesiánicos, populistas; de los megalómanos salvadores o vengadores, que tanto retraso y sufrimiento han significado para Venezuela y para la Región, al dar lugar a gobiernos autocráticos que reducen o impiden el disfrute de los derechos humanos y retardan la incorporación del país a la sociedad de la información y el conocimiento.
Se trataría de un liderazgo compartido, lejos de la prepotencia de quienes se creen capaces de decidir individualmente los destinos de una nación, y sin menoscabo de las responsabilidades que la Constitución señala al jefe del Estado; un liderazgo que no teme intercambiar informaciones con los investigadores de la Universidad autónoma, comprometidos con la producción del conocimiento científico; al igual que con factores de la oposición, incluyendo los partidos políticos y las diferentes organizaciones de la sociedad civil: gremios profesionales, empresarios, líderes religiosos, diversas ONG, entre otros, capaces de aportar intereses y puntos de vista que no pueden ser soslayados en una democracia.
Frente a los innumerables obstáculos y amenazas provenientes del régimen que hoy nos oprime, la dirigencia política opositora debe ceñirse a los valores mencionados, su cuenca moral y ética, aferrarse al paradigma que le ofrece el Orinoco y apoyarse en los factores positivos que le ofrece la actual circunstancia venezolana: su capital humano (notablemente disminuido por la forzada migración de una cuarta parte de su población), la inmensa riqueza de sus recursos naturales, la tradición libertaria de su pueblo y las oportunidades que hoy brinda la sociedad de la información y el conocimiento.
Sólo así podrá la oposición venezolana realizar la proeza de un triunfo electoral que le permitirá abordar la hazaña mayor de hacer frente a la actual crisis humanitaria, rescatar la economía del país, restituir las instituciones constitucionales, iniciar la reconstrucción del país y procurar la reconciliación de los venezolanos.
Gilberto Picón Medina es Lic. en Psicología (1967), UCV, Maestría en Educación para el Desarrollo (1972).Univ. de Stanford, USA. Doctor en Educación (EdD) (1978), Univ. de Stanford, (USA). Actualmente Trabaja en investigaciones sobre los Procesos de Cambio en Educación y sobre la relación entre Ciencia y Democracia.
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