«El país no está preparado para acompañar el progreso de sus mujeres»: experta de la UCAB

A propósito del Día Internacional de la Mujer, Mariana Medina, coordinadora del nuevo diplomado «Perspectiva de género y prevención de las violencias en razón de género» del CIAP UCAB, reflexiona sobre la necesidad de educar para «empezar a quebrar el statu quo» en los entornos cotidianos. La activista invita a cambiar la narrativa de que «las mujeres venezolanas son 4×4» y pide asumir el 8 de marzo como unafecha para conmemorar y no para celebrar
Autora: Elvia Gómez | El Ucabista
«Hay más de 20 violencias de género tipificadas y muchos piensan que la violencia es sólo golpes», afirma Mariana Medina Gómez, directora de Comunicaciones de la iniciativa social Gender&Democracy, que habla de la necesidad de ampliar la educación con perspectiva de género y trabajar para visibilizar las desigualdades implícitas, pues «lo que sucede en la vida real es que no las reconocemos, porque están allí un poco difuminadas».
Aboga por desarrollar «el ojo crítico» para que se identifique «cómo las construcciones sociales y la cultura perpetúan la desigualdad, sobre todo en este marco venezolano tan dividido, tan polarizado y de tanta carencia de una estructura política real».
Medina es ucabista, egresada en Educación y con maestría en Comunicación Organizacional. Actualmente coordina el diplomado «Perspectiva de género y prevención de las violencias en razón de género» que ofrece el Centro Internacional de Actualización Profesional (CIAP) de la UCAB y comenzará a cursarse en línea a partir del próximo 24 de marzo.
«Este diplomado tiene varios impactos, pero el que más nos interesa es que los participantes integren la perspectiva de género, apliquen el conocimiento en sus espacios –trabajo, familia, amigos–, porque ahí es donde hay que empezar a quebrar el statu quo, ahí es donde están las narrativas atornilladas», adelanta Medina.
La activista dice creer firmemente en los argumentos de ONU Mujeres que hablan de que «mientras más mujeres tengan más acceso a espacios de trabajo, y los hombres se sumen a la economía del cuidado, se generará más riqueza».
A propósito del Día Internacional de la Mujer, invita a analizar lo que esta efeméride implica y argumenta que parte de lo que el diplomado busca enseñar es cambiar las narrativas. Opina que el 8 de marzo no es una fecha para celebrar, sino para conmemorar.
«El marketing vende a las mujeres todavía como las abnegadas que lo dan todo, que se olvidan de sí mismas para dedicarse a los hijos y a la familia. El feminismo y todo el movimiento quiere tumbar esas narrativas porque la abnegación implica que se eliminan ellas por un propósito o una responsabilidad que les imponen».
Recuerda que, en América Latina, la cotidianidad arrastra desigualdades fundamentales que se reflejan en el número creciente de mujeres que pierden la vida violentamente o desaparecen.
Mariana Medina expresa también preocupación por retrocesos que se presentan en algunos países de la región que «ignoran, cuestionan o minimizan» medidas en pro de la equidad y la igualdad, como políticas a favor de la regulación del aborto legal y seguro, el financiamiento a las ONG que apoyan a las mujeres que sufren violencia o viven en pobreza, así como el freno a los matrimonios infantiles.
«La política extrema ha hecho que los esfuerzos en pro de la paridad y la equidad estén ahorita en jaque», afirma. No obstante, cita datos del Foro Económico Mundial -que mide brechas de género en cuatro áreas (Salud y Supervivencia, Logros Educativos, Participación y Oportunidades Económicas, Empoderamiento Político)- según los cuales en América Latina ha habido un repunte de 23 puntos (entre 2006 y 2024) en el empoderamiento político de las mujeres, reflejado en cargos ministeriales, de gobiernos regionales, locales y legislativos, lo que impacta en la creación de políticas públicas igualitarias.
¿Mujeres 4×4? La feminización de la pobreza
En el caso concreto de Venezuela, la activista menciona datos del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que estableció que, para 2021, las mujeres en Venezuela representaban el 37% de la participación laboral, la más baja de América Latina, en comparación con el 71% de los hombres en nuestro país.
Este cuadro hace difícil cerrar la brecha, pues las mujeres asumen casi tres veces más que los hombres el cuidado de los niños, de la casa, de los enfermos y de los adultos mayores, alega.
«Para lograr esa igualdad, las mujeres deberían ser apoyadas por los hombres y eso es parte de la educación con perspectiva de género (…) Los hombres trabajan cinco horas al día más que las mujeres y esto ocurre porque las mujeres se ven en la necesidad de abandonar sus empleos para ocuparse de los cuidados. El mismo BID decía en 2021 que 80,9% de los hogares cuya jefatura es de mujeres son casi 10 puntos por encima más pobres que si el jefe de familia fuese un hombre, lo que se refleja en el término desgarrador ‘feminización de la pobreza’ (…) En Venezuela, el sistema social no está preparado para acompañar a las mujeres en esta realidad de ser jefas de familia, el país no está preparado para acompañar el progreso de sus mujeres».
La experta reconoce que en Venezuela existen instituciones y leyes vigentes que aportan elementos en la ruta hacia la igualdad, pero dice que no son transversales, de allí que «sigamos teniendo una deuda con las mujeres».
Uno de los conceptos que invita a «derribar» es el de que «la mujer venezolana es 4×4».
«Decir que lo puede todo, que es luchadora, power girl y todo eso, es un estímulo para que haya el agotamiento mental en el que nos vemos sumergidas. Lo dicen los expertos en neurodesarrollo: el ser multitareas no beneficia a nadie, porque implica que hagas de tu cerebro un pastel por tanta exigencia. ¿Esa es la mujer que queremos en nuestro país, una mujer con una carga mental que la absorbe y la consume? Desde hace 25 años la mujer venezolana se ha visto en la necesidad de asumir desafíos muy profundos y ahí hay una narrativa desigual. Las mujeres ‘somos, somos, somos…’, pero no estamos viendo el deterioro de base. Y los hombres son líderes, son héroes, mientras las mujeres nos encargamos de todo».
Como contraparte, Mariana Medina destaca la sororidad como «una bondad de la mujer venezolana». «Eso sí es una realidad, nos apoyamos, nos acompañamos, estamos presentes de forma desinteresada y ese mismo comportamiento lo hemos visto en el extranjero. La sororidad es una fortaleza que se tiene que seguir desarrollando, hablar de eso en las escuelas y usarlo como bandera pública», sostiene.
Formación, el arma más contundente
La idea de dictar un diplomado sobre perspectiva de género surgió de un acercamiento de Gender & Democracy a la Cátedra Libre Estudios de la Mujer «Teresa de la Parra», que coordina la secretaria de la UCAB, Magaly Vásquez.
Luego se involucró al director del CIAP, Miguel Goncalves, pues detectaron el impacto que podría tener una formación como esta, «en virtud de que el Estado no está preparado para acompañar los cambios», explica la coordinadora.
«El diplomado es una oportunidad de formación que responde a las necesidades sociales sentidas en nuestro país y que pudieran tener un impacto en el corto y mediano plazo. También ofrecemos un curso que se llama Empoderatómetro que habla sobre empoderamiento consciente», comenta Medina.
El fundamento de esta formación es la metodología basada en proyectos que invita a poner en práctica el contenido de manera inmediata. La gente adquiere un conocimiento profundo y crítico sobre qué es la perspectiva de género, cuáles son las desigualdades de género y cómo lucen y cómo abordar la violencia de género en la vida real.
También los participantes recibirán información sobre derechos humanos, marco jurídico y cultura organizacional con perspectiva de género, entre otros aspectos.
El diplomado consta de cinco módulos, a cargo de Heryca Colmenares; Susana Reyna, Antonio Pignatiello, Carlos Lusverti, y Gioconda Mota. De entre todos los módulos, Medina destaca el tercero, que aborda la transformación de las masculinidades, un tema clave para comprender las raíces de la violencia y cómo entender los comportamientos de los hombres en la sociedad.
Al finalizar el diplomado, el 30 de julio, los participantes elaborarán un proyecto en función de estas temáticas y recibirán el acompañamiento de estos profesores para que sean viables en sus entornos más próximos.