El papa sufre un «repentino» empeoramiento respiratorio tras una crisis de broncoespasmo

Los médicos mantienen el pronóstico del papa Francisco como reservado, tras una batalla de dos semanas contra una neumonía doble
El papa Francisco sufrió este viernes 28 de febrero un espasmo bronquial que resultó en que inhalara vómito, lo que requirió ventilación mecánica no invasiva, pero respondió bien y permaneció consciente y alerta en todo momento, informó el Vaticano.
El episodio, llevó a los médicos a mantener su pronóstico como reservado, tras una batalla de dos semanas contra una neumonía doble. Anteriormente, los médicos dijeron que el papa había superado la fase más crítica de la infección, aunque se abstuvieron de afirmar que estaba completamente fuera de peligro.
El Vaticano, sin embargo, hizo planes alternativos para el Miércoles de Ceniza, dejando claro que el papa tiene todavía una larga recuperación por delante. El cardenal Angelo De Donatis, funcionario del Vaticano y antes vicario de Roma, presidirá la ceremonia el 5 de marzo y la procesión que da inicio a la Cuaresma previo a la Semana Santa en abril.
El parte ofrecido por el Vaticano a primera hora de este viernes también sugirió normalidad y rutina, ya que el pontífice argentino, de 88 años de edad, continúa recuperándose en el Hospital Gemelli de Roma. «Como en días anteriores, la noche fue tranquila y el papa ahora está descansando», se explicó en la comunicación.
Los doctores afirmaron en su reporte del 27 de febrero que el estado clínico de Francisco confirmó una mejoría. Estaba alternando el oxígeno suplementario de alto flujo que recibía a través de un tubo nasal con una máscara, lo que indica una mejor función respiratoria. Además, salió de su habitación para ir a su capilla privada cercana para rezar y seguía con la fisioterapia respiratoria y el trabajo, según el Vaticano.
Por segundo día consecutivo, los médicos evitaron decir que Francisco estaba en estado crítico, sugiriendo que había superado la fase más grave de la infección. Pero ante la complejidad de su infección pulmonar, apuntaron que «se necesitan más días de estabilidad clínica» antes de revisar oficialmente su pronóstico y decir que está fuera de peligro.
Francisco ingresó en el hospital Gemelli el 14 de febrero, luego del empeoramiento de la bronquitis que padecía.
Ha mostrado mejoras constantes, aunque leves, desde que la crisis respiratoria y los problemas renales del fin de semana pasado hicieron temer por su vida. La evolución disipó las especulaciones sobre una muerte inminente, una renuncia o un cónclave, y dejó claro que el argentino aún está al mando de la Santa Sede.
En años anteriores, la bronquitis y la gripe obligaron a Francisco a limitar su participación en los actos del Miércoles de Ceniza y de la Semana Santa, que requieren que esté al aire libre, al frío, oficiando servicios, participando en procesiones y presidiendo oraciones en el solemne período en el que los fieles conmemoran la crucifixión y resurrección de Cristo.
Más allá de eso, Francisco tiene en el horizonte algunos eventos importantes que podría mantener si se encuentra lo suficientemente bien. Se espera que el 27 de abril canonice a Carlo Acutis, considerado el primer santo milenial y de la era digital. La Santa Sede considera al adolescente italiano, que murió de leucemia en 2006 a los 15 años, una inspiración para los jóvenes católicos.
Otra cita importante es la conmemoración el 24 de mayo del 1700 aniversario del Concilio de Nicea, el primer concilio ecuménico del cristianismo. El líder espiritual de los cristianos ortodoxos del mundo, el patriarca Bartolomé I, ha invitado a Francisco a unirse a él en Iznik, Turquía, para celebrar el aniversario de lo que ha calificado como un signo importante de reconciliación entre las iglesias católica y ortodoxa. Antes de enfermar, Francisco dijo que esperaba ir, aunque el Vaticano no había confirmado el viaje.
Con información de AP
*El periodismo en Venezuela se ejerce en un entorno hostil para la prensa con decenas de instrumentos jurídicos dispuestos para el castigo de la palabra, especialmente las leyes «contra el odio», «contra el fascismo» y «contra el bloqueo». Este contenido fue escrito tomando en consideración las amenazas y límites que, en consecuencia, se han impuesto a la divulgación de informaciones desde dentro del país.