El partido soy yo, por Teodoro Petkoff
Chávez dedicó anoche, en su cadena, muchos, muchísimos, minutos al tema del MBR-200 y el MVR. Esa cadena semanal está destinada, según la concepción original de ella, a informar sobre aquellos actos y actividades del Gobierno que supuestamente los medios de comunicación minimizan o esconden. En este caso, el Presidente utilizó parte de ese espacio radioeléctrico para tratar un asunto estrictamente particular y que, en modo alguno, atañe al Gobierno o al Estado, pero que, además y paradójicamente, fue profusamente cubierto por todos los medios. No se trataba, entonces, de compensar omisiones de estos, pero tampoco fue solamente un mero abuso de poder. Hay algo más que esto. Si los asuntos del partido comienzan a ser tratados en los espacios informativos del Gobierno es porque Chávez está identificando partido y Gobierno, partido y Estado. Pero ese partido no existe aún. Hay dos, y quizás ya, tres partidos de gobierno. ¿Relanzar el MBR-200 persigue el propósito de crear un partido único de gobierno? ¿Unificar bajo esas siglas al MVR, al PPT y al MAS? Si no es esta la intención, entonces, no se justificaría esa exhumación. Pero habría razones para sospechar que Chávez ha comprado la argumentación de ese estalinista de uña en el rabo que es Guillermo García Ponce, quien consecuentemente ha venido sosteniendo la tesis de la necesidad del partido único de los revolucionarios. Sin embargo, la cosa no es tan fácil. Para empezar, el MAS ya ha dicho (y con razón) que lo último que necesita este país es un partido único. No parece, pues, disponible para ese proyecto. Pero, ¿todos en el MAS piensan lo mismo? Ya se sabe que no es así, de modo que cabe suponer que el proyecto MBR-200 incluye el desmembramiento de aquel partido y la expulsión a las tinieblas exteriores de quienes en él no acepten la proposición. Por otra parte, ¿está dispuesto el PPT a sacrificar su identidad y jugar ese topo a todo? Hay gente en el PPT que comprende que el llamado a Pablo y Aristóbulo puede ser un regalo envenenado: un partido de Chávez no admite otro liderazgo. ¿Pablo y Aristóbulo, y con ellos el PPT, estarían dispuestos a ser segundones de un partido donde no habría más voluntad que la del caudillo?
Hay más incógnitas. En el MVR intuyen que el renacimiento del MBR-200 implica una purga en aquel. De hecho, patéticamente, ya se han adelantado anunciando algunas expulsiones bufas de unos cuantos dirigentes de tercera, para tratar de calmar las iras del jefe. De pronto descubrieron que eran antiguos adecos. Sin embargo, ¿cuantos de los líderes del MVR estarían dispuestos a dejarse sacrificar en el altar del partido único? La construcción de este, pues, luce más problemática de lo que seguramente Chávez pudiera pensar. Como ha venido descubriendo en los sindicatos, en las universidades, en la educación, la tentación autoritaria en una sociedad democrática, condicionada por largos años de práctica democrática, no es fácil de implementar