El peligroso avance del fascismo generacional, por Luis Ernesto Aparicio M.
Twitter: @aparicioluis
Hace algunos días ocurrió un caso muy curioso, pero que llama la atención más allá del hecho en sí mismo: la policía alemana le impedía la entrada al país a la, ahora muy conocida, falangista española Isabel Peralta. Fue detenida, no tanto porque estuviera identificada ideológicamente con el nazismo, sino porque portaba símbolos que propios de esa ideología entre sus pertenencias, concretamente una esvástica (La reconocida cruz gamada) y una copia del libro escrito por Adolfo Hitler, Mein Kampf, inspiración de todo aquel que sueña con un mundo reprimido y clasificado por género, color y credo.
Ante la detención, Peralta adujo que todas esas cosas eran objetos para su “estudio”, ya que cursa “historia” precisamente en Alemania (Dusseldorf) con la ayuda de una beca que le otorgó el partido neonazi Der III Wegle, el pasado 2021, de lo que más adelante se supo que en realidad Isabel, fue preparada en técnicas de propaganda y combate, lo que parece muy lejos de estudiar historia, como ella lo ha dicho.
Pero hay más datos curiosos sobre esta figura. Además de formar parte del grupo Bastión Frontal (grupo de agitación contra los extranjeros en España), es hija de un exedil perteneciente al Partido Popular español. Se trata del conocido colaborador del programa de Telecinco “El Programa de Ana Rosa”, Juan Manuel Medina. Pese a que este fue concejal por el PP, estuvo rondando fracciones de extrema derecha, como la Alianza por la Unidad Nacional y suponemos que más por cargo de conciencia quizá, no tiene ninguna relación con su hija desde que la sacó de su hogar el pasado 2021.
Para ese entonces ella fue protagonista en un acto en homenaje a la División Azul, grupo de voluntarios franquistas que se unió a los militares alemanes de Hitler. En esa actividad Isabel Peralta lanzó proclamas antisemitas y cosas más allá, que solo los nacionalistas, falangistas y nazistas saben manejar ante sus seguidores, para hacerles delirar de convicción.
La breve aparición, detención y expulsión de Alemania de Isabel Peralta, se podría decir que degeneró en una especie de “meme” muy celebrado, que tuvo como consecuencia su conversión en una especie de rarísima “musa”, para los adeptos a esos movimientos.
No obstante, aunque personajes de esa naturaleza, en ciertos países suele producir una variedad de curiosidad morbosa, en Alemania, donde se siente vergüenza por ese pasado, al ver a alguien que despliega esos oscuros recuerdos, de inmediato actuó y puso fin a sus objetivos, por los momentos, regresándola a su lugar de origen.
En España, como en otros países de Europa, no gobernó el nazismo, pero si un fascismo cómplice del que se alimentan ciertos personajes, sobre todo los cientos o miles, quienes, como Isabel Peralta, han hecho creer que, por ejemplo, el judío es el culpable de todo lo que ha ocurrido y ocurre en el mundo. Cuando alguien suelta semejante sentencia, lo más cercano es soltar las carcajadas como si se tratara de un espectáculo de humor cualquiera. Pero sabemos que no es así. Esas sentencias forman parte de una realidad y que más de uno cree en esa pobre percepción de la historia, que además sigue evolucionando dentro de nuestras sociedades, por intermedio de grupos radicales y líderes que rechazan al de origen y hasta piel diferente.
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Desde el punto de vista social, las consecuencias de esta pseudo frivolización, la mayoría de las veces, se asumen como son cosas a las que se les puede rebajar el volumen y además se le colocan algunos trapos para cubrir su desnudez. Es lo que suele ocurrir en casos como estos. Aunque insistimos y dejamos como ejemplo, en Alemania la cosa es mucho más seria. Tanto ha resultado, que el mismo canciller Olaf Scholz, ha repetido en muchas ocasiones que con los ultras a ninguna parte y antes que gobiernen otros. Demostrando que el pavor del pasado les mantiene alertas ante la presencia de esos grupos y de quienes se abrogan su representación.
Pero ¿cómo una joven millennials o de la Generación Z, ha llegado a confesar que se ha enamorado de una doctrina totalitaria que frena todo lo que esas generaciones representan en la actualidad? Pues bien, precisamente la respuesta pudiera estar en las generaciones. La conectividad en la que se encuentra el mundo, el surgimiento de personajes que, aunque no se confiesan como fascistas, poseen todas las características de los fundadores de ese movimiento político.
Y como hemos dicho, han estado ocultos dentro de las filas de los movimientos de derechas y de izquierdas con un manual para mentir y vender una historia irreal, acusando a medios de comunicación y otras instituciones de ser aquellos que han distorsionado la realidad. Si bien es cierto que algunas instancias hayan creado falsedades creíbles, siempre ha existido una manera de descubrir que lo hacen, los vendedores de esos mundos ilusorios y falsos han resultado ser los más astutos para penetrar a las masas juveniles.
Isabel Peralta, confesaba que se “había enamorado del fascismo a los 13 años” y que además niega que existiera el holocausto, tratando incluso de defender a los nazis de las críticas que el mundo hace sobre ellos.
Esto es algo que en mentes razonables no cabe, pero que son realidades a las que hay que enfrentar. Los hijos de todos, sobre todo en este siglo de avances y de integración, seguramente están muy cerca de estos elementos y puede que no lo estemos percibiendo.
Lo cierto es que una cosa es ver que hay una generación dispuesta a continuar luchando por la libertad de sus pueblos, como vemos entre el frente de resistencia en Ucrania, y otra es el estar situado en la línea del nacionalismo oscuro y egoísta vendido por oferentes de grandes paraísos y países con nacionalidades puras y sanas. Definitivamente, los vientos están arrastrando consigo grandes cantidades de polvo portador de muchos gérmenes, entre ellos el peligroso nazismo y su compañero de aventuras el fascismo, que esta vez avanza, peligrosamente, entre las nuevas generaciones.
Luis Ernesto Aparicio M. es Periodista Ex-Jefe de Prensa de la MUD
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