El pensionado heroico desde su pelado mesón, por Tony Rivera Chávez
La clase, los martes a las diez, era un proceso en el más divino de los templos donde el orgasmo marxista reventaba el celofán “científico” de los sueños desde el descubrimiento de la plusvalía para hacerle juicio a cualquier burgués al cual poníamos tras las rejas por explotador y si existía el terrible agravante de hablar inglés por procedencia extranjera hasta ¡Paredón! le salía desde esa piedra angular donde sentábamos al Capital y sus beneficiarios. La Teoría del Valor, arma para establecer la Dictadura del Proletariado y si no había proletarios pues había pobres para ejercer la función. Liberación nacional.
Al mismo tiempo desde ese pasado agresivo el fantasma del consumo se hace presente como recordatorio de las Teorías (cuchillos para la garganta) creando un oasis sobre la mesa del heroico que observa cómo se escapan detrás del “Capitalismo Opresor” en horas de hambre hasta las plebeyas caraotas negras, la carne mechada, el queso amarillo, el salchichón, la arepa, la avena, el jamón, el refresco, la ensalada, el hígado encebollado, el bistec, los huevos, el pollo: haciéndose cascada vaporosa, cuando en realidad en esa mesa no hay na’ como si se tratara de una capilla sin santo, pelaiiita.
Vuelta a las enseñanzas del profe marxista, anti imperialista demostrando cómo adecos, copeyanos y afines se metían en el gran guiso Imperialista por el comercio del petróleo, hierro y otros. Cálculos van y vienen. No hay cuentas claras. Y uno vengador errante esperando el momento para clavarle un solo caraj… al copeyano ladrón porque los adecos eran pocos en la UCV y hasta eran considerados de izquierda por algunos y de verdad a la luz de esta locura actual lo son y bastante.
*Lea también: Anti-europeos, por Fernando Mires
El mejor método usaba las estadísticas como grandes alcahuetas para hacer de las teorías ofertas exitosas para pendejos con vocación de tontos inútiles. Esta especie “científica” era de lo mejor; manipulada no solo desde la triste realidad del subdesarrollo dependiente, sino desde el poder “indetenible” según las matemáticas abstractas de la URSS que venía arrollando como e’ cual si se tratara de una conga universal. Así nosotros lambucios del Tío Sam (más malo que tabaco verde) nos montábamos en esa farsa; porque para la década de los ochenta ya estaríamos en la etapa superior del Socialismo que no era otra cosa que el comunismo aún cuando otro de estos profetas nos dijo en el dos mil y tantos que el tal comunismo era el Socialismo del Siglo XXI .
¡Válgame Dios! el extravío errático.
La cuestión es que, según los índices, proyecciones, modelos simulados, deseos encubiertos, burochorocracia y desde la infalible Academia de Ciencias de la URSS todo estaba previsto para navegar en el Mar de la Felicidad en esa década del siglo pasado.
Salido del cepo académico y entrando en el tobogán de la vida práctica, cuesta abajo, en la rodada, todos aquellos resultados se transformaron en “algo más falso que revólver de Mariachi de la Plaza Garibaldi mexicana”.
Pasadas las profecías por el cedazo de la competencia resultó todo aquello lo contrario. No hubo no solo repartición de riquezas, ni nada parecido cuando por el contrario “los enchufados” se convirtieron en “mafias” y el tal socialismo científico se embarren o en un burocratismo vulgar. El resultado es y fue muy claro dónde llega el tal modelo todos son arruinados excepto el Tirano y su “Buró” mientras en la otra esquina el Capitalismo por efecto del libre mercado por lo menos integra y desarrolla parte de la población. La clase media es así la mejor medida de un enclave con permeabilidad.
Así llegamos en este aventurerismo al Socialismo o Marxismo Bolivariano que es un bochorno cuando ni agua hay y contimenos luz lo cual será arrechera eterna para Don Simón que fue en su momento El Rey de los Mantuanos, amigo y apoya’o nada más y nada menos que por el Imperialismo Ingleés en tiempos de Revolución Capitalista Industriosa. No sé si aún anda algún locadio asalariado dando clases de Marxismo en la Escuela de Economía y si así fuera seguramente es para la cháchara entre poetas de las crónicas policiales del siglo XIX. Peligrosos estos camaradas con una tiza en la mano y con números para armar los rompecabezas más inverosímiles y difíciles. Ahora en esta drogadicción se cobrarán y se darán el vuelto los que creen en esperanzas sin futuros.
Lo certifico desde la más solidaria de las promociones en la Casa que vence las sombras: Viet Nam Vencerá (UCV-1972)