El Petro como aspirador de divisas y la potencial petroburguesía, Por Oscar Bastidas D.
Autor: Oscar Bastidas Delgado | @oscarbastidas25
Con la puesta en marcha del Petro el desgobierno asoma sus garras. Eso que llaman Petro no es criptomoneda, tampoco es constitucional y por lo tanto es ilegal, genera falsas expectativas, es excluyente, limitará las salidas del país, servirá como aspiradora de divisas y formará una casta de petroburgueses.
No es criptomoneda pues, además de ser centralizado por un gobierno, no es producto de minado y carece de un límite de emisión preestablecido mediante algoritmos: Bitcoin tiene 20 millones, Onecoin que será pública en octubre tendrá 21 millardos, y el resto de las más de 1.700 también lo tienen. Tan obvio es que no es cripto ni moneda que no está adscrito al BCV sino a MinFinanzas, organismo encargado de la maquinita de hacerlos cada vez que a Maduro se le antoje, cuidado si el país se intoxica y causa otra “inflación” en paralelo.
Es inconstitucional y por lo tanto ilegal. No cuenta con aval de la genuina Asamblea Nacional y compromete recursos no enajenables por estar la garantía en el subsuelo. Justo por estar allí el precio es inflado, el valor real de cada barril solo existe luego de extraído y pautada la venta.
Genera falsas expectativas. Es impuesto y sus poseedores estarán entre la espada y la pared, por un lado con sanciones del gobierno y presiones hasta por los colectivos a quienes se nieguen a aceptarlo, por el otro las sanciones de USA. Se suma que, combinado con la hiperinflación, no genera confianza, valor que junto a la usabilidad o aceptabilidad debe tener todo instrumento de intercambio; no servirá como inversión pues las inversiones no se imponen, son voluntarias y con bases de factibilidad, tampoco como ahorro por la incertidumbre del país y los vaivenes del petróleo.
Es excluyente. Si bien en teoría toda persona puede tenerlos, es inmensa la cantidad de venezolanos que no disponen de divisas para comprarlos ni de celulares inteligentes para tener una Wallet o monedero digital lo que facilitará que los especuladores hagan de las suyas, los comprarán baratos y harán inmediatos negocios, ¿por qué?: cuando este gobierno caiga el valor será cero, el próximo gobierno no lo reconocerá.
Limitará la salida del país, todo asoma a que los viajeros deberán comprar pasajes y paquetes turísticos con petros y, cuidado, si hasta cancelar el impuesto de salida. Para el desgobierno todo viajero es millonario y hay que expropiarle los dólares. Claro: todo portador de un carnet de la patria podrá viajar y hasta exonerado del impuesto pues defenderá en otros lares el glorioso “socialismo del siglo xxi”.
Servirá como aspiradora de divisas tal Peso Cubano Convertible (CUC) que en ese país suplanta al dólar y estableció un doble sistema monetario. El Petro es desde ya un mecanismo del régimen para absorber divisas con fines opacos y dudosos asientos en la Contabilidad Nacional. Cómo explica Maduro que siendo el dólar la divisa más poseída por los pocos tenedores de divisas del país, no aparezca en el listado permitido para comprar petros: ¿será que le tuvo miedo al cuero luego de matar al tigre?, tanto nadar para llegar a la orilla.
Finalmente, se formará una casta de petroburgueses. Con viveza de por medio, servirá para que algunos enchufados se enriquezcan y junto a extranjeros amigos se apoderen de tramos importantes del mercado inmobiliario, de vehículos, y hasta de pozos petroleros, minas y empresas expropiadas que al régimen, desesperado por captar divisas y raspar la olla, se le ocurra otorgar en concesiones o privatizar.
Los nuevos ricos de la actual Rusia y otros países de la inexistente órbita soviética, son quienes compraron empresas públicas a precios de gallinas flacas. Esa petroburguesía tiene los días contados, los mismos que le quedan al régimen militarista de Maduro