El plan de María Corina, por Ángel Monagas
María Corina es la candidata para el proceso del 28 de Julio, aunque la camiseta la use Edmundo.
Esta campaña electoral en Venezuela, ha tenido un desarrollo atípico. Creo que es una situación que por primera vez se presenta en Venezuela y en gran parte del mundo:
La candidata que tiene el apoyo de la mayoría, no es la candidata, no obstante haber sido la ganadora de una consulta primaria.
Si uno observa las giras, los eventos y los actos donde asiste María Corina Machado, inmediatamente percibe que estamos en presencia, no de un nuevo liderazgo porque en Venezuela los hemos tenido, sino de un nuevo fenómeno popular solo comparable con lo que en su momento representó Carlos Andrés Pérez, o el mismísimo Chávez.
En un reciente artículo de Luz Mely Reyes del diario El País de España, se resalta una opinión de la comunicóloga María Fernanda Madriz, quien señala «no habría una María Corina carismática si no hubiese un país que la estaba esperando y en alguna medida la necesitaba. Todo un país. La gente, por supuesto, pero también los partidos políticos de todo talante que han tenido que salir a patear calles, tanto los que antes lo hacían y se apoltronaron, como los que nunca lo hicieron».
Eso puede ser cierto, aunque en justicia debo reconocerle a María Corina su extraordinaria capacidad para adaptarse a los cambios y circunstancia de un país carente de liderazgos auténticos.
Algunos analistas la ven como el tradicional «portaviones», es decir, ella impulsa la elección del pusilánime Edmundo González, lleno de muy buenas intenciones, de buena formación política, incluso mucho más de la escogida anteriormente en las mismas circunstancias como Corina Yoris pero sin la fuerza necesaria para asumir la conducción de un país en crisis profunda, sobre todo, con un chavismo que permanecerá un tiempo más dentro de la transición por la cual debe navegar el país.
Es evidente que María Corina Machado, tiene un plan y abarca mucho más que el escenario del 28 de Julio 2024.
Muchos creen que al ser elegido Edmundo González, el liderazgo de la mujer que se ha convertido en el pulmón de esta campaña, morirá lentamente. Ese es un escenario.
Sin embargo se equivocan porque María Corina, la nueva, la que ha recibido ovaciones por donde transita, se ha transformado en un símbolo y para que este deje de ser útil, no debe utilizarse y es en lo que ella está clara y por tanto, a mi juicio, tiene un plan que ya inició para continuar como una luz alumbrando el corazón de los venezolanos.
Los chavistas-maduristas y los cubanos lo saben y ese será otro escenario.
El mayor peligro para esta mujer será después del 28 de Julio.
Cualquiera sea el guion que lleve el nuevo presidente Edmundo González o en el peor de los casos Nicolás Maduro, María Corina comienza una nueva fase, mucho más corta después del 28 de Julio.
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La situación es muy simple:
El 28 de Julio, Edmundo González será el que lidere el equipo como suplente, pues la principal María Corina está sancionada. Después de 5 «Fouls» el árbitro la sentó pero las gradas saben que la presidenta será ella.
Ni González ni el G4, ni el madurismo, después del 28 de julio tienen la capacidad para volverla a sentar.
Y ciertamente ese escenario también es analizado por el cuarto de guerra Madurista. Las salas situacionales día y noche evalúan. A la cabeza de ese equipo está Diosdado Cabello, quien la cubre en una defensa hombre a hombre y aun así no puede impedir que María Corina anote desde cualquier distancia.
El plan
María Corina viene por Maduro y compañía y en ese tránsito serán arrastrados varios hasta ese momento líderes de la oposición: Julio Borges (ese no volverá) igual Leopoldo López no obstante la supuesta alianza, a mi juicio únicamente visual, Henry Ramos por más que se doble, Henri Falcón, Henrique Capriles porque una nueva lideresa no puede permitir sombras a su alrededor, Juan Guaidó quien tampoco está interesado en regresar porque él sabe que se fue a «motus propio» para disfrutar de su «sacrificio» y Manuel Rosales, el único que realmente ha vislumbrado el futuro y quizá por eso su silencio.
No niego que hay peligro.
Con María Corina hay un grupo también del mal que vienen desde hace años intentando rescatar privilegios. Incluso presuntos «ex chavistas», banqueros que se hicieron en la vieja Venezuela y otros líderes obsoletos por sus vicios personales que también quieren volver en una «última oportunidad».
Si observamos su comando de campaña nacional inmediatamente comprendemos que María Corina práctica eso de que «Caracas es Caracas» y los demás es «monte y culebra» y tiene razón.
María Corina descifró el lenguaje del sentimiento popular y como tantos líderes mundiales se engranó en esa relación. No tiene el círculo alrededor de Edmundo y de Maduro la capacidad de enfrentarla a ella, porque es ella, no los que están a su alrededor, la única imprescindible para el venezolano es ella.
Se hizo el alfa y el omega de la Venezuela que se inicia después del 28 de Julio…
Los propios militantes chavistas decepcionados al verse más pobres, más desasistidos juegan para que se termine el ciclo.
Padrino no podrá contener la necesidad presente en los cuarteles y en la mayoría del sector militar.
No digo que será fácil, peor aún, no dudo que intentarán detenerla y probablemente lo logren de una u otra manera, el tiempo lo dirá.
Lo que sí sé, es que el 28 de Julio 2024, de ganar Edmundo González, será un jefe como aquella vieja promoción del desaparecido Sears Roebuck, un Jefe por 9 días… La transición apunta hacía María Corina.
Los errores en política se pagan a un alto costo y los líderes chavistas y opositores cometieron demasiados.
Podrán jugar al fraude y posiblemente ese sea su peor error.
Lo que vayan a hacer, tendrán que hacerlo ya y con mucho control del daño colateral que pudiera revertirse en su contra. El problema es que ellos saben que mañana será demasiado tarde.
Quedan unos 40 días, Dios recibe muchas oraciones, serán privilegiados los que las hacen con fe