El problema del pingüino, por Aglaya Kinzbruner

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Muchos ignoran que el pingüino tiene un problema. ¿Cuál es? Tiene el problema de la distribución de trabajo. El pingüino es un ave monógama, felizmente casada o diríamos emparejada que distribuye equitativamente el trabajo con su pareja. Ella, la pingüino hembra, pone el huevo y él, el pingüino lo empolla. A veces, si él decide ir a buscar comida, unos pececitos en el mar, cambian el turno de empollar porque los pingüinitos son muy vulnerables y no se pueden dejar solos. Ellos no han leído a Adam Smith propiciando la diversificación del trabajo para que la empresa sea más eficiente. Ni tampoco a Carlos Marx sobre la alienación del trabajo obrero especializado.
La consecuencia directa es que el pingüino no puede pertenecer a partido político alguno porque todos tienen una opinión muy definida en cuanto a la división del trabajo. En Venezuela la situación del trabajo es muy diferente debido a que por problemas de salario no se trabaja todos los días.
El trabajo se ha vuelto costoso por cuestiones de desplazamiento, las lluvias, el paraguas que se ha perdido, total es un rollo. Cierto es que por lo general los lunes nadie va al ministerio o cualquier otra esfera de la Hacienda Pública porque es lunes, razón excelente y no discutida por nadie, el martes está en duda, los miércoles quizás, los jueves no porque es día de fiesta y, por último, quizás los viernes sea puente. Me dirán que aquí hay gato encerrado.
Aquí nos perdonan una breve digresión. Por allá lejos en los siglos XVI y XVII los jóvenes que circulaban por las calles de la ciudad guardaban sus monedas en un talego que tenían oculto en los pliegues de su capote. Ese talego estaba hecho con piel de gato (¡pobre michu!). Y cuando los uno o más asaltantes lograban verlo gritaban ¡hay gato encerrado! para que se les juntaran los demás ladrones que pululaban por ahí. Una vez despojado el ciudadano de sus bienes, lo dejaban tranquilo.
Aquí podremos observar cómo funciona la división del trabajo. Siempre funciona sobre todo si hay trabajo porque obviamente es muy difícil dividir lo que no hay. ¿Y por qué no hay? Sencillamente porque ésta es la consecuencia de demonizar a la empresa privada. Daremos un ejemplo por medio de unos palíndromos.
La zorra preparó el arroz
Con mucho amor
Para el Rey de Roma
Y ¿Dónde está la Zorra? ¿Y el Rey de Roma? Y sobre todo ¿Dónde está el arroz?
Son cosas que suceden a partir de las propias carencias. Por ejemplo, Martín Heidegger a pesar de haber tenido una buena educación, en cuanto a idiomas modernos, conocía sólo el alemán. Esto lo afectó de tal manera que creó un completo idioma con palabras que no existían antes que él, como el Dasein que se mal traduce como el «estar aquí». Es, después de Soren Kierkegaard, el creador del existencialismo. Y también la maldición de todos los traductores del alemán al español.
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En cuanto al pingüino diremos que es un ave por demás afectuosa y camina mano en mano, o más bien, aleta en aleta, con su pareja. La división del trabajo no lo afecta para nada. Más bien, jura y perjura que todo está bien como está y que las cosas en Venezuela mejorarán pronto.
Aglaya Kinzbruner es narradora y cronista venezolana.
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