El proceso en el banquillo, por Félix Arellano
Ha sido una jornada intensa para el proceso bolivariano esta primera semana de 47 periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Como se esperaba, la situación venezolana ha estado presente en múltiples escenarios, formales e informales y, de nuevo, lo más contundente ha sido el tema de los derechos humanos, la Sra. Bachelet ha realizado un trabajo admirable, que progresivamente va rindiendo los frutos necesarios.
Frente al tsunami político y diplomático, el escapismo del proceso, viajando a países aliados como Rusia y Corea del Norte, no logró los resultados esperados; por el contrario, ha dejado impresiones paradójicas, una Rusia distante y unas declaraciones sin mayor contenido, que dejan más debilitado al proceso.
En los debates de los Jefes de Estado y de Gobierno en la plenaria de la Asamblea General, el tema venezolano ha estado muy presente, así como en las reuniones paralelas. De particular importancia, la reunión de Cancilleres del Órgano de Consulta del Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), pero también se han efectuados reuniones del Grupo de Lima y del Grupo Internacional de Contacto de la Unión Europea.
Todos los grupos, las intervenciones y las declaraciones tienen como eje central de coincidencia, el respaldo unánime a la salida pacífica y democrática. Además, es evidente que se está endureciendo, tanto el tono, como las acciones. La resolución aprobada en el marco del TIAR se podría calificar como el texto más contundente aprobado en el marco internacional, tanto en lo que respecta a los considerandos, que describe claramente lo más negativo del proceso bolivariano, pero también en las acciones previstas para enfrentar sus negocios ilícitos.
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Igualmente, la Unión Europea ha destacado la necesidad de incrementar la presión, para lograr el objetivo de la salida pacífica y, de hecho, ha incorporado nuevos funcionarios del proceso en la lista de sancionados por violaciones de los derechos humanos. De nuevo, digno de reconocimiento, los esfuerzos del Presidente Donald Trump, quien, presidiendo una importante reunión con líderes latinoamericanos, ha ratificado el interés de su gobierno por el tema venezolano, una prioridad en su política exterior.
El Grupo de Lima también se mantiene firme en su apoyo y, progresivamente, va ampliando y fortaleciendo su estrategia de acción, como lo ha demostrado en el marco del Consejo de Derechos Humanos, donde viene desarrollando un activa labor para la aplicación de las acciones más decisivas ante la magnitud de la grave situación que describe el Informe presentado por la Alta Representante de Derechos Humanos y, en efecto, su constancia y efectividad ha permitido la aprobación de una resolución novedosa, mediante la cual se establece “una misión de establecimiento de hechos”, para profundizar en la investigación de la situación de los derechos humanos en nuestro país.
Esperamos que su activa diplomacia permita paralizar la incorporación del proceso bolivariano como uno de los representantes de nuestra región, en los 47 países miembros del Consejo de Derechos Humanos de las NU. Estamos conscientes que no es tarea fácil, pues le corresponden dos puestos a nuestra región y el grupo de gobiernos autoritarios y radicales también tiene un peso importante en la toma de decisiones en el sistema de Naciones Unidas; además, le asignan especial importancia al tema de los derechos humanos, con el objetivo de paralizar sus funciones, controlar sus instituciones y evitar los efectos de su actuación.
Si a este panorama adverso para el proceso bolivariano, sumamos las esclarecedoras declaraciones del Diputado Julio Borges, quien en estos momentos tiene una importante responsabilidad en la estrategia internacional de nuestra oposición democrática, al periódico El País de España (27/09/2019), todo indica que se debería sincerar la estrategia, ampliar la participación, sumar voluntades nacionales e internacionales, estimular la creatividad, y, fundamentalmente, fortalecer la unidad y la coordinación.
Como bien señala el Diputado Borges, el bloque en el poder solo negociará bajo intensa presión, en consecuencia, se requiere diversificar e incrementar sus modalidades. Una tarea importante, el trabajo con los aliados del proceso bolivariano, para que no obstaculicen la salida pacífica.
La comunidad internacional está interesada y activa, pero se requiere mayor coordinación de los esfuerzos, corresponde a la oposición democrática unida y activa generar e incrementar las iniciativas y lograr que todos los diversos escenarios avances al objetivo de la presión para lograr la salida pacífica y democrática.