El programa de gobierno ideal para Bolivia, por Marino J. González R.

El próximo 19 de octubre se realizará la segunda vuelta para la elección del presidente de Bolivia. En la primera vuelta, los dos candidatos con las mayores votaciones (Rodrigo Paz y Jorge Quiroga) sumaron casi el 59% de los votos. Se puede presumir que en la segunda vuelta estos dos candidatos mantienen el voto de estos electores, y deberán ganarse el apoyo del 41% de los electores que no votó por ninguno de los dos.
El centro de la campaña electoral para la segunda vuelta es la elaboración de argumentos que permitan ganar el apoyo de los votantes. De allí que el programa de gobierno, es decir, la oferta para los electores, puede jugar un rol en la decisión final. En general, las preferencias electorales pueden estar definidas mucho antes de que los candidatos presenten sus programas. El porcentaje de la población que decide el voto exclusivamente por el programa de gobierno puede ser reducido.
El programa de gobierno, sin embargo, tiene otras connotaciones de relevancia. Por una parte, es una guía de los contenidos que los candidatos presentarán con insistencia en la campaña electoral. Y, además, es una referencia para identificar los rasgos del gobierno que puede presidir cada uno de los candidatos. Obviamente, luego de la elección pueden cambiar las prioridades del programa, pero ello debería ameritar una explicación especial, por los efectos que tiene en la confianza de los electores.
Por estas razones es importante identificar los marcos de referencia y las prioridades que contienen los programas de gobierno. Un buen punto de partida para esta identificación es conocer lo que se propone sobre la calidad de la democracia, y sobre la orientación general del desarrollo. Este enfoque vale para todos los países.
La calidad de la democracia debería ser la referencia inicial en un programa de gobierno. Fundamentalmente porque la efectividad de las políticas públicas está asociada estrechamente a la vigencia de una democracia plena. Solo en condiciones de amplia democracia es posible introducir y utilizar mecanismos que promuevan la participación de los sectores sociales para mejorar las políticas públicas. En otras palabras, la ausencia de democracia es sinónimo del bajo desempeño de las políticas públicas. Veamos entonces cuál es el desempeño de la democracia en Bolivia.
En el gráfico se muestra la evolución del Índice de Democracia Liberal (IDL) de Bolivia entre 1980 y 2024, según las estimaciones del proyecto Variedades de Democracia (V-Dem). También se incluye en el gráfico la evolución del IDL de Dinamarca (país del mundo con mayor IDL), y Costa Rica (país de América Latina con mayor IDL). Luego de un valor máximo del IDL en 2004, Bolivia ha experimentado una notable disminución de la calidad de la democracia. En 2024 el valor del IDL fue la mitad del que se estimó en 2004.
Gráfico 1
Bolivia: Índice de Democracia Liberal. IDL, 1980-2024
Fuente: Variedades de Democracia (V-dem)
El segundo aspecto a considerar, la orientación general del desarrollo, se puede evidenciar a través del Índice de Complejidad Económica (ICE) elaborado por la Universidad de Harvard. Este índice es negativo cuando el país tiene menos capacidades para generar riqueza que el promedio de los países. En el gráfico se puede apreciar que Bolivia ocupa el lugar 131 de 145 países (Chad es el país con menor ICE). Las brechas con respecto al país del mundo con mayor ICE (Singapur) y el país de América Latina con mayor ICE (México) ilustran las grandes restricciones del desarrollo de Bolivia para crear riqueza. En el último cuarto de siglo Bolivia ha descendido casi 50 puestos en el ICE.
Gráfico 2
Bolivia: Índice de Complejidad Económica (ICE), 1995-2023
Fuente: Atlas de Complejidad Económica, Universidad de Harvard
Tal como se puede apreciar, Bolivia confronta grandes retos para mejorar la democracia y la orientación general del desarrollo. Ambos retos deberían estar expresados en los programas de gobierno de los candidatos para la segunda vuelta, tal como están disponibles en el sitio web del Órgano Electoral Plurinacional de Bolivia. Sin embargo, en ninguno de los programas se consideran estos grandes problemas.
En el programa del candidato Rodrigo Paz no se menciona ni una sola vez la palabra “democracia”. En el programa del candidato Jorge Quiroga se incluyen medidas para mejorar la democracia dentro de un conjunto más amplio de prioridades. En los dos programas no aparecen ni una sola vez consideraciones estratégicas sobre diversificación productiva, competitividad, y productividad.
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La toma de posesión del próximo presidente de Bolivia se realizará el próximo 8 de noviembre. Lo que se puede anticipar es que en la agenda de trabajo no aparecerán de manera destacada las prioridades para enfrentar las restricciones en la calidad de la democracia y en la orientación general del desarrollo. Asumiendo que aquello que no se considera como objetivo es muy difícil que se pueda alcanzar, es bastante factible que las políticas públicas que requiere Bolivia para superar estas restricciones no serán diseñadas. Los programas de gobierno lo dejan lamentablemente bastante explícito.
Marino J. González es PhD en Políticas Públicas, profesor en la USB. Miembro Correspondiente Nacional de la Academia Nacional de Medicina. Miembro de la Academia de Ciencias de América Latina (ACAL).
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