El Psuv busca votos con nueva imagen, pero con las viejas costumbres, afirman expertos
La tolda roja, así como en campañas previas, dispuso del patrimonio público e instituciones estatales. Sin embargo, en esta oportunidad hizo a un lado el “rojo, rojito” para ganar la simpatía de otro tipo de electorado
Por Valentina Gil
El ventajismo es el estandarte del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv) en tiempos electorales. Durante estas dos semanas de campaña -e incluso antes– la tolda roja ha aprovechado su dominio en los organismos públicos para promocionarse, tanto presencial como virtualmente.
Pese a las prohibiciones establecidas en las leyes electorales, los candidatos con cargos públicos sacan ventaja de los recursos de sus respectivos estados para hacer campaña. También los que no pertenecen a la administración pública, pero usurpan funciones, como los “protectores”, incurren en estas prácticas.
De igual forma, la presencia del Psuv en los medios de comunicación del Estado ha sido mayor en comparación a los otros partidos. Y este año repetirá la estrategia del 1×10 para garantizar la participación de toda su militancia.
El politólogo Ricardo Sucre Heredia afirma que el chavismo se siente consolidado en el poder y por ello apuesta a las estrategias convencionales. A su juicio, el oficialismo apela a su unidad y fuerte identidad política, características que la oposición no tiene en estos momentos.
Carmen Beatriz Fernández, experta en comunicación política, coincide con Sucre Heredia y asegura que la estrategia política del Psuv es sencilla pero potente: divide e impera. “El chavismo está muy claro que representa una minoría. Pero saben que una minoría cohesionada y militante puede contra una mayoría desorganizada e inorgánica”.
El PSUV «cambió de imagen»
Hay candidatos que ya no visten con el característico “rojo, rojito” del partido para esta campaña electoral. En cambio, decidieron irse por el azul, el verde y los tonos pasteles, como es el caso de Georgette Topalián, aspirante a la alcaldía del municipio Baruta del estado Miranda; Héctor Rodríguez, en Miranda o Freddy Bernal, en Táchira.
El rediseño no responde a fines estéticos. El chavismo busca acercarse a aquellos electores que no simpatizan con el oficialismo, pero tampoco con la oposición. Aunque se trata de un electorado que no cree en la política, puede marcar la diferencia si decide votar, según Sucre Heredia.
“En unos circuitos donde claramente nunca va a ganar el oficialismo, como son los municipios caraqueños, pues se disfrazan de lo que no son. Y en otros donde el chavismo no está tan mal visto, se quitan el rojo pero conservan los ojitos de Chávez, que tiene un jalón muchísimo más fuerte que el madurismo”, agrega Carmen Beatriz Fernández, experta en comunicación política.
En este sentido, el Psuv también se vale de “chavistas originarios” para apoyar a las caras nuevas que lanzó en estas elecciones. Diosdado Cabello, Jorge Rodríguez, Francisco Rangel Gómez y Jacqeline Faría han estado presentes en los eventos de campaña de algunos candidatos.
“Nunca van a abandonar la figura de Chávez, porque es lo que le da legitimidad al movimiento. Pero, al final, su proyecto era más ideológico. Creo que Maduro se dio cuenta que el país no va a ser viable así. Entonces, intenta ampliar su base con un mensaje de coexistencia, dirigido a los grupos que anteponen su calidad de vida por encima de la política”, destaca Sucre Heredia.
Así haya crisis, “Venezuela tiene con qué”
La consigna del Psuv busca resaltar la resistencia de los ciudadanos ante las amenazas típicas del discurso oficialista, tales como el bloqueo, la guerra económica y las conspiraciones. A pesar de las dificultades, el pueblo “le echa pierna”, monta sus negocios y sigue con su vida.
“La estrategia discursiva del Madurismo ha sido culpabilizar a las sanciones internacionales de la caída de la economía venezolana. Pero el mismo pueblo venezolano se reinventó y aprovechó la dolarización de facto. El gobierno lo ha visto y lo está dirigiendo a su eslogan proactivo. Responde a una lectura sobre el comportamiento de las personas”, añade el profesor Eduardo Valero-Castro.
Para el politólogo Sucre Heredia, el efecto del eslogan puede ser reducido, porque el mensaje choca con la realidad del país. Como el chavismo tiene fama de incumplir promesas, ahora los electores demandan eficacia.
“Quizás tenga cierto eco en los electores, porque apela al nacionalismo y refuerza su confianza, pero los mismos votantes están conscientes de que hay cosas que el oficialismo no puede resolver. Tendría que demostrar que puede hacerlo, pero están gobernando desde el 99 y aún dicen que hay que mejorar los servicios, por poner un ejemplo”, puntualiza.