El secretismo ensombrece la posibilidad de una salida negociada a la crisis
Los llamados de Nicolás Maduro para adelantar comicios legislativos se alejan de la meta sobre las elecciones presidenciales libres que es prioridad para Juan Guaidó. Aunque Stalin González ha asegurado que la fase exploratoria para un diálogo no se parece a los procesos precedentes, desde la Asamblea Nacional cuestionan la opacidad de las negociaciones en Noruega
Desde 2013 hasta mayo de 2019, Nicolás Maduro ha llamado más de 400 veces al diálogo con la oposición. Esta cifra es parte de la bandera enarbolada por el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez, para argumentar el interés de Miraflores en lograr la paz del país.
Los llamados se acentúan cada vez que Maduro está en aprietos o requiere oxígeno como ocurrió después del reconocimiento de varios países al presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaidó, quien el 23 de enero se juramentó como presidente encargado. El guión se volvió a ejecutar con las recientes conversaciones en Oslo entre funcionarios del gobierno de Noruega, representantes de Maduro y emisarios de Guaidó, en lo que se ha calificado como una fase exploratoria que no ha incluido una cita conjunta entre las partes en conflicto.
Esta primera etapa de una eventual nueva negociación se dio, como sucedió en mayo de 2016 en República Dominicana, bajo el signo del secretismo y sin señales claras sobre el rumbo de las tertulias. Las gestiones fueron develadas por Maduro, mientras que Juan Guaidó, que pasó a revista a su delegación el 16 de mayo, no se comprometió a dar el aval al proceso, pero insistió en que todas las opciones están sobre la mesa: La mediación de países que se aproximen a una solución en Venezuela, la cooperación internacional y la actuación constitucional con la Fuerza Armada Nacional (FAN).
“Hay unos enviados a Noruega. Lo hemos dicho que no nos vamos a prestar a una negociación falsa que no lleve al cese de la usurpación, gobierno de transición y elecciones libres”, dijo el presidente del Parlamento. Al mismo tiempo, insistió en que la única manera de sentarse con el oficialismo será con el objetivo capital de discutir la salida del Maduro para que se culmine la usurpación. Ya en marzo de 2019, Guaidó sostuvo que no habría negociación alguna con violadores de los derechos humanos.
Sin embargo, en medio de la dinámica de las gestiones y cuando algunos sectores políticas señalan que la próxima reunión sería el 27 de mayo, Maduro lanzó una propuesta que generó escozor dentro de la AN.
«Vamos a elecciones de la Asamblea Nacional para ver quién tiene los votos. Asumimos el reto, vamos para buscar una solución pacífica, democrática y electoral», señaló el gobernante en un acto político el 20 de mayo, cuando conmemoró un año de su cuestionado segundo período presidencial.
Al día siguiente, el Parlamento aprobó un acuerdo en el que reitera que las presidenciales fueron unos comicios fraudulentos y en cual insistieron en llamar a “elecciones democráticas” una vez que Maduro salga del poder.
No obstantes, fuentes políticas, que solicitaron el anonimato, refirieron a TalCual que pese a que no ha habido nuevas reuniones exploratorias, “las gestiones con Noruega como facilitador no se han roto”.
Sin roce directo
Según el segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional, diputado Stalin González, la tentativa en Oslo no implicó contacto frontal con los voceros de Maduro. Los representantes del gobernante fueron el ministro Jorge Rodríguez, el gobernador de Miranda, Héctor Rodríguez, y un tercero cuyo nombre no se ha develado.
“Estamos en una fase exploratoria. Todas las reuniones fueron a través de Noruega. No hubo reuniones directas con oficialistas”, dijo González.
El parlamentario ha sido el único de los representantes de Guaidó que ha soltado una pequeña dosis sobre las diligencias, en cuya gestión le acompañaron el exalcalde Gerado Blyde y el exministro Fernando Martínez Motola.
Stalin González salió al paso sobre los cuestionamientos de una nueva versión del diálogo y la negociación de 2016 y 2017, cuyo resultado fue que Maduro no honró ninguno de los acuerdos alcanzados: “Uno modifica tácticas pero hay una estrategia concreta. No hay comparación entre un proceso y otro porque las circunstancias son distintas. Estamos en una fase exploratoria, viendo si ellos aceptan o no lo que proponemos”.
El rol de González ha sido reprobado por varios de sus colegas parlamentarios, quienes deploran el secretismo de su actuación y del acercamiento al que accedió Juan Guaidó.
La presencia del segundo vicepresidente de la Asamblea Nacional nos compromete porque no se ha dado el debate ni decidido sobre la materia. Al menos, los partidos que dominan el Parlamento se vieron forzados a discutir el diálogo nivel encuentro que hubo en República Dominicana, en el que por cierto se cumplieron fielmente las advertencias previas o muy previas que hizo la fracción parlamentaria 16 de julio. Lo ocurrido en Oslo es una opacidad que permite distintas especulaciones, pero no podemos darles crédito porque no hubo concreción alguna, clara y palpable de los resultados. No hubo información alguna de propósitos en una reunión que sorprendió al país”, subrayó el diputado Luis Barragán (Vente Venezuela).
El presidente de la asamblea constituyente, Diosdado Cabello, también lanzó leña sobre el secretismo de los representantes de Guaidó: “¿Qué les cuesta asumir la verdad? A nosotros no nos da vergüenza nada de eso. A nosotros nos debería dar pena sentarnos a hablar con ellos, porque no tienen palabra, pero nos sentamos porque estamos obligados a hacer lo que haya que hacer por la paz de este país”.
Mecanismo bajo la lupa
Por su parte, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, censuró la reunión de los delegados del presidente de la AN con funcionarios de Noruega que buscan lograr una facilitación para concretar salidas a la crisis institucional en Venezuela.
«A mí me llamó un poco la atención el tema Noruega, primero porque esto no es un conflicto, esto es una dictadura y se trata de cómo se sale de una dictadura, no de cómo se media en un conflicto. Entonces, ese acercamiento de Noruega al tema es un acercamiento equivocado, porque esto no es un tema de conflicto entre dos partes, esto es cómo se sale de una dictadura», argumentó Luis Almagro.
El analista Miguel Ángel Martínez Meucci señaló que la negociación es sólo una de las herramientas, para lograr el cambio de régimen político, pero no un mecanismo exclusivo. Cree que urge reconstruir la estructura y las capacidades del Estado y para atender la emergencia humanitaria compleja.
“Considero esencial comprender la naturaleza tanto del régimen enfrentado por los demócratas como de la conflictividad que viene afrontando Venezuela desde hace años. El chavismo ha sido un movimiento y régimen de naturaleza totalitaria”, señaló Martínez Meucci, especialista en negociación, en su cuenta de Twitter, en la que expuso varios aspectos puntuales.
5. Dicho esto, considero esencial comprender la naturaleza tanto del régimen enfrentado por los demócratas como de la conflictividad que viene afrontando Venezuela desde hace años. Desde mi punto de vista, el chavismo ha sido un movimiento y régimen de naturaleza totalitaria.
— M.A. Martínez Meucci (@martinezmeucci) May 19, 2019
Destacó que para las gestiones que se han dado debe tenerse claro cuál es la estrategia a seguir para avanzar si las negociaciones fallan.
Por su parte, el analista Carlos Raúl Hernández, acotó que “ninguno de los dos grupos tiene la madurez para negociar en serio”.
Lo que no se cumplió
En esta ocasión, como en 2016 y 2017, Maduro da muestras de que no estar dispuesto a tranzarse por elecciones libres para superar el colapso nacional. Sobre este punto, puntualizó el politólogo Juan Manuel Track: “Maduro sabotea cualquier salida electoral y negociada, ese es su punto más débil. Por eso no quiere elecciones libres y competitivas, no quiere observación internacional, no quiere un Consejo Nacional Electoral (CNE) imparcial. Todo eso que no quiere es por lo que hay que luchar, en todos los tableros posibles”.
Maduro sabotea cualquier salida electoral y negociada, ese es su punto más débil.Por eso no quiere elecciones libres y competitivas, no quiere observación internacional, no quiere un CNE imparcial. Todo eso que no quiere es por lo que hay que luchar,en todos los tableros posibles
— Juan Manuel (@juanchotrak) May 21, 2019
En una carta enviada por el Papa Francisco a Maduro, en febrero de 2019, el pontífice lamentó que no hubiese frutos de la facilitación de la Iglesia en el conflicto nacional.
“Desafortunadamente, todos los esfuerzos fueron interrumpidos porque lo que se había acordado en las reuniones no fue seguido por gestos concretos para implementar los acuerdos”, señaló el Santo Padre.
Ya a finales de 2016, el secretario de Estado del Vaticano, cardenal Pietro Parolin, recordó, también en una misiva enviada al gobierno y a la oposición, la mora en gestos concretos que despejarían el empedrado camino venezolano.
El cardenal, que se desempeñó como Nuncio Apostólico en Venezuela desde 2009 hasta 2013, exigió el cumplimiento sobre la aplicación de medidas urgentes para enfrentar la escasez de alimentos y medicinas; la liberación de los presos políticos; el reconocimiento de las atribuciones de la Asamblea Nacional y la aprobación de un calendario electoral que permitiera decidir “sin dilaciones” y de forma libre sobre el futuro del país. El 20 de mayo de 2018 se celebraron presidenciales en medio de dudas sobre su legitimidad.
Por su parte, monseñor Ovidio Pérez Morales, obispo emérito, rechazó un nuevo intento de diálogo y subrayó que el objetivo es realizar unas presidenciales independientes, y llamó a sumar fuerzas para salir con prontitud de la crisis del país.
Junto al Pdte(E)cohesionar fuerzas internas e internacionales pá salir pronto y en paz de este desastre que se https://t.co/ae6PRKMdtc más"diálogos" ni quiquirijuikis¡Elecciones realmente libres en que el soberano diga qué régimen quiere pá este pobre país!
— Ovidio Perez Morales (@OvidioPerezM) May 22, 2019
El prelado enfatizó que los comicios libres no pueden lograrse sin cambios urgentes en los Poderes Públicos. Añadió que este paso es esencial para que los resultados sean respetados.