El Sistema hace gala de la orquesta más grande del mundo para lograr un récord Guinness
El Sistema de Orquestas de Venezuela busca marcar un récord global al reunir a la orquesta más grande del mundo, con la suficiente brecha para hacerlo casi incontestable. Lo intentará el sábado 13 de noviembre bajo la batura del director Andrés David Ascanio, en el patio de la Academia Militar de Venezuela, en Caracas, donde ejecutantes de todo el país se reúnen quizá por única vez en su vida para interpretar la Marcha Eslava de Tchaikovsky y lograr la certificación internacional
Para romper un récord Guinness los intérpretes de El Sistema de Orquestas deberán hacer música «con los ojos». Las 11 pantallas gigantes dispuestas alrededor del patio de la Academia Militar de Venezuela, en el corazón del Fuerte Tiuna en Caracas, deben ser las que cada ejecutante tome en cuenta al momento de seguir el movimiento de la batura del director.
«El récord es que logremos tocar todos juntos, no tocar más fuerte. Debemos estar orquestados. No me vean a mi sino a las pantallas». La indicación se repetía una y otra vez en voz del director Andrés David Ascanio, quien será el encargado la tarde del sábado 13 de noviembre de guiar el ensamble orquestal de unos 12 mil músicos reunidos en la capital venezolana.
El patio de la Academia Militar es amplísimo, coronado por una gran tarima desde donde 9 de las 11 pantallas muestran al director a gran tamaño. La exigencia de seguirlo con los ojos evita que haya confusiones con la velocidad en que viaja el sonido entre los ejecutantes más cercanos al proscenio y los ubicados hacia atrás, allá a lo lejos. «Tú lleva tu ritmo, vas a sentir que ellos están tocando retrasados pero no es así. Sigue en lo tuyo», le recomienda casi al oído Ascanio a Naileth Castro, la cabimera que también fungirá como directora el sábado.
Abajo, en la explanada, decenas de músicos de todas las edades están organizados por bloques orquestales. Desde allí deben guiarse por las pantallas y no por sus oídos, que priorizan los sonidos de los demás músicos cercanos en contraste con el de aquellos más alejados, cuya música llega con retraso.
Son los preparativos para el intento que El Sistema hará la tarde del sábado por conseguir el récord como la Orquesta Sinfónica más grande del mundo, certificada por el Libro Guinness. Para ello, la firma KPMG será la encargada de validar que más de 8.097 de los 12 mil músicos presentes toquen en conjunto la Marcha Eslava del ruso Piotr Ilich Tchaikovsky.
Así se cumplirá el requisito: interpretar una pieza sinfónica con al menos cinco minutos de duración a manos de un ensamble que supere en cantidad de personas el récord marcado en Rusia en 2019.
El Sistema pondrá en líneas a más de 12 mil músicos para el concierto de una hora de duración. El intento formal consta de la Marcha Eslava con sus 12 minutos de duración, que la organización espera sea ejecutada finalmente por unos casi 10.500 de los presentes. El resto, pertenecientes al programa Alma Llanera de música tradicional venezolana y al sistema de Coros, se sumará al espectáculo para el repertorio adicional que incluirá el Alma llanera, El merengue del primer dedo, Venezuela, Chamambo y el Himno Nacional.
El ministro de información Freddy Ñáñez dijo preferir que los titulares digan que el récord se conseguirá con todos los 12 mil porque «soy megalómano».
El repertorio escogido cumple con el requisito internacional, «pero también forma parte del programa de formación de El Sistema», dice Andrés David Ascanio, también Director Académico Musical de la fundación además de sobrino del maestro José Antonio Abreu e hijo de un fundador del programa musical. «La Marcha Eslava es una obra que representa la magnitud del evento pero también es formativa para quienes forman parte del Sistema. Todas estas piezas son muestras de nuestra metodología», agrega.
Eduardo Méndez, director ejecutivo de El Sistema de Orquestas, recuerda que la creación del maestro Abreu ha inspirado proyectos en más de 70 países, y de allí lo relevante en poder mostrar no solo un récord sino una forma de hacer las cosas. «El 2 de abril de 2018 despedimos en el Poliedro de Caracas al maestro Abreu con 10.000 niños aproximadamente reunidos para homenajear a nuestro fundador. Entonces conversamos sobre la inquietud de contactar a Guinness a ver si podíamos hacer algo con esos números. Los tiempos no daban para venir en esa oportunidad a ver esa cantidad que ya era mayúscula. Además hay una preparación, una documentación, para tener la atención de ellos y que puedan verificarlo. Nos trazamos la meta desde entonces».
Los rigores de la pandemia frenaron los planes, hasta que hace más de dos meses se pusieron en marcha para conseguirlo. El repertorio fue decidido por un Consejo Académico y comenzado a ensayar en núcleos de todo el país. Este sábado, en Caracas se reúnen niños, jóvenes y adultos llegados de todos los rincones del territorio cargando sus instrumentos. Los más pequeños llevan colgado al cuello las fichas identificadoras con nombre, cédula, núcleo de origen, estado de procedencia e instrumento que ejecutan.
Todos deberán seguir los movimientos de la batura de Ascanio, pero también de los otros directores invitados que guiarán el resto del repertorio, uno por cada pieza: Naileth Castro (Zulia), María Gabriela Hernández (Caracas), Urielys Arroyo (Aragua), Diego Luzardo (Miranda) y Enluis Montes (Lara).
En el ensayo general del viernes en la tarde, el sol ponía sus acordes. María Gabriela, una violinista carabobeña, embadurnaba sus brazos con protector para evitar una insolación. «La emoción es grande, uno sabe que está haciendo esto para quedar en la historia. Vale la pena este solazo». Algunas filas más allá, Andrea se resguarda bajo una sombrilla.
No todos se conocen. Muchos no se volverán a ver. Pero este sábado tocan juntos. «Nos organizaron por bloques para que podamos escucharnos entre todos. No podían poner a todos los percusionistas juntos porque no habría referencias para los demás. Debemos escucharnos como orquesta, y por eso estamos repartidos así, como varios ensambles unos al lado de los otros», explicaba Javier sentado frente a un timpani.
En la avenida central de Los Próceres, donde ocurren los desfiles militares, se organizan los cientos de autobuses que trasladaron a los músicos desde todos los rincones del país para llegar al patio de la Academia Militar, en lo que será la interpretación más exigente de El Sistema hasta ahora, por su despliegue masivo, que mantiene a Jorge Redondo, encargado de los aspectos técnicos con la firma Oz Producciones, atento a todos los detalles, walkie talkie en mano.
El evento será transmitido alrededor de las 5:00 pm por la señal de Telesur y El Sistema dispondrá de una señal en video en su página web para seguir el concierto desde cualquier parte del mundo. Figuras como Gustavo Dudamel o Christian Vásquez no estarán presentes.
De lograrse el récord, la organización Guinness comunicará el veredicto tres o cuatro días después del intento y entregará el premio a la Orquesta Sinfónica más grande del mundo, conformada en este caso por intérpretes desde los 12 años (el menor de los participantes) hasta los 77 años, la edad del maestro Frank Di Polo, quien fue el primer concertino de El Sistema en su historia y empuñará de nuevo el violín para hacer historia.
Fotos: Víctor Amaya