El tiempo corre, por Teodoro Petkoff
El presidente Chávez sabe bien que en béisbol las carreras se producen cuando los hits se combinan en una misma entrada y se logra el rally. Hits dispersos a lo largo de los nueve innings no llevan gente para la goma. Igual debería ocurrir con la materialización de la voluntad insinuada hace tres semanas de rectificar conductas equivocadas. El tiempo corre y aparte de un discurso más sobrio y de la solución de lo de Pdvsa, no se ha visto ninguna otra iniciativa, a no ser la designación de la comisión para el diálogo, cuya estructuración chucuta arroja dudas sobre el cometido que se espera de ella. El tiempo corre y el país se impacienta.
Uno de los escenarios fundamentales para el diálogo político es la Asamblea Nacional, pero en ésta parece haberse atrincherado el talibanismo emeverrista. Escenario privilegiado para ese diálogo y para adelantar acciones concretas que contribuyan a crear una nueva atmósfera política en el país, se ha transformado, sin embargo, en una especie de ciénaga, de tremedal, donde se van hundiendo las expectativas populares. Están allí las leyes de la Habilitante. El propio oficialismo ha manifestado la intención de revisar 17 de ellas pero no se da ningún paso en ese sentido. Está pendiente la elección del CNE, cuya futura integración reflejaría, sin duda, la nueva correlación de fuerzas en la Asamblea, pero no hay movimiento. Del debate sobre la relegitimación del Poder Ciudadano no se sabe nada. La Comisión de la Verdad, sin ley que la cree, parece a punto de naufragar en las aguas de la improvisación y de las ganas de que los acontecimientos de los «idus de abril» queden envueltos en una cobija de confusión. El talibanismo emeverrista bloquea el Parlamento, pero también la oposición luce extrañamente paralizada y sin iniciativa. Las interpelaciones iniciadas ayer por la comisión política de la Asamblea parecieron más una oportunidad para una bochornosa sesión de catarsis de los diputados oficialistas que para un efectivo debate sobre los acontecimientos políticos del 11A.
¿Adónde nos lleva la lucha de poder en el seno del chavismo? Sin duda, los dioses ciegan a quienes ellos quieren perder.