El tío Chávez, por Teodoro Petkoff
El gobierno ha decidido suspender las ventas de petróleo a la República Dominicana como represalia por una supuesta participación de funcionarios de aquel país en planes para matar a Chávez. Admitamos por un momento, en gracia al análisis, que pudiera haber algo de verdad en tamaña acusación y que algún ministro quisqueyano está involucrado, como deslizó Chávez en una de sus peroratas, en un demencial plan magnicida. ¿Puede admitirse que la respuesta sea cortar el suministro de petróleo, utilizando la relación comercial como arma política?
Hay gente de este gobierno, Rangel, por ejemplo, o el canciller Chaderton, que tiene cuarenta años protestando el bloqueo a Cuba; denunciando la Ley HelmsBurton como una demostración de la arrogancia imperial yanqui, la cual utiliza el arma económica para estrangular a un enemigo político; denunciando también la Ley Torricelli, que vendría a ser otra muestra de esa misma arrogancia imperial que pretende hacer de las leyes norteamericanas leyes para todos los países del planeta.
Otros, más jóvenes, como el inefable Tarek William Saab, por ejemplo, no tienen tanto tiempo con ese discurso, pero si varios años llenándose la boca con unos sermones que acusan el bloqueo contra Cuba como un atentado contra los derechos humanos. ¿Y qué decir de la gente del PPT, que al menos alguna vez tuvo principios? ¿Cómo se siente Alí Rodríguez ejecutando la orden de paralizar las ventas de petróleo a la República Dominicana por razones políticas? Es ocioso preguntar cómo se puede sentir Chávez: para él se trata de un asunto que no le produce el menor problema de conciencia.
Los caudillos son así. Ellos son la medida de todas las cosas.
Si Chávez tiene evidencias de que hay gente del gobierno dominicano conspirando contra él pues rompa relaciones diplomáticas con el gobierno de Santo Domingo, denúncielo en la OEA, en Naciones Unidas, en la Corte Celestial, pero no tiene ningún derecho, como no lo tienen los gringos respecto de Cuba, a utilizar el petróleo como arma política, para extorsionar a otro gobierno, castigando, en verdad, a su pueblo. Si el jefe de la conspiración, según Chávez, es CAP, pues este caballero donde vive realmente es en Estados Unidos ¿Por qué Yo, El Supremo no le corta el suministro de petróleo a Estados Unidos? ¡Ah!, porque mapurite sabe a quien le arroja sus ventosidades.
Hay en todo esto una cosa de ventajismo y, en el fondo, de cobardía, verdaderamente indignas del gentilicio venezolano. Chávez nos avergüenza. Pero, esto es parte de la desesperada campaña electoral en que anda el caudillo.
Reparte real al voleo, encadena la televisión de un modo neurótico y anda buscando algún conflicto exterior –eso sí, no peligroso, porque con los de su tamaño no se mete–, para tocar la tecla chovinista. Sin embargo, paradoja de paradojas, ironía sangrienta, desarma la argumentación contra el bloqueo a Cuba. Los gringos podrian justificarlo tomando como testigo de cargo nada menos que al mejor aliado de Fidel, quien pensará que con aliados así no necesita enemigos.