El Venezolano desnudo, por Wilfredo Mora Graterol
Autor: Wilfredo Mora Graterol
Oí tu voz en el huerto
y tuve miedo porque estaba desnudo
Génesis III
Con la revolución del folclórico Bolívar Fuerte y Volver América Grande, el venezolano quedó al desnudo.
El pródigo venezolano se jugó, su herencia democrática toda de cuarenta años, a la mayor suma de felicidad, representada por un feriante salido de las Fiestas de Achagua, Cajón del Arauca.
Fue el Oráculo del Guerrero, compendio de herméticos aforismos donde el teniente coronel saciaría su sed de un libro sapiencial, pero no pasó de ser pozo de agua sucia, por lo oscuro, se veía profundo, pero resultó puro mugre.
“Desde el Jardín”, libro llevado al cine, muestra a un mimético Peters Sellers en el oficio de un jardinero prodigándose con atornasolados aforismos ante una audiencia ávida de comer churros con chocolate, lo más aproximado a la máxima felicidad.
La audiencia del jardinero, la conformaba un congresista norteamericano que tuvo la mala suerte de atropellarlo, y no le quedó otra que cuidar de él para evitar un escándalo. Allí se traba una momentánea amistad y un intenso diálogo sobre problemas del mundo, que se disuelven entre los aforismos de un humilde jardinero, que en nada se diferencian del libro El Oráculo del Guerrero.
Mientras Jorge Olavarría denunciaba la farsa independentista castro comunista, el jardinero, teniente coronel, leía el libro, levantando un muro.
Decían sus asesores- El gran pontífice entre poder y pueblo- – un demiurgo, un hombre con cuerpo de caballo, prometía La Mayor Suma de Felicidad, cantante, jugador de pelota, conversador, humorista, todo lo rebautizaba, con su personal carisma. No pudo cambiarle el nombre a la Vino Tinto del fútbol criollo, siempre le tuvo ganas, si por él, habría preferido, Ron con Pólvora, o cualquiera cosa explosiva. Vergataria. Democracia participativa y protagónica, parlamentarismo de calle, todo tenía ese tufillo de Ron con Pólvora. Pero Desde el Jardín, considerada una pieza emblemática del surealismo, no se había visto nada semejante a la La Mayor Suma de Felicidad de Venezuela, en eso se jugó el venezolano, la experiencia democrática. Después de veinte años, no quieren hacer el control de daños. El inventario del diluvio que resultó la revolución que arrasó con todo para hacerlo todo de nuevo. No quedó nada. Si no el venezolano desnudo. El sucesor ha perdido contacto con la realidad. En Colombia le llaman Paisano, pero él no voltea. Sus sobrinos le han salpicado con la Fariña Colombiana del contrabando de cocaína, pero, con todo y eso, él asegura ganar las elecciones. Es como ir a las olimpíadas y llegar dopado de esteroides.
Cuando se pierde la vergüenza, ésta no vuelve. El espectáculo improductivo que es bastante decir, es superado por la fiesta que hace el incompetente presidente sobre la crisis humanitaria cuando anuncia su candidatura a un próximo mandato
Semanas de menos de cuarenta horas de trabajo con pensiones, bonos especiales para mujeres que deseen, parir, sin parar, cada nueve meses, educación regalada, libros gratis.
Los convenios con gobiernos extranjeros en 18 años, incluían a los asesores cubanos que se sacaron con Venezuela, el Gordo de la Lotería de Navidad.
Venían a Traki, para llevar microondas, lavadoras, licuadoras, sillas, mesas camas. Había que comprarlo todo, antes que arreciera la escasez de todo como ocurrió.
Los chinos se encargaron de proveer la infraestructura aeroespacial, tá barato dame los tres,
Tres satélites chinos para la feria de dulces abrillantados, como se hacían ver, los convenios con Cuba y con China.
Los cubanos pidieron a Venezuela echarles un cable con la internet, vetada en la isla, por su vinculación al Satán del Capitalismo, lo cual se hizo en las insondables profundidades del mar, donde no se oyen los gritos, curioso, que los cubanos vinieran como asesores en redes de internet, cuando ellos en su vida habían conocido tecnología alguna, venían a aprender, y cobraban como tutores y asesores. Tomaban hoteles completos, Recibían un trato de vedettes, estrellas del Circo de Soleil, porque hacían acrobacias en las plazas los sábados, pintaban, bailaban todo lo cual estaba incluido en el paquete de animación cultural, deportiva, y aunque nunca habían visto el internet, se les veía por remotos pueblos de Pregonero, donde el Uribante y el Caparo se cruzan en un romántico embalse, por los lados de Siberia. Táchira.
La gran feria para encadenar el país a los medios, todos, en las manos de Miraflores convertido en un plató de televisión. En 18 años, destacaron las figuras de funcionarios multiusos. Delcy Rodríguez, de canciller, a directora de la Orquestas Infantiles, Villegas como arquitecto de la Misión Vivienda, y de aquí a ministro de la Cultura, el policía motorizado se convirtió en ministro de agricultura y tierras urbanas, por donde caminan van expropiando.
La complejidad que supone un sistema de gobierno, apuntalado con especialistas, pasó a convertirse en un progresivo asalto en todas las esferas.
Se fueron de marcha, con la espada de Bolívar, a recorrer América Latina, mientras la firma Odebrecht galopaba el continente sembrándolo de corrupción. Lula ahora será reubicado en un Centro de Reeducación para tratarle un problema de corrupción y abuso de poder.
II
La península de Corea, dividida por el paralelo 38 en dos sistemas opuestos representa, las dos caras de la misma moneda:
El Espíritu Asiático
En Corea-del-Norte, el férreo comunismo, ofrece la paz de las armas atómicas- respaldada por China a la cual, podría salirle el tiro por la culata.
En Corea del Sur, el competente capitalismo surcoreano surte con solvencia a empresas norteamericanas con la circuitería de los celulares más rápidos del mundo.
El espíritu asiático domina en las dos porciones del mismo territorio
No así Venezuela que ni en Capitalismo ni en Comunismo ha parecido funcionar.
Lo de la península coreana se llama espíritu asiático, trabajador y disciplinado. Lo de Venezuela, espíritu cubano, santero y gozón.
No son así, los vietnamitas, renacidos de una guerra, hoy son una sociedad, donde se castiga botar chicle en la calle.
Los cubanos, esperan en la puerta de sus casas, sentados en chancleta de baño. Sin internet, sin telefonía, sin dinero, sin comida, pero con vista al mar. Vienen a Venezuela a catequizar y predicar la palabra de Castro.
¿Ha mostrado la revolución, el venezolano al desnudo, diletante e indulgente, cómodo, chistoso que prefiere como su presidente, bailar, a trabajar?
No hemos tenido el espíritu asiático, como el vietnamita, o el japonés que se sobrepone a los tsunamis y terremotos cada seis meses.
Hoy, el espíritu de la carencia, recorre el país promoviendo la pobreza y el sacrificio, como una virtud.
El nuevo gobierno, desde el primer día, levantó muros, igual a los chavistas cuando adquieren nuevos inmuebles en zonas residenciales. Instalan cámaras de vigilancias, rodeados de escoltas no creen ni en el cuadrante de la seguridad ni en el patrullaje inteligente, sino en la intimidación de andar armado. Llegan al poder a levantar muros como hace Trump.
Ante la falta de medicinas, no tienen remedio. Ante la falta de alimentos, hace guasa con la dieta de Maduro. La falta de luz, a Toda Vela
El espíritu asiático de países como Vietnam arrasado por una guerra cruenta, se transformó en un modelo capitalista y progresista, gracias al tesón y a la capacidad de trabajo.
Usted va a los ministerios púbicos de la Av. Urdaneta, y ve no menos de quince a veinte porteros, controlando quién entra y quién sale, siempre con unos sistemas de radio en clave, como en un depósito, moviendo a la gente, como si fueran cajas. La improvisación y el sentido de urgencia, donde falta de todo, domina la escena. El que estaba en la portería, es ahora ascensorista, el que era ya no está, como un carro destartalado al que todo le suena, así mal funciona todo.
La política cubana ha implantado seres desmoralizados en las puertas de sus casas, pasmados por la inactividad porque la iniciativa privada, condenada está, como el alcohol en país musulmán.
Volviendo al Génesis de todo:
– Hombre ¿dónde estás?
– ¿Por qué te escondes?
– Es que estoy desnudo. Tengo Vergüenza
¿Qué has hecho Maduro? ¿No tienes vergüenza o qué?
La Vergüenza, cuando se va, no vuelve