Elecciones en la OEA, por Félix Arellano
Luis Almagro culmina su primer período, de cinco años, como Secretario General de la Organización de Estados Americanos (OEA), el próximo 26 de mayo, y el Consejo Permanente ha aprobado la convocatoria de una Asamblea General Extraordinaria, para el 20 de marzo del presente año, con el objetivo de elegir el nuevo secretario general para el período 2020-2025. Hasta el presente, se cuenta con tres candidaturas, pero la normativa no impide que se postulen nuevos candidatos, incluso durante la realización de la asamblea.
Al día de hoy están inscritas las candidaturas de María Fernanda Espinoza, excancillera del Ecuador en los tiempos de Rafael Correa, quien no fue presentada ni cuenta con el voto del actual gobierno de Lenin Moreno, el gobierno ecuatoriano ha manifestado su apoyo a Luis Almagro.
Sorprendentemente, el Gobierno de Perú ha lanzado la candidatura de Hugo de Zela, diplomático de larga experiencia, actual Embajador de su país en Estados Unidos y con una importante trayectoria en la OEA; empero, pareciera que los cálculos iniciales de posicionar un discurso equilibrado no están logrando los resultados esperados.
La normativa le permite a Luis Almagro una reelección y, en efecto, él se ha presentado, no lo postula el gobierno de Uruguay, su país de origen, pues el acto ocurrió durante el gobierno del Frente Amplio y el ala radical de ese partido, lo rechaza, en particular, por su sólida posición frente al autoritarismo bolivariano en Venezuela. Conviene señalar que el nuevo gobierno electo de Luis Lacalle Pou, quien toma posesión antes de la fecha de la elección, ha garantizado su voto a favor de Almagro. La postulación de Almagro ha correspondido al gobierno de Colombia; ahora bien, el gobierno de los Estados Unidos está trabajando muy activamente como su gran operador.
La Sra. Espinoza se proyecta como la candidata del radicalismo, fue postulada por el gobierno de San Vicente y las Granadinas y, en principio, aspiraba que la tradición del Caricom de votar en bloque, le permitiera contar con el peso de los 15 votos del Caribe, aspiración lejana de la realidad, ya que para esta elección el Caribe se presenta dividido, y polarizando entre las candidaturas de Espinoza y Almagro, lo que resta posibilidades al candidato peruano; empero, tampoco le permite a la Embajadora Espinoza alcanzar el anhelado número de los 15 votos del Caribe, y la aleja de los 18 votos necesarios.
La decisión del gobierno peruano de presentar un candidato generó sorpresa dentro de la organización, entre otros, por su importante protagonismo en la lucha por el restablecimiento de la democracia en Venezuela; de hecho, uno de los grupos más activos en ese objetivo, ha sido denominado Grupo de Lima, y en la estrategia, la labor del actual Secretario General Luis Almagro ha sido determinante. Algunos estiman que la decisión obedece juegos de política interna, ya que el Presidente Martin Vizcarra, buscando apoyos políticos, que faciliten su gobernabilidad en el Congreso, está vinculándose con sectores de la izquierda peruana que rechazan la candidatura de Almagro.
El candidato peruano esperaba que su experiencia diplomática, en particular dentro de la OEA y su discurso de equilibrio le permitiría ganar la mayoría de votos del Caribe, asumiendo que la Sra. Espinoza declinaría a su favor. La situación no parece avanzar en esa línea, el ambiente se está polarizando entre Espinoza y Almagro y Zela se está quedando solo. Adicionalmente, conviene señalar que su estrategia frente al Caribe no está resultando acertada. Los gobiernos caribeños son sensibles frente a la posición de algunos países que solo los consideran en momentos de votaciones y, los principales operadores del Embajador Peruano, como son Argentina y México, no se ha caracterizado por una política consistente con el Caribe como un bloque.
A medida que avanza el tiempo se percibe un ambiente tenso y polarizado con interesantes posibilidades para la reelección de Luis Almagro, empero, con la votación secreta, como está previsto en el reglamento, sorpresas pueden ocurrir. Ahora bien, a la altura del proceso, muy cerca de la elección, preocupa la escasa atención en los aspectos de fondo, en la necesaria revisión de temas y definición de la orientación estratégica de la organización.
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Conviene destacar que, no obstante los enemigos radicales de la OEA, la organización se ha consolidado con el esfuerzo de Almagro en la Secretaría General. En buena medida, la organización representa el epicentro de la política hemisférica; ahora bien, es necesario, entre otros, fortalecer sus pilares fundamentales, a saber: la defensa de los derechos humanos y la institucionalidad democrática.
La experiencia venezolana ha evidenciado temas urgentes que reclaman de la atención de la organización, entre otros, en lo que respecta a la Carta Democrática Interamericana se requiere un mayor espectro de acciones para enfrentar a los gobiernos autoritarios, mecanismos efectivos de alerta temprana que permitan frenar las desviaciones y una mayor participación de los afectados en los procesos de investigación. En el tema de los derechos humanos se espera que el nuevo Secretario General, promueva todas las acciones necesarias para fortalecer la institucionalidad existente y garantizar su funcionamiento efectivo, teniendo presente que los gobiernos autoritarios están trabajando para su desmantelamiento.