Elecciones y erecciones, por Julián Martínez

Si es por distraerse hay otras maneras mucho más divertidas. Sin duda es mejor una partida de dominó, que movilizarse para apoyar a la dictadura votando por cualquiera de sus candidatos. Tampoco se enoje con el amigo o el familiar que, cayendo en la trampa del régimen, crea que hay que ir a “votar” en estas “elecciones”. En realidad no importa, todos sabemos el resultado y también estamos al tanto de que fueron convocadas por la fraudulenta ANC, con lo cual no pueden ser válidas.
Lo que sí resulta esencial es que el régimen no las suspenda. Hay que rezar todos los días para que ocurra el fraude del 20 de mayo; porque la cosa se pondrá interesante a partir del 21, cuando más de 50 países (incluidas casi todas las principales economías del mundo) no reconozcan los resultados anunciados con la irreversible tendencia del CNE. Por un lado será –lamentablemente– un período terrible para los millones de ciudadanos que a duras penas sobreviven lejos de los lujos de enchufados y otras especies del gobierno. Pero lo horroroso ya se vive en el país y, si el chavismo sigue en el poder, lo horroroso será lo menos malo de todo lo que nos espera. Por otro lado, las penurias que traerá la “victoria” del chavismo compensarán con creces el empujón para que la dictadura caiga. Luego del 20 la escasez y la inflación se van a disparar junto al resto del montón de enfermedades a las que nos someten estos socialistas del siglo 21, pero el lado bueno es que el fin de la pesadilla estará mucho más cerca.
Después del veinte no podrán hacerse negocios con el país, no habrá nadie a quien invitar en un sinfín de organismos y encuentros internacionales, se tratará de una nación acéfala para muchísimas repúblicas y monarquías del planeta. Y ahí -muy probablemente- comenzará el principio del fin.
Deje que los despreciables de siempre, esos que ya llevan 20 años de latrocinios y otras asquerosidades, se alegren y experimenten placeres sexuales por las venideras “elecciones”. Permita también una que otra humedad por parte de las impresentables (tan ascosas como sus colegas hombres). Sienta junto a ellos y ellas la excitación por el simulacro del 20 de mayo. Al día siguiente chavistas y demócratas estaremos celebrando cosas distintas, pero al menos, por primera vez, nos encontraremos unidos por la alegría. Será el comienzo de la reconciliación nacional.