Elecciones escalonadas: Una incertidumbre más al escenario venezolano
La pandemia por la covid-19 ha llevado al CNE a evaluar todas sus opciones, pero la incertidumbre no allana la confianza para las próximas elecciones, ya de por sí afectadas por la diatriba política, advierten expertos electorales
El pasado 23 de agosto, la rectora y presidenta impuesta del Consejo Nacional Electoral (CNE), Indira Alfonzo, señaló en una entrevista la posibilidad de que las elecciones parlamentarias previstas para el 6 de diciembre, se extendiesen por más de un día debido a la pandemia por la covid-19, que ha infectado a más de cincuenta mil personas desde marzo y ocasionado la muerte de más de 400 venezolanos, según cifras oficiales.
“La variante del covid-19 condiciona por supuesto cuando se establecen mecanismos de cuarentena radical y se disminuyen las posibilidades de movilización, por supuesto que eso debe llevarnos a considerar, y así lo estamos haciendo, la fórmula de que quizás debamos extender el momento de votación a más allá de un día de jornada”, dijo al diario Panorama.
La presidenta del CNE además insistió en que un aplazamiento, hasta los momentos, no está contemplado, y se siguen los protocolos de bioseguridad para minimizar los riesgos de contagio entre los expertos y trabajadores del organismo mientras avanza el cronograma para las parlamentarias.
La Red de Conocimientos Electorales plantea que unas elecciones escalonadas, como las que insinuó la rectora del CNE, pueden generar ventajas “cuando se dispone de poco equipo, capacidad logística o personal con experiencia, o cuando la magnitud demográfica dificulta que la elección se realice en un solo día”.
Al ser coordinadas por un mismo organismo electoral de carácter nacional, se facilita compartir recursos tanto humanos como tecnológicos y, por tanto, se disponen de mejores capacidades, refiere la Red. “Especialmente en componentes tan importantes como la capacitación y la seguridad”.
Pero también advierten las desventajas de este tipo de procesos, principalmente derivadas del control del escrutinio, la información sobre los resultados y que tensiones o problemas de seguridad se puedan exacerbar por el extenso período de votación.
Para la Red de Conocimientos Electorales, retrasar el escrutinio de resultados hasta que se termine toda la votación “podría ocasionar acusaciones sobre malas prácticas, lo que demandaría que el material se tenga que almacenar en lugares seguros hasta que sea escrutado. No obstante, si los votos se escrutan y los resultados se anuncian inmediatamente para promover la confianza pública, se podría afectar el comportamiento del voto, o promover intentos por manipular el voto en áreas que todavía están votando”.
El sociólogo y experto en materia electoral Ignacio Ávalos señala que en las revisiones de varios casos de países que han hecho elecciones en plena pandemia, se ha visto la utilización -en las naciones más avanzadas- de internet para facilitar el voto vía digital. “Obviamente eso es en aquellos países donde el desarrollo y la estabilidad de los sistemas y las plataformas está muy bien. En los países donde eso no es posible y se han hecho elecciones, el método que más se ha usado para evitar la aglomeración es el escalonamiento”.
Además, argumenta que este tipo de elecciones no es fácil “porque la logística cambia mucho. Supongamos que en Venezuela se implante ese sistema, como ya lo asomó la presidenta del CNE, eso es complicado. Existe la posibilidad en Venezuela de extender la elección por varios días, y no porque lo diga yo, sino que la propia presidenta del CNE lo dijo. Todo indica que esa puerta está abierta, aunque no se sabe con seguridad”.
Incluso, Ávalos menciona el posponer las elecciones como una forma de garantizar la seguridad de la población, “pero esa no la ha asomado el CNE”.
El director del Observatorio Electoral Venezolano (OEV), Luis Lander, recuerda que en Venezuela nunca se han hecho elecciones más de un día, “lo cual no quiere decir que no sea posible hacerlo”.
Con respecto a las declaraciones de la rectora Indira Alfonzo, el director del OEV destaca que lo positivo de esa declaración es que “parece que están empezando a percatarse que estamos en una situación severa de pandemia con el covid-19, y que eso de aquí a diciembre parece indicar que no va a mejorar sino que en diciembre vamos a estar peor que ahora”.
Si eso es así, prosigue Lander, “toda medida que se tome para minimizar el riesgo de contagio tienen que ser bienvenida. Si en el Consejo Nacional Electoral van a plantearse la necesidad de disminuir los riesgos de contagio durante la elección, debe ser celebrado, no criticado”.
Pero afirma que la rectora Alfonzo en sus declaraciones “no logra dar una certeza sobre lo que están haciendo. Estamos a poco tiempo de las elecciones y dice que están evaluando todo, con una situación de extremada incertidumbre de si eso ocurrirá o no, si se hacen en más de un día qué significa eso en cuanto a electores. ¿Se dividirán en grupos por la epidemia y se les dará condiciones especiales para evitar la aglomeración en los centros de votación?”.
Este tipo de declaraciones tienen que decirse como una decisión con un programa completo y bien argumentado, asevera el director del OEV, “para generar a los electores, a los testigos, que esta jornada electoral no terminará siendo un agravamiento de la pandemia como ocurrió en República Dominicana”.
Y es que en julio de este año, República Dominicana fue a elecciones para elegir nuevo Presidente y Congreso, cuando el número de contagios de covid-19 en ese país parecía controlado. Luego de las elecciones, se registró un aumento que llevó a organizaciones internacionales a criticar el método tomado por las autoridades electorales de ese país.
El presidente de la Junta Central Electoral de ese país, Julio César Castaños, ha comentado que para ese proceso se tomaron medidas como la desinfección de los recintos electorales; el uso obligatorio de mascarillas; la distancia social de los electores que entraban a los recintos, provistos de mascarillas y guardando una distancia de dos metros, y que los votantes entraban al local de votación uno por uno.
Castaños reconoció, en entrevista a La Tercera de Chile, que una de las medidas más difíciles de aplicar fue el distanciamiento social. “Esto, a causa de que en algunos recintos las condiciones físicas no estaban dadas para mantener los dos metros reglamentarios”.
Hay que hacer los mayores esfuerzos para evitar este tipo de escenarios de rebrotes, reitera Luis Lander, “y esto no se resuelve con unas declaraciones de ‘estamos viendo si’, tienen que presentar un programa completo, detallada, para que las elecciones no estén preñadas de riesgo y evitar que las personas, con razón, se sientan atemorizadas en participar”.
El director del OEV prefiere evitar decir cuántos días podría extenderse un tipo de jornada como esta en el escenario venezolano. “Eso tiene que ser en base a una programación seria, que los expertos intervengan. Por ejemplo, ahorita no existe claridad sobre cuántos y cuáles van a ser los centros electorales habilitados para el 6 de diciembre, cuántas mesas van a funcionar, todos estos son datos absolutamente necesarios para hacer este tipo de programación, que además debería contar con la ayuda de expertos epidemiólogos”.
Las declaraciones ambiguas, lejos de ayudar, lo que hacen es aumentar la desconfianza en la credibilidad del proceso, sentencia Lander.
El OEV también desconoce la cantidad o calidad de máquinas para este proceso. «Solo hay rumores, no hay suficiente detalle. Además, al no haber acreditado todavía el CNE a grupos de nacionales de observación, los necesarios procesos de auditoría de esa plataforma tecnológica, el remanente de la vieja plataforma que se va a utilizar o la maquinaria a incorporar, el software a utilizar, todo esto hace que el proceso de auditoría sea más complejo, porque las auditorías anteriores eran procesos acumulativos, los técnicos que participaban ya conocían de antemano el software y lo que se hacía era presentar las modificaciones en el programa, pero sobre la base de un conocimiento amplio».