Elecciones para superar la crisis, no para atornillar al régimen, por Richard Casanova
Twitter: @richcasanova
Desde algunos sectores de la oposición se insiste en participar a todo evento en las elecciones parlamentarias que pretende convocar arbitrariamente el gobierno ¿Una nueva Asamblea Nacional es la solución a esta pavorosa crisis que padece el país? ¿Acaso hoy no tenemos mayoría en el parlamento y antes de que se instalara, ya el gobierno había actuado desde el írrito TSJ para burlar la voluntad de los venezolanos y secuestrar al Poder Legislativo? ¿Acaso no montaron una ilegal y oprobiosa Asamblea Constituyente para intentar liquidar al parlamento? ¿Qué garantías hay de que esta truculenta historia no se repita? ¡Ninguna!
La dictadura calcula que con esas elecciones (solo parlamentarias) gana tiempo y se garantiza su permanencia hasta final del período. No se percata de que la situación es insostenible y el gobierno se ha hecho inviable. Al contrario, si esos comicios no incluyen la elección de un nuevo presidente y un cambio de gobierno, la crisis se prolongará y con total certeza se agudizará, elevando la conflictividad social y abriendo la puerta a salidas violentas, golpistas, intervencionistas y otros atajos de consecuencias inimaginables.
Lea también: Una pregunta, varias respuestas…, por Fernando Luis Egaña
A pesar de ello, algunos sectores autodefinidos como opositores plantean que indefectiblemente hay que participar en cualquier elección sin importar las condiciones, ni la unidad y mucho menos la opinión del resto del país. Argumentan a partir de falsos supuestos, interpretaciones maniqueas de la democracia y otros alegatos de orden principista. En algunos casos, la intención de tergiversar el debate es deliberada.
Decir que los «participacionistas» son demócratas y todos los demás solo buscan un desenlace bélico o están a favor de una intervención militar, es una falacia ¿Quién les dijo que Guaidó, la AN o algún factor de la coalición opositora mayoritaria, no desea una salida electoral a la crisis?
A eso apostamos todos y en el G4 (principales partidos de oposición), no hay la menor duda sobre el particular. Lo que hay es una ruta para lograr que esas elecciones (parlamentarias y presidenciales) se den en las mejores condiciones posibles y por eso se agotan todos los esfuerzos de negociación con la intermediación de Noruega y mucha presión internacional. Lo que hay es una determinación absoluta de ir a un proceso que contribuya o se traduzca en una real salida a la crisis, no unas elecciones para complacer al régimen, atornillarlo y como dijimos antes, prolongar la crisis, agudizando la tragedia que sufren los venezolanos. Una salida electoral es lo ideal, pero tenemos el compromiso de tomar una decisión consustanciada con la realidad y atendiendo a la opinión del país: gremios profesionales y empresariales, sindicatos, universidades, la iglesia y en general, la sociedad civil organizada.
No hay duda alguna, lo que hay es un propósito firme de actuar de manera unitaria y a partir de lo antes expuesto: dependiendo de las circunstancias, vamos todos o no va nadie. A diferencia de otros que piensan “vamos nosotros así no vaya nadie”. Queremos unas elecciones que sean realmente una salida y si no lo son, habrá que evaluar otras opciones
A esa oposición que insiste en enturbiar el debate, les decimos que participar en una farsa no está alineado con los principios democráticos con que pretenden arropar sus opiniones. En todo caso, no es el peor escenario que el gobierno compita solo –contra sí mismo o contra candidatos prefabricados– pues se trata de un régimen desprestigiado e ilegítimo, que pocos reconocen, que está internacionalmente acorralado y financieramente arruinado. Nuestra preferencia es clara a favor de un desenlace electoral pero no es incondicional, ni es la única opción que tienen las fuerzas democráticas, eso es bueno que lo tenga claro la dictadura y quienes estén pensando en ponerle el hombro en esta hora agónica.
Dirigente progresista / Vicepresidente ANR del Colegio de Ingenieros de Vzla.