Empresas básicas Venalum y Alcasa llevan más de dos meses sin ver la luz
Aún no hay señales de una pronta reactivación de su producción, a pesar de que Nicolás Maduro prometió el reimpulso del complejo industrial, actualmente más un cementerio de empresas que una zona pujante
Cerca de las 5:00 pm del 7 de marzo, el corazón del sector aluminio dejó de latir por primera vez luego de más de cuatro décadas palpitando en Ciudad Guayana, estado Bolívar. Ese día, a esa hora, se apagaron las 71 celdas reductoras de aluminio que quedaban operativas de las 1.301 que tienen instaladas las empresas básicas Industria Venezolana de Aluminio (CVG Venalum) y Aluminio del Caroní (CVG Alcasa).
¿La razón? La falla eléctrica más larga de la historia de Venezuela, que sometió a toda su población a más de 100 horas continuas sin luz. El apagón nacional pasó una factura bien difícil de pagar para un país cuya actividad económica ha caído más de 50% desde que Nicolás Maduro asumió la Presidencia en 2013: daños y pérdidas de 2.106 millones de dólares solo a causa de las fallas eléctricas, la paralización por unos días de la deteriorada industria petrolera, y el cierre total de las principales empresas fabricantes de aluminio del país tras quedar totalmente inoperativas.
Han pasado más de dos meses desde que Venalum y Alcasa dejaron de producir y aún no hay señales de una pronta reactivación de su producción, a pesar de que Nicolás Maduro prometió el reimpulso del complejo industrial –actualmente más un cementerio de empresas que un antiguo emporio industrial– como parte de su ‘programa de recuperación económica, crecimiento y prosperidad para la exportación’.
“Efectivamente, la empresa sigue paralizada. No se han cumplido las promesas de los socialistas que destruyeron el emporio industrial”, expresó Javier Torres, dirigente del Movimiento 7 de Alcasa
Esto significa que la estatal, que en años anteriores exportaba aluminio para la fabricación de guaya de alta tensión, cilindros neumáticos, émbolos para vehículos y latas de refresco, no produce ni una de las 185.000 toneladas métricas de aluminio primario que con sus tres líneas de reducción puede manufacturar para la comercialización en el mundo. Glencore, una multinacional suiza, era uno de los grandes clientes de CVG Alcasa.
Desde 2009, la producción de la empresa empezó a desplomarse año tras año, incluso después de 2011 a pesar de que ese año el fallecido presidente Hugo Chávez aprobó nada más y nada menos que 403 millones de dólares para reincorporar 100 celdas de producción. En 2009, Alcasa produjo 115.000 toneladas métricas; casi una década después, en 2018, la producción de la estatal se situó en apenas 4.500 toneladas métricas, lo que representa una caída de 96%.
Venalum, por su parte, que cuenta con cinco líneas de producción, tiene una capacidad instalada de 430.000 toneladas de aluminio al año, pero lleva más de dos meses paralizada.
“El gobierno de Maduro prometió que iba a poner operativo todo a mitad de año, y ya estamos a mitad de año y todavía nada, se ve muy lejos, y eso que supuestamente iraníes, turcos, rusos y chinos invirtieron en la empresa, pero en qué invirtieron, la verdad no sé”, dijo el dirigente sindical de Venalum, Franklin Gascón.
Efectivamente, en enero pasado y ante la asamblea constituyente, Maduro dijo: “Si puedo traer capital privado internacional, asesoría, mercado para recuperar una empresa, ¿no lo traigo? ¿me cierro? Si puedo recuperar Alcasa, Venalum, Bauxilum con capital mixto, inversiones y alianzas con empresarios de China, Rusia, de Turquía, de Palestina, de Catar, ¿no lo hago? Porque hay algunos que me acusan: ‘Maduro, cuidado, no te vuelvas privatizador’. No estoy privatizando nada y además todo en el marco de la Constitución y de la ley”.
Gascón recordó que antes de marzo se empezó a reacondicionar 60 celdas reductoras de Venalum y que están listas para reactivarlas cuando lo ordene el presidente de la empresa, Pedro Rafael Tellechea Ruiz. “Por el problema eléctrico, que todavía no se solventa, no pueden de verdad poner operativas Venalum y tampoco Alcasa. No es posible mientras el problema eléctrico no haya sido corregido en su totalidad o por lo menos por la mitad para que le puedan dar electricidad a las empresas. Su consumo de electricidad es muy diferente al de las empresas del hierro”, dijo el sindicalista.
Además, Bauxilum, principal proveedor de Venalum y Alcasa, pues fabrica alúmina –insumo básico para la producción de aluminio–, tiene tres de cuatro calcinadores parados. El 14 de abril, un calcinador de la estatal fue reactivado luego de un año y siete meses paralizado y con un mes de retraso, pues Maduro prometió que sería el 15 de marzo cuando la empresa arrancaría con una producción mensual de 18.000 toneladas. El gobernante sigue sin cumplir con lo prometido.
Despidos
Torres denunció que desde el 1° de septiembre de 2018, cuando entró en vigencia el incremento salarial de 5.900%, con el que Maduro eliminó las contrataciones colectivas con la implementación del instructivo de aplicación para la administración pública, el presidente de CVG Alcasa, Arquímedes Hidalgo, junto con los gerentes, ha despedido a más de 120 trabajadores.
“Alegan faltas injustificadas, pero esas faltas injustificadas son porque la empresa ha incumplido con la cláusula 91 de la convención colectiva del sector Aluminio y con el artículo 160 de la LOT que obliga al patrono a cumplir con el servicio de transporte y traslado para los trabajadores, afectando a 5.190 empleados”, dijo el dirigente.
Efectivamente, el artículo de la Ley Orgánica del Trabajo que mencionó Torres garantiza la provisión de transporte: “Cuando el lugar de trabajo esté ubicado a treinta o más kilómetros de distancia de la población más cercana, el patrono o patrona deberá suplir al trabajador o trabajadora el transporte para ir y venir de su residencia al lugar de trabajo, gratuitamente”.
A los que no han despedido, le prohíben la entrada a la empresa. Además, amenazan con botar a los empleados que no marquen su huella digital y fichen en el portón tres veces por mes, añadió. “Muchos no tienen ni para un pasaje por culpa del salario de hambre que devengan los trabajadores del sector aluminio. Los ‘socialistas’ tienen un listado de 100 trabajadores afectos al gobierno, de la Juventud PSUV y del M21 (movimiento 21) autorizados para su ingreso, además les pagan sobretiempo y bonos solo por asistir a los eventos políticos del usurpador de Miraflores”, agregó el dirigente del Movimiento 7 de Alcasa.
En Venalum, según Gascón, “el personal que está trabajando es el preventivo y los vigilantes, pero además la gente del Movimiento 27, que nunca en su vida trabajó, está metida en la empresa sin hacer nada, le dan todo lo que no nos dan a nosotros que nos lo hemos ganado durante el tiempo que Venalum estuvo operativa”. “Los que salen beneficiados ahorita, cuando están apagadas las celdas, son los que nunca trabajaron, los del PSUV”, añadió.