En Anare la cultura del reciclaje la fomenta la comunidad
Tras unas jornadas de cultura ecologista en Anare la mayoría de los habitantes de esta localidad del Litoral Central adoptó el reciclaje como estilo de vida. Esteban Izaguirre es uno de los lugareños que se encarga de recoger los desperdicios que quedan en las playas y de vigilar que cada contenedor reúna el material que corresponde
Foto: Luna Perdomo
Adriana “La China” Cano, una surfista que visita con frecuencia las playas de Anare, parroquia Naiguatá de Vargas (ahora La Guaira); organizó en 2019 unas jornadas de cultura ecologista en la localidad. Especialistas en la materia que enseñaron a los vecinos, de todas las edades, el impacto que tiene en el medioambiente arrojar desperdicios en lugares no apropiados.
Después de estas charlas la mayoría de los habitantes del pueblo comenzaron a reciclar. “Ellos mismos depositan sus desechos clasificados en los pipotes y están vigilantes de que nadie ocupe con otro tipo de basura los depósitos para el material reciclable”, asegura Esteban Izaguirre, uno de los asistentes al encuentro, y quien lleva muchos años pisando la arena de las playas de Anare en busca de desperdicios.
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Su labor adoptó un enfoque más ambientalista tras las jornadas: comenzó a clasificar y separar los desechos, considerándolos como materiales de reciclaje (cartón, plástico y vidrio) y depositándolos en pipotes específicos dispuestos en varias zonas del pueblo.
“Recojo todos los desperdicios y todo lo que sea reciclable lo meto en los pipotes. Cada tres semanas viene un camión y se los lleva. A cambio pido un poquito de gasoil”, comenta Esteban, de 71 años de edad.
Esteban Izaguirre suma varios años pisando la arena de las playas de Anare en busca de desperdicios | Foto: Luna Perdomo
Reciclaje en las playas de Anare
Para Esteban, que también está encargado de una de las entradas a la playa, todos los días son buenos, pero los fines de semana son mejores. “Los sábados y domingos son los días que más gente viene y hay mejor movida. Entre semana vienen de a tres o cuatro personas, pero el fin de semana sí se pone la cosa alguito regular, como pa’ uno rasguñar”, comenta entre risas.
Cuenta que por años trabajó como descargador de maletas en el Aeropuerto de Maiquetía hasta que logró jubilarse. Luego de eso, la playa ha sido su sustento, porque, además de encargarse del mantenimiento, también controla los accesos en una de las entradas.
Esteban se describe a sí mismo y a la gente de Anare como “luchadores inagotables que aman a su pueblo” e invita a todo el que quiera surfear y disfrutar del mar a visitar las playas de las costas anareñas, pero siempre reciclando lo que deban desechar.
Después de estas charlas la mayoría de los habitantes del pueblo comenzaron a reciclar | Foto: Luna Perdomo