En Cinco Temas: Viaja que viaja…, por Fernando Luis Egaña

Mientras Venezuela se hunde en los abismos -porque son varios-, el señor Maduro y sus amplias comitivas se lo pasan viajando al exterior. En las últimas semanas han ido a México, Rusia, Turquía y desde luego a Cuba. Son viajes millonarios que no se corresponden con un país que padece una catástrofe humanitaria. Y son viajes, casi todos, para endeudar más a los venezolanos. La austeridad es un concepto incomprensible para los jerarcas del poder rojo.
Muy al contrario, les gusta demostrar que controlan el poder en Venezuela y que lo manejan a su antojo. Maduro viaja que viaja, y el país, repito, se hunde y hunde en los abismos.
El cierre de El Nacional
Durante largas décadas, El Nacional fue el diario político más importante de Venezuela. Como El Tiempo de Bogotá, o El Comercio de Lima, o La Nación de Buenos Aires, o El Mercurio de Santiago. No hago comparaciones en cuanto a la línea editorial, sino en cuanto a la influencia en la vida pública del país, que adquirió y mantuvo El Nacional. Pues bien, luego de diversos intentos, la hegemonía roja logró cerrar su edición impresa, es decir logró cerrarlo, porque el acceso al portal digital está notoria y técnicamente boicoteado desde el poder.
Ahora El Nacional pasa a formar parte de una larga lista de diarios cerrados por la hegemonía. Lo de la falta de papel es una de las causas, porque la hegemonía no ha escatimado agresiones de diverso género en contra de la libertad de prensa y la libertad de expresión. ¿Volverá a imprimirse El Nacional? Mientras no haya un cambio político de fondo, la respuesta es no.
Pica y se extiende
Se comenta que el entramado de corrupción de la boli-plutocracia, que está siendo investigado por la Fiscalía del sur del estado de Florida, es tan enmarañado y vasto, que han asignado nuevos fiscales de alto nivel para las investigaciones correspondientes. Los casos se suceden en cascada. Hay nombres que no sorprenden y otros que sí. Es lamentable. Pero viendo las cosas en perspectiva el avasallamiento de la corrupción ha sido muy fuerte en varios ámbitos de la política y del «periodismo». Y no sólo de color rojo sino multicolor.
Todo lo que esté documentado es muy probable que sea encontrado por los fiscales y sus equipos de sabuesos y, más temprano que tarde, vea la luz pública. Debe haber no poca gente corriendo o tratando de pasar agachada. Será difícil que los implicados puedan salirse con la suya, y más todavía cuando todo esto pica y se extiende
Almagro
Si alguien merece ser reelecto, es el Secretario General de la OEA, el socialista uruguayo Luis Almagro, que por cierto ha sido duramente combatido y hasta expulsado por el Frente Amplio o la coalición política que viene gobernando en su país desde hace varios períodos, y de la cual Almagro llegó a ser figura importante. El excanciller de Pepe Mujica se ha desempeñado impecablemente en defensa de las aspiraciones democráticas en la región, y de modo particular en Venezuela. Eso le ha ganado aplausos, pero también mucha inquina, mucha saña.
Almagro se ha crecido en el cargo y ha dictado cátedra. Sin nada de las ambiguos melindres de algunos de sus predecesores. No sé si ello significa que ha sido poco diplomático o no. Lo que sí sé es que se ha desenvuelto con los criterios de un verdadero defensor de la democracia.
El «modelo» europeo…
El llamado «modelo europeo», o el estado de bienestar, secular y ultra-liberal, se fue a la … porra… Francia en llamas, Inglaterra dividida, Alemania en latencia de conflictos de gran calado, España en implosión, y mejor no seguir nombrando casos extremos. Claro, el que vive en París, Londres, Berlín o Madrid, y tiene trabajo lucrativo o medios de fortuna, no ve las cosas de esta manera. Tampoco el turista de ocasión. Pero vistos en perspectiva histórica, los tiempos de justificada esperanza están siendo sobrepasados por otros de incertidumbre y, en no pocos países, de aguda decadencia.
Europa ya no parece ser un modelo o un ejemplo a seguir. No todo puede ser negativo y en efecto no lo es, ni mucho menos. Pero la «calidad de vida» de un europeo medio, o se ha deteriorado drásticamente o continúa manteniéndose sobre himalayas de deuda,. Y la crisis de la inmigración masiva no se le ve solución a corto plazo. Ahora bien, no nos equivoquemos: si el «modelo europeo» lucha contra el naufragio, Venezuela yace en el fondo del océano.