En Clínica Popular Catia se burlan en la cara de posibles pacientes de covid-19
Mientras decenas de personas pasan largas horas haciendo una cola para que les hagan una prueba de covid-19, algunos médicos y porteros de la Clínica Popular Catia hacen de las suyas pasando «por debajo de cuerda» a algunos vivos
En la Clínica Popular Catia desde hace un tiempo vienen ofreciendo a las personas la posibilidad de hacerse una prueba contra la covid-19 e incluso de poder hacerse una placa (digital) de tórax si el cuadro del paciente hace presumir complicaciones en las vías respiratorias. Pero algunos médicos, en connivencia con otros funcionarios de este centro asistencial, evitan atender a quienes acuden desde la madrugada a hacer la cola para priorizar a algunos amigos.
Los galenos allí, y hasta el portero que hace las veces de «organizador de la cola», permiten que algunos que llegan directo pasen «bajo cuerda».
El viernes 17 de septiembre, los pacientes perdieron la paciencia ante el descaro, cuando por más de tres horas veían cómo ese portero y al menos uno de los médicos de turno, se aliaban para el chanchullo de la salud.
Aunque es costumbre que el hospital comience a dar ingreso a las personas en la cola por lotes a partir de las 8:00 am, en esta oportunidad, según cuentan los propios afectados, hicieron pasar un primer lote de 10 pacientes pasadas las 9. Al requerir las personas en la cola alguna explicación al personal del hospital se les indicó que el médico de turno llegó «un poco tarde».
Dicen que no es tarde cuando la dicha llega, pero en esta oportunidad la dicha no llegó. Los pacientes que aguardaban en la cola, vieron pasar una, dos y hasta tres horas sin que se permitiera el ingreso a un nuevo lote de pacientes. Al mismo tiempo comenzaron a observar movimientos «extraños» que levantaron suspicacias sobre lo que pasaba adentro. Algunos atestiguaron que a pesar de la lista de nombres hecha por orden de llegada, cuando el portero salió a llamar a personas gritó nombres y apellidos que él mismo no había anotado antes. Otro vieron al funcionario pasando gente «por la puertica» de atrás.
También vieron que el médico salió hablando por teléfono y le hizo indicaciones a unas personas para que se dirigieran a la parte de atrás del centro de salud. El mismo médico también salió en una oportunidad a llamar a una persona por nombre y apellido y no era ninguna de las que seguían en la cola aguardando.
Cuando comenzaron los reclamos lo que recibieron fue un «póngase en la cola». Pero los pacientes se inquietaron a contabilizar tres horas y apenas 10 personas atendidas.
A las 12:30, un paciente airado, de nombre Eduardo Pérez, quien indicó ser diabético, fue grabado en un video en el que contó que era el paciente número diez de la lista, que estuvo desde la madrugada haciendo su cola y hasta ese momento no había sido atendido, a pesar de que se sintió muy mal de salud por una baja de azúcar. Indignado, Pérez afirmó que vio cómo por la parte de atrás de la Clínica Popular de Catia se daba ingreso a otras personas que eran las que eran atendidas por el médico de turno en desmedro de quienes hicieron su cola.
El señor Pérez decidió irse a su casa sin saber si tiene covid o no, pero por su condición ya no pudo aguantar más la espera. Él hizo un llamado al ministro de Salud, Carlos Alvarado González, para que investigue la irregularidad que está sucediendo en este centro de salud, donde algunos médicos y un funcionario indolente parecen estar sacando provecho de la salud y el dolor de las personas.
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