En Colombia la sociedad civil saca el pecho en la crisis de migrantes
Los efectos colaterales de las medidas implementadas por el gobierno del presidente Duque para el control de la pandemia del covid-19, han sido devastadoras para la estabilidad de miles de familias de migrantes venezolanos
“Desde que inició la pandemia, gracias a nuestros ahorros hemos sobrellevado la situación, pero esto se alargó más de lo que podíamos cubrir…actualmente nos encontramos sin alimentos y queríamos ver quien nos pudiera brindar ayuda”
Mensajes como el de Luis Rondón, músico venezolano de 24 años en Bogotá, se multiplican en las redes sociales de la embajada de Venezuela en Colombia y en las 190 organizaciones sociales y fundaciones, reunidas en la plataforma, Gran Acuerdo Venezuela, y que brindan ayuda humanitaria a los migrantes en todos los departamentos colombianos.
Lea: Colombia habilita corredor escolar para garantizar educación de niños en la frontera
Y hay cientos de testimonios demoledores. Como el de Héctor Pérez, trabajador en las calles de Bogotá, con un niño de cuatro años, su mujer embarazada quien clama por ayuda urgente: “Ya no tengo para pagar el techo donde vivimos y la comida se nos acabó”
En Colombia los efectos colaterales de las medidas implementadas por el gobierno del presidente Duque para el control de la pandemia del covid-19, han sido devastadoras para la estabilidad de miles de familias de migrantes venezolanos que se encontraban en el país en el momento en el que se implementó la cuarentena obligatoria.
Según cifras de Migración Colombia, con corte al 31 de diciembre pasado, más de un millón 770 mil venezolanos se encuentran radicados en este país. 58% de ellos, según la misma entidad, se encontraban en condición irregular.
Además, un estudio del Observatorio del Mercado de Trabajo de la Universidad Externado de Colombia, publicado en febrero pasado, señaló que el 75% de estos migrantes trabajaban como informales y solo el 25% estaban en el campo laboral formal.
Al cruzar las dos variables se encuentra a un grueso de la población migrante venezolana en Colombia, en condiciones de irregularidad y sin ingresos ya que la cuarentena obligatoria ha cerrado sus fuentes de trabajo.
Temor por desalojo
Encerrados, si alimentos y amenazados por medidas de desalojo, unos 15 mil migrantes, según estimaciones extraoficiales, retornan a Venezuela buscando un alivio a sus penurias. Pero esto es apenas una minúscula parte de la totalidad de los migrantes.
Desesperados por la situación buscan apoyo en la Embajada de Venezuela en Colombia, cuyo representante, Tomás Guanipa, nombrado por Juan Guaidó y reconocido por el gobierno de Duque, abrió hace dos semanas, un registro y formato electrónico en la página oficial de la embajada para que allí venezolanos plantearan sus necesidades y urgencias. En los primeros cuatro días del registro más de 7 mil migrantes venezolanos de toda Colombia, habían planteado situaciones como desalojos, falta de alimentos y medicinas.
Y el registro ha venido creciendo en el transcurso de los días. A través de sus redes, el embajador Guanipa, llama a un esfuerzo entre organizaciones internacionales y nacionales para poder brindar ayuda a los miles de venezolanos en condición precaria debido a la crisis del covid-19.
“Nosotros como embajada estamos coordinando y haciendo posible el trabajo de las organizaciones humanitarias. Daremos una mano amiga en la medida en que consigamos el apoyo de ONG multilaterales y cooperación internacional que esté dispuesta a ayudar a los venezolanos que estén pasando necesidades”Así lo señalo en el marco de una actividad de apoyo alimentario realizada con las organizaciones Save the Children y Juntos se puede.
Gran Acuerdo Venezuela
Por su parte la plataforma Gran Acuerdo Venezuela ha venido realizando actividades de apoyo a la población migrante en varios departamentos de Colombia mediante la entrega de mercados, medicinas y orientación legal. Esto se ha hecho mediante donaciones de instituciones, empresas y particulares
Rebeca Ojeda, representante del GAV, señaló que en Bogotá, Boyacá y Cali se han entregado unos 900 mercados y ayudas en los últimos días. Por su parte Alba Pereira, de la Fundación Dos Tierras, en Bucaramanga, viene entregando más de 400 comidas calientes diarias desde finales de marzo y Anny Uribe de la Fundación Cultural Simón Bolívar de Tunja, con el apoyo de empresarios colombianos y venezolanos, entregó el pasado fin de semana 300 mercados a migrantes en condición de vulnerabilidad.
Lo mismo están haciendo Fundaciones como “Nueva Ilusión”, con la colombiana Patricia Salguero al frente, en Los Patios, Norte de Santander, en donde se preparan alimentos, 500 platos al día, para los migrantes que están retornando a Venezuela, caminando, por la misma ruta que emprendieron hace tiempo. “Lo hacemos a pesar de las prohibiciones de movilización y control”. La consigna de su equipo es clara: estos seres humanos no pueden quedarse sin comer y pasando necesidades.
Así ocurre en otras ciudades colombianas en donde las organizaciones integrantes del GAV entregan a diario 8, 12 o 20 mercados y ayudas a la población. Las ayudas son insuficientes frente a la demanda de apoyo, pero esta acción demuestra que la sociedad civil organizada, migrantes venezolanos y colombo-venezolanos, están esforzándose al cien para una crisis social de enormes proporciones.
Reportaje: La Nación