El Paraíso cumple un año con las aceras rotas y sin esperanza de ser reparadas
Los vecinos de El Paraíso tienen que bajarse a las calles exponiéndose al paso de los carros o transitar por un camino de tierra, arena y piedras porque aún la alcaldía del municipio Libertador no concluye la obra
Hace un año, las viejas aceras de la avenida Páez en la parroquia El Paraíso, que presentaban severos daños por la acción del tiempo y el crecimiento de los árboles, fueron rotas desde la Plaza Washington hasta la redoma de La India, en ejecución de una obra de la alcaldía del municipio Libertador que tenía como objetivo dotar de nuevas aceras a esta importante zona ubicada en el suroeste de Caracas.
Sin embargo, pasaron meses hasta que algunas de las aceras comenzaran a ser vaciadas con concreto. Entrado el 2019, la mitad de las mismas eran aún de tierra, quedando al desnudo los ductos de agua y electricidad. En marzo del presente año, muchas de las aceras estaban concluidas, pero no así los muros bajos para evitar que los peatones pasen a la calle antes de los puntos de cruce en las esquinas, dejando al descubierto la armazón con cabillas que pone en riesgo la seguridad de los miles de transeúntes obligados a caminar por la inconclusa obra.
Así que pasado un año, algunos vecinos de la zona relataron a TalCual que el prometido remedio para unas aceras deterioradas se ha convertido en un mal peor que la enfermedad original. Los peatones tienen que bajarse a la calle en las partes que siguen rotas, exponiéndose a ser atropellados; algunos vecinos han tropezado con la armazón de cabillas y se han caído, especialmente personas de la tercera edad y de noche, pues por el alumbrado deficiente en la zona no se ven las cabillas.
La señora Hilda González comentó que cuando llueve la situación empeora porque se forman enormes charcos en las partes donde faltan las aceras y si las personas no van bien pendientes caen en ellos o, si se percatan a tiempo deben bajar a la calle y también son mojados por el agua que levantan los carros que pasan.
«Ya cumplimos un año desde que las rompieron y las dejaron así», continúo la señora González quien aseguró que antes las aceras estaban mal, pero que ahora la situación empeoró. Añadió que ha sabido de personas que han tenido problemas con los alambres que están en las áreas inacabadas, lo que les ha producido caídas o daños en los zapatos.
Estos males se suman al que representan las viejas aceras que aún quedan y que están completamente dañadas.
Carlos Carrillo contó que los trabajos comenzaron con una campaña de «chamba juvenil» (un programa social del gobierno de Nicolás Maduro), pero que luego no hubo continuidad. «Rompieron una tubería y los vecinos tuvieron que llamar a trabajadores privados para arreglar el daño porque Hidrocapital no se hizo responsable», aseguró.
Señaló que han sido los ancianos los que han tenido los mayores problemas. «Espero que la alcaldesa, Érika Farías, se aboque a terminar esta obra», expresó.
Según comentaron otros vecinos los últimos trabajos se hicieron a mediados de marzo de este año, cuando, en época del apagón nacional que vivió el país, fueron vaciadas las últimas aceras que se trabajaron y se encofraron algunas que quedaron a la espera del concreto.