En La Guaira, Caracas y Miranda las fallas en la recolección de basura están a la orden del día

Vecinos de Caraballeda, La Vega y Guarenas piden a las autoridades una solución a la acumulación de basura y a las fallas del servicio de aseo
“Los que tenemos vehículo llevamos las bolsas de basura hasta el botadero; los que no, le pagan a los cortamontes o los domingos pasa una pick up y pide como pago un artículo (alimenticio) o dos dependiendo de la cantidad de basura”, cuenta Sandrine Figuera*, residente de un urbanismo de Caraballeda, parroquia del estado Vargas (ahora La Guaira).
Las fallas de en la recolección de desechos y los botaderos improvisando son una queja constate de los habitantes del Litoral Central.
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Sandrine indica que el aseo urbano pasa una vez al mes por su sector.
“Me atrevo a afirmar que el estado en general da vergüenza. Las personas no se responsabilizan de sus desechos y las autoridades no cumplen a cabalidad. Nada más observar el estado en que los bañistas dejan las playas es un ejemplo de la falta de cultura que existe”, concluye.
«La acumulación de basura es terrible»
En la urbanización Palmar Este, al final de la avenida Acapulco de Caraballeda, “la acumulación de basura es terrible y desesperante. Vemos con rabia, impotencia y decepción y tristeza como personas de otros sectores lanzan la basura en un espacio que han convertido en vertedero de basura. Como no tenemos apoyo de los entes gubernamentales, la comunidad se ha visto en la obligación de buscar soluciones por su cuenta, como quemar la basura; pero esto ocasiona graves problemas respiratorios en los habitantes de la comunidad”, cuenta Gabriel Paredes*, también habitante de Caraballeda.

Urbanización Palmar Este, al final de la avenida Acapulco, Vargas | Foto: Cortesía
El varguense considera que una “solución real” sería contar con apoyo de algún ente gubernamental, “para que envíen camiones de forma constante a recoger la basura. También se convertir este espacio en un lugar de recreación, deportivo, que contribuyan con el sano esparcimiento”, explica.
Mientras que en la vecina parroquia Macuto, en la avenida Intercomunal, pasa el aseo todos los días, «pero el personal, últimamente, se dedica a revisar primero el contenido de las bolsas antes de echarlo al camión, a veces recogen todo, otras no”, aporta María, también varguense.
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En Guarenas y La Vega narran la misma historia
En Los Naranjos de Guarenas, municipio Ambrosio Plaza de Miranda el panorama es el mismo: “la basura y el monte forman una montaña enorme que, a parte de la contaminación que ocasionan, también se prestan para que los delincuentes se escondan y roben a los vecinos. En varias oportunidades se les ha avisado a las autoridades, pero estos hacen caso omiso”, señala José Carrasco, residenciado en la zona 5 de Los Naranjos.
La recolección de basura es una de las tantas fallas en los servicios públicos que atraviesan varias comunidades de distintos estados del país. Es un servicio vital y al que también se le debe regularizar su operatividad y sincerar los precios.

Los Naranjos de Guarenas, municipio Ambrosio Plaza de Miranda | Foto: Cortesía
“La basura en Caracas es bastante fuerte porque a veces no viene el aseo y todo se abarrota horrible. Yo he caminado por sitios llenos de gusanos”, cuenta Sorangel Briceño, habitante de Los Paraparos de La Vega.
Briceño indica que en la zona donde vive el botadero no queda cerca de su domicilio, “queda abajo. Hay un solo basurero y alcanza. También algunos actores de la comunidad apoyan en limpiar el vertedero”, pero que algunas personas “no colaboran”. “Eso de botar la basura es un mal hábito y debemos trabajar en eso. La gente ve ese poco de basura y echa aún más basura”.
Señala que las autoridades deben ser más responsables con la recolección de basura, pero también llama a la colectividad a “tomar conciencia. Queda de nosotros, porque el aseo no pasa frecuentemente tampoco y a veces también se abarrota es por eso, queda en la conciencia de nosotros”, concluye.

Los Paraparos de La Vega, Distrito Capital | Foto: Cortesía
*Se cambiaron los nombres para proteger la identidad de los denunciantes.