En La Guaira subestiman la covid-19 a pesar de las cifras de casos positivos
Vecinos del municipio Vargas (La Guaira) denuncian que en los edificios de la Misión Vivienda Venezuela, ubicados en la entrada de playa Los Cocos, siguen haciendo sesiones de cine popular en las áreas comunes
El pasado 6 de octubre, de acuerdo a las cifras que divulga la administración de Nicolás Maduro, el estado Vargas (ahora La Guaira) lideraba los casos positivos de la covid-19 en el país; que hasta la fecha suma más 4.550 fallecidos por el virus, desde que llegó la pandemia al país.
Aun cuando las cifras desde marzo pasado, cuando comenzó la segunda ola, se han mantenido en promedio entre los 1.000 contagios y 12 fallecidos diarios, en el litoral central no le tienen miedo al virus –y lo demostrado en varias oportunidades, quizá la más emblemática: el repiques de tambor en honor a San Juan Bautista, en junio de 2020– ni acata las restricciones de las semanas de «cuidados especiales», como denomina el gobierno a los siete de días en los que solo deberían operar sectores prioritarios.
Vecinos del municipio Vargas denuncian que en los edificios de la Misión Vivienda Venezuela, ubicados en la entrada de playa Los Cocos, siguen haciendo sesiones de cine popular en las áreas comunes. «Aumentan los casos y hacen cine popular en la calle. Qué horror», indica María Plazas*, notablemente molesta.
El pasado 6 de octubre se reportó que La Guaira había casos activos en 9 de sus 11 parroquias, entre ellas: Caraballeda, Catia La Mar, La Guaira, Maiquetía, Naiguatá. Esa misma noche se realizó la actividad en la comunidad.
Avenida Los dos Caminos de Los Corales | Foto: Cortesía
La basura, otro «virus» desatado en La Guaira
María Plazas también señala que la acumulación de basura y vertederos improvisados son otro «virus» que pulula en la entidad. Explica que en la avenida Los dos Caminos de Los Corales, parroquia Caraballeda, vecinos han tomado dos terrenos para dejar la basura; entre ambos hay un preescolar que se está viendo afectado por la acumulación de basura y, cuando llueve, el agua la arrastra hasta la entrada del recinto educativo.
«La directora es quien ha tenido que buscar y pagarles a unas personas para que recojan la basura las veces que le llega al preescolar. También se ha dirigido a las autoridades y al dueño de uno de los terrenos, pero de las autoridades no ha recibido respuestas; del dueño del terreno, solo la negativa a ocuparse del lugar o buscar una solución», explica.
Plazas advierte que, aunque el preescolar tiene sus espacios cerrados y cuenta con aire acondicionado, a la directiva del recinto le preocupan las moscas y los olores, ya que pueden afectar a los niños.
La improvisación de vertederos de basura se ha convertido en una constante en varias zonas de Vargas ante las fallas en la recolección de basura. En esta entidad, el servicio de recolección de aseo ha sido deficiente desde hace más de tres décadas, especialmente en Catia La Mar y Maiquetía, donde se concentra 70% de la población. Durante la pandemia la situación no ha mejorado.
*María Plazas es un nombre ficticio usado para resguardar la identidad del denunciante.