En la lista universal de beatos se inscribe el nombre de otra venezolana
Carmen Rendiles es la tercera venezolana de una lista de unas 16 personas que tiene abiertos procesos de beatificación, entre religiosos y seglares considerados como factibles a ser elevados a los altares
En medio de una crisis que no tiene parangón en la historia reciente del país, una luz brillará este 16 de junio para el 80% de la población venezolana que dice profesar la religión católica, cuando el cardenal Ángelo Amato, prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos y enviado especial del Papa Francisco, decrete oficialmente la elevación a los altares de Carmen Rendiles.
La venerable madre fundadora de la congregación Siervas de Jesús se convertirá en la tercera beata venezolana y la primera caraqueña con tal privilegio, un honor que comparte con otras dos religiosas: la Madre María de San José y la Madre Candelaria de San José.
Nacida el 11 de agosto de 1903, Carmen Elena Rendiles Martínez fue la tercera hija del matrimonio constituido por Ramiro Rendiles y Ana Antonia Martínez, una pareja de profundas raíces religiosas que inculcó a sus hijos el amor a Dios.
Desde muy joven, Carmen Elena sintió inclinación por la vida religiosa, pero ingresar a un convento no fue tarea sencilla: fue rechazada de varios por haber nacido sin su brazo izquierdo, hasta que fue admitida en febrero de 1927 en la congregación de las Siervas de Jesús en el Santísimo Sacramento, de origen francés.
Durante varios años vivió en Francia y a su regreso en 1935 se ocupó de la formación de aspirantes y novicias hasta 1951, cuando es nombrada Superiora Provincial. Durante ese tiempo encabezó la expansión de la congregación hacia el interior del país (Táchira y Mérida) y Cúcuta (Colombia), además de fundar el Colegio Belén de Caracas.
Fruto de su constancia, en 1965 El Vaticano autoriza la constitución de una nueva congregación independiente de la casa matriz francesa con Madre Carmen como superiora, tras lo cual intensificó su labor educativa hacia niñas de escasos recursos.
La Madre Carmen fallece el 9 de mayo de 1977 a los 74 años de edad, y es sepultada en la capilla del Colegio Belén, que inmediatamente se convierte en lugar de peregrinación de quienes conocieron las virtudes de esta caraqueña que no se amilanó ante su impedimento físico y se empeñó en llevar el mensaje de Dios a todos los venezolanos.
Esa pasión religiosa llevó a abrir en 1995 el proceso de beatificación de la monja, cuyas cualidades fueron reconocidas por la Santa Sede en 2013, cuando la declara ‘venerable’. Un año después se inicia la investigación de un milagro con miras a su beatificación.
El proceso concluyó en noviembre de 2017, y el 19 de diciembre de ese año el papa Francisco aprobó el decreto que reconoce la curación milagrosa de doctora Trinette Durán de Branger, quien sufrió un accidente laboral en 2003 que la incapacitó de un brazo.
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La tercera
A la nueva beata le preceden otras dos religiosas por cuya intercesión ocurrieron milagros que sustentaron su elevación a los altares.
La primera de ellas fue Laura Evangelista Alvarado Cardozo, conocida como la Madre María de San José (25 abril de 1875 – 2 de abril de 1967), una religiosa de la orden de los Agustinos Recoletos cuyo proceso de beatificación se inició en 1978 y concluyo en 1993, cuando el papa san Juan Pablo II decretó la validez del milagro que permitió la curación de la hermana Teresa Silva, inválida por una penosa enfermedad, a quien la Madre le había profetizado su curación años antes.
En 2008, Susana Paz-Castillo Ramírez (11 de agosto 1863 – 1940) ,conocida como la Madre Candelaria de San José, se convierte en la segunda beata venezolana. Fundadora de las Hermanas Carmelitas Venezolanas o Hermanas Carmelitas de Madre Candelaria, el papa Benedicto XVI concedió autorización para su inclusión en el santoral luego de aprobar como milagroso el nacimiento viva de la niña Milagros Candelaria Bermúdez, cuya muerte fue diagnosticada en el útero de su madre, Rafaela Meza de Bermúdez.
Actualmente se siguen otros 16 procesos de beatificación de ciudadanos venezolanos, entre los que se cuentan el venerable doctor José Gregorio Hernández; los obispos Salvador Montes de Oca, Eduardo Boza Masvidal, Tomás San Miguel, Arturo Celestino Álvarez y Miguel Ángel Salas; la señora María Esperanza de Bianchini (protagonista de las apariciones de la Virgen de Betania), las madres Emilia de San José, Georgina y Isabel Lagrange; los esposos Arístides y Adelita Calvani; Lucio León; Amanda Ruiz y Medarda Piñero.