En la Venezuela de los grandes comedores de serpientes, por Beltrán Vallejo

Mail: [email protected]
A propósito del Premio Cervantes 2022, otorgado al poeta Rafael Cadenas, quiero manifestar este humilde homenaje por ese galardón que pone a la poesía y a la literatura venezolana en una cumbre que se aproxima al otorgamiento de un Nobel de Literatura. ¡Gracias poeta por llevar el tricolor venezolano a una cúspide en los logros humanos! La literatura venezolana está de fiesta.
Y también hay que decir que, en el país de los tiranuelos, la poesía irrumpe y con una pedrada de coraje estalla los cristales de la oscuridad. Poeta, usted es esa pedrada contra el Goliat de la inquina, de la maldad, del hambre y de la represión.
Y tomo de su poemario llamado Los cuadernos del destierro esta expresión de «los grandes comedores de serpientes», porque así es la Venezuela sometida a la autocracia desde hace más de dos décadas. Ahora bien, esta irrupción de la poesía nos dice, y le dice al mundo, que no todo está perdido en este país de «grandes comedores de serpientes, sensuales, vehementes, silenciosos y aptos para enloquecer de amor».
Este premio a Rafael Cadenas, los venezolanos debieran considerarlo como el exhorto que algún mago celestial o algún misterio de una gruta profunda o alguna señal del limpio cielo le colocan al país; y creo yo que ese exhorto es para convocarnos a reflexionar, a utilizar la cabeza para racionalizar el presente, considerar el pasado y prepararnos para un futuro que ya nos estalla en la cara.
El premio fue otorgado a un poeta filósofo, que es más pensamiento que emoción, que es más razón que intestinos. Rafael Cadenas es poesía pensada en su crisol, en su lava ardiente de volcán.
Entonces, ya que los españoletes lo premian, ya que un rey larguirucho lo homenajea, pues aprovechemos la lección que arroja este acontecimiento. Y lo más grande de este premio es que se le otorgó a un poeta humildísimo, sencillo, limpio de ruidos, equilibrado, sereno, apacible; y, sobre todo, que no está por encima del bien y del mal, que por cierto este es el gran problema de esta Venezuela que sufre los desmanes de un régimen que se considera precisamente por encima del bien y del mal.
A este amante de las letras que fue premiado, coronado, homenajeado y ungido en Europa, también hay que darle un premio porque es militante de la honestidad y de la verdad; precisamente las grandes ausentes de los acontecimientos políticos cotidianos de una Venezuela liliputiense.
*Lea también: Homenaje a Rafael Cadenas, poeta y escritor, por Ángel Lombardi Lombardi
Pero mucha hablada en prosa; para homenajear a un poeta galardonado como un dios hay que hacerlo en su elemento: en la poesía.
Y me perdonan mis lectores, pero quien escribe es un pendejo que le gusta escribir como los poetas.
En honor a Rafael Cadenas, poeta de la libertad sin ambigüedades y de la paz sin fronteras, un demócrata convencido y otro sufrido hijo de su amado país, aquí una reflexión llamada:
Buenos días tirano
Buenos días vestido de helicóptero.
Buenos días señor del hambre.
Buenos días vil.
Tú, más que destrucción masiva,
eres para mí la orden de cumplir una misión.
Usted, señor tirano, es para mí
una narración de autodefensa,
de resistencia ante sus días de plomo y grito.
Buenos días violencia.
Buenos días mensaje central superabundante de imágenes,
guiños de escándalo,
audiencias de la muerte y cementerio.
Buenos días poder;
tus venas no tienen sangre,
sino la cera de una vela a medias,
temerosa de aquella ventana
que se abrirá cuando pegue el viento.
TalCual no se hace responsable por las opiniones emitidas por el autor de este artículo.