En Mérida recolectaron firmas para la canonización de José Gregorio Hernández
A propósito de la celebración de los 159 años del nacimiento del beato José Gregorio Hernández en la ciudad de Mérida se realizó una eucaristía presidida por el monseñor Helisandro Terán, la cual estuvo acompañada de una recolección de firmas para la canonización del «médico de los pobres»
Autor: Frida Guerrero
Durante el acto de conmemoración del natalicio del beato José Gregorio Hernández, el pasado 26 de octubre, al celebrarse la eucaristía en honor al llamado «médico de los pobres», antes de iniciar el evento los organizadores se encargaron de recolectar las firmas de los asistentes para agilizar el proceso de canonización de José Gregorio Hernández para que, con la aprobación del Sumo Pontífice, pueda avanzar su proceso para santificarlo.
El acto comenzó con el himno a José Gregorio Hernández, que estuvo a cargo de la Coral del Ateneo de Ejido, para luego proceder a realizar una bendición de los espacios donde se ubica el monumento en su honor, ubicado en el municipio Campo Elías de la ciudad de Mérida. Más de 150 personas participaron en la celebración, por lo que monseñor Terán decidió dejar un espacio en el monumento para que los feligreses se acercaran a orar, a pagar promesas y a dejar ofrendas en honor del beato.
La eucaristía estuvo a cargo de monseñor Helisandro Terán, quien dirigió oraciones y se refirió al celebrado como “un ejemplo de que todos podemos llegar a ser santos, no solo los curas y las monjas, pues la vida de este hombre es la prueba fehaciente de que todos podemos ser santos y estar cerca del Señor”, expresó Terán.
El médico venezolano José Gregorio Hernández fue beatificado el 30 de abril de 2022, en Caracas, una discreta ceremonia que se realizó cuando aún estaba en vigencia la medida de confinamiento nacional decretado por el Gobierno debido a la pandemia de covid-19, por lo que asistieron solo 150 personas a la iglesia San Juan Bautista de La Salle.
La causa por la santidad de José Gregorio Hernández suma décadas de gestiones que han logrado un importante avance después del 27 de abril de 2020, cuando el Vaticano reconoció el milagro de la niña Yaxury Solórzano Ortega, quien en 2017 recibió un disparo en la cabeza y sobrevivió sin secuela alguna.