En pleno siglo XXI, 55% de las mujeres no tiene empleo formal en Venezuela
Por cada 100 hombres pobres, hay 120 mujeres en la misma condición, con la desventaja añadida de la discriminación por su género, según se reseña en el reporte sobre la situación de los derechos de la mujer venezolana en un contexto de crisis de emergencia humanitaria «Venezolanas en emergencia»
Cada 8 de marzo se conmemora el Día Internacional de la Mujer. Sí, se conmemora y se reivindica su papel en la lucha por la igualdad y el reconocimiento de sus derechos, pero no se celebra. Se preguntarán ‘¿por qué?’, la respuesta es bien clara: También un 8 de marzo, pero de 1908, 129 mujeres murieron en un incendio en una fábrica de Nueva York, en Estados Unidos, tras entrar en huelga en su lugar de trabajo, para pedir una reducción de jornada laboral a 10 horas, y un salario igual al de los hombres, que tenían la misma carga, y ganaban más que ellas.
En este día de la mujer trabajadora se le rinde homenaje a las caídas en esa huelga, se reconoce el esfuerzo de otras que han marcado hitos en la historia del feminismo, pero también se recuerda que el camino para erradicar las desigualdades entre géneros sigue siendo largo, y que es ahora cuando se necesitan acciones que nos lleven a un futuro igualitario sin estigma, estereotipos ni violencia.
En pleno siglo XXI, apenas 31% de los cargos directivos del mundo son ocupados por mujeres, según reseña Asunto Mujeres. Incluso, la brecha salarial de género se mantiene, pues las mujeres ganan 24% menos que los hombres aun cuando hacen el mismo trabajo. Parte de los motivos de la ausencia femenina en puestos directivos, en el 26% de los casos, se debe a la falta de medidas de conciliación, y en el 25% de las veces, a que son los hombres quienes designan esos cargos.
Ya para 2011, la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, organismo dependiente del Consejo Económico y Social de Naciones Unidas, tenía en agenda como tema prioritario la promoción de la igualdad de acceso de las mujeres al empleo pleno y a un trabajo decente. Sin embargo, entre avances y desaciertos, al menos en Venezuela, esas oportunidades se han visto aún más reducidas por la crisis humanitaria.
Un tercio de la población femenina venezolana no logra generar ingresos para su autosuficiencia, y casi el 52% está fuera del mercado laboral realizando actividades económicas informales que, tal y como lo señala la profesora Ofelia Álvarez en su artículo «Venezolanas en emergencia», sólo son una alternativa de subsistencia precaria.
En el país se registró entre 2019 y 2020, una reducción de participación femenina en la fuerza laboral, aún cuando en el 60% de los hogares venezolanos existe una feminización de la jefatura, que implica que son las mujeres quienes llevan el 51% de la carga familiar. Según datos de la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida 2020, publicada en junio de ese año, sólo 4 de cada 10 venezolanas se encontraba laborando para ese entonces.
«En el caso de los empleadores, solo 3 de cada 10 personas son mujeres, es decir, el 27,4% de la población femenina enfrenta la presencia de barreras generadoras de empleo. También se observó que el 45% de las mujeres cuentan con empleo formal, en comparación con el 60% de los hombres formalizados en el área laboral», explicaba Luis Pedro España, investigador y sociólogo que participó en dicho estudio.
Venezuela, aun excluida de los avances de la región en cuanto a igualdad de género, rezagada en debates en torno al aborto, continúa dándole músculo a la cifra de pobreza en América Latina, que sigue teniendo rostro de mujer: Por cada 100 hombres pobres, hay 120 en la misma condición, con la desventaja añadida de la discriminación por su género.
En el país, la pobreza se personifica en el 72,7% de las mujeres y con una tasa de 32% de actividad femenina, a causa del déficit de ofertas de oportunidades dignas en el ámbito laboral.
Violencia, la pandemia a la sombra
En un país en donde «la mujer es ciudadano de segunda«, no existen motivos para celebrar, sino para continuar con la lucha. Y es que en 2020 ocurrió 1 femicidio cada 34 horas. Y, según se mueven las aguas, este año esa cifra podía ser aún más crítica, pues con los 43 asesinatos a mujeres que se registraron en febrero de 2021, la estadística cambió ligeramente y ocurrió un femicidio cada 33 horas. De acuerdo con datos de Utopix, en un año de pandemia han ocurrido 230 feminicidios.
El Observatorio de Femicidios del Centro de Justicia y Paz (Cepaz) registró 18 asesinatos de mujeres durante enero. Según el monitoreo, 83,3 de los crímenes ocurrieron en el hogar de las víctimas, y en la mitad de los casos las mujeres tenían o habían tenido convivencia con sus agresores por matrimonio o unión de hecho. Estas cifras van en consonancia con las que destacan en Asunto Mujeres, pues dan cuenta de que una de cada tres mujeres sufre abusos o algún tipo de violencia sexual a manos de sus parejas u otras personas.
Si bien, de la región, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, México, Honduras y Argentina son 14 de los 25 países del mundo con las tasas más altas de feminicidio, y Venezuela no figura en esa lista, todo apunta a que pudiese haber un aumento exponencial. Apenas en 2016 la relación era de un feminicidio cada 72 horas, pero cada año la tasa cambia de forma negativa.
Según un balance que ofreció Tarek William Saab, fiscal general designado por la ilegal y extinta Constituyente, sobre el procesamiento de femicidios en el sistema judicial del país, desde 2017 se han procesado 610 casos de femicidio en Venezuela, y sólo 50% han tenido resolución, lo que se traduce que 305 asesinatos de mujeres siguen impunes.
Las supuestas cifras de impunidad que registra el sistema judicial venezolano se mantienen distantes de las que reporta la región. En Latinoamérica y el Caribe los asesinatos de mujeres, solo por su género, han crecido en los últimos años y más del 90% de los casos permanecen impunes. Asuntos Mujeres reseña que a diario mueren en promedio 12 latinoamericanas y caribeñas por el solo hecho de ser mujer.
Diciembre del 2020: El año cierra con 256 femicidios. Un aumento del 53% con relación al 2019
Diciembre, es un mes de celebraciones en familia, pero tambien en los que los femicidios igualmente alcanzaron a múltiples familias. https://t.co/7GvG2ENCAE pic.twitter.com/dQZ4slLTv1
— utopix (@utopix_cc) January 11, 2021
Lejos de montarse en la ola
A finales de 2020 Argentina se convirtió en otro de los países de la región que legalizó el aborto hasta la semana 14 de embarazo. En el continente, además de Argentina, son tres naciones que permiten la interrupción del embarazo: Cuba, Uruguay y Guyana. Venezuela no es uno de eses. Ha quedado relegada en discusiones de ese tipo.
Múltiples ONG han pedido someter a discusión la ley del Estado en donde se prohíbe tal práctica. Utopix ha sido una de ellas:
«Es una urgencia que el Estado deje de posponer dar un debate franco y sincero sobre la necesidad del aborto legal, seguro y gratuito en nuestro país, ya que es un derecho humano de las mujeres reconocido en múltiples países, mientras acá hacen oídos sordos frente al eco de muchas que solicitamos la despenalización», señalaron recientemente en un documento en el que daban cuenta de los femicidios ocurridos en el país en febrero de este año, y destacaban que una de las mujeres había muerto durante un aborto que no se realizó en las condiciones sanitarias mínimas.
El Código Penal venezolano, que data de 1926 y que fue reformado por última vez en 2005, sanciona el «aborto provocado» con hasta seis años de cárcel. Venezuela sigue siendo un país católico y conservador para muchas señas, y tiene medalla de cartón en lo que respecta a la protección de derechos sexuales y reproductivos de la mujer.
Según dijo la coordinadora de Avesa Magdymar León a France 24, «las penas se reducen cuando el aborto implica salvar el ‘honor’ de la mujer o su familia, y no habrá penas si es provocado para ‘salvar la vida de la parturienta’. Sin embargo, la práctica de abortos inseguros persiste. Las hierbas, los objetos punzantes y otras sustancias, incluyendo fármacos, son los métodos más utilizados.
La despenalización del aborto en Venezuela es una causa que ya lleva más de cuatro décadas sin resultados fructuosos. En 2018 se entregaron proyectos de ley en esta materia a la Asamblea Nacional Constituyente, y se pidió al Tribunal Supremo que se relajara la penalización del aborto. Pero desde entonces nada se ha hecho al respecto.
Tampoco la Asamblea Nacional electa en 2015 avanzó en la legislación. Ahora, en 2021, se tiene un Parlamento de mayoría chavista, con un pastor evangélico entre las bancas de diputados opositores.
Jorge Rodríguez, presidente del órgano legislativo de Nicolás Maduro dijo a principios de enero de este año que «hicimos una consulta que llegó a tener más de 40 propuestas. No puedo darte mi postura, pero todo lo que hagamos será a través de la consulta popular». Esa fue su respuesta ante una pregunta sobre el aborto que se le hizo en un programa de Vladimir Villegas.
Aunque la despenalización de la interrupción del embarazo ha pasado debajo de la mesa durante las últimas cuatro décadas, bien sea porque se hiciera un cambio en la norma o no, una eventual ley, aunque pareciera un proyecto bastante lejano, tendría que hacerle frente a dilemas constitucionales, pues en la Carta Maga venezolana se establece que » Estado protegerá la maternidad a partir del momento de la concepción».