En política, hoy no siempre gana el mejor, por Ángel Monagas
Twitter e Instagram: @AngelMonagas
Liderazgo y mercadeo político
El conflicto entre Rusia y Ucrania sigue ocupando los titulares principales y la atención de la opinión pública. Más que las causas sobre el inicio de esta asimétrica guerra, el enfoque se basa en el daño, las consecuencias para el pueblo ucraniano y el ruso. Ancianos, mujeres y niños han sido los más vulnerables.
En paralelo hay una guerra mediática, donde ambos sectores pudieran tener aciertos, con un gran sacrificio de la verdad.
Hay un componente publicitario, de mercadeo, obviado por la Unión Europea, por el bloque comunista y por la prensa internacional.
Siento que ya lo importante no es quien gane. Eso no es lo que se debate. Quién sufre más las consecuencias es la principal motivación.
Las nuevas tecnologías de la comunicación nos impiden saber con certeza, quién dice verdad y quién miente.
Yo prefiero apostar y como es mi naturaleza me anoto con el más débil: Ucrania.
Democracias y autocracias
El mundo actual mantiene una dinámica alrededor de lo que se llaman democracias y las que son autocracias.
Peor aún, muchos llegan por vía democrática, criticando modelos militaristas, comunistas y luego al instalarse, operan igual. Lo primero que hacen es crear milicias.
Yo he llamado este fenómeno, desde hace muchos años las “nuevas dictaduras”.
No llegan por vía de las armas de fuego, ni uniformados de militares o cuerpos de seguridad.
Las agresiones ahora son a través de los medios de comunicación y las redes.
Los gobernantes modernos, no buscan exclusivamente un buen jefe de gabinete o vicepresidente, tampoco una estructura gerencial de gobierno, sino un «amo del Photoshop político», capaz de montar y coordinar comandos completos para hacer la guerra: Laboratorios comunicacionales. Juegan con premisas que pretenden imponer. Es la nueva guerra.
A diferencia de siglos pasados los líderes requieren de buena presencia física, si es posible y buen verbo.
América Latina tiene una alta producción de esta clase:
Daniel Ortega, Bukele, Hugo Chávez, constituyen un buen ejemplo. Llegaron por votos. Voluntad popular. Al instalarse fueron marcando la ruta de lo que serían.
Cuando la opinión pública y el propio gobierno de Estados Unidos reacciona, es demasiado tarde. No es la primera vez que sucede esto con el «Tío Sam». Sucedió en Cuba, Afganistán y Panamá.
Control mediático
No les preocupa la prensa. Tienen las redes. En ellas se debaten variados intereses y compiten infinidad de autores.
Las redes informan y «desinforman». Comunican con mensajes prediseñados para expresar lo que la gente quiere escuchar.
¿Combatirlas?, No es alternativa. Su poder extinguió la tradicionalidad de la comunicación. Periodista, hombre de medios, que no lo entienda estará destinado a desaparecer.
Es el sexto poder. Tiene reglas, técnicas, escuela, donde todos pueden formar parte de una u otra manera.
Como las pandemias, las redes han cambiado la política. Las han hecho más peligrosas. Más dañina para los pueblos, especialmente los menos educados y críticos.
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Lo bueno de todo esto es que su poder, si no se sabe ejercer, para bien o para mal, puede ser breve. De corta duración.
Observen esto, siempre me ha llamado la atención, la corta duración de los éxitos musicales modernos, mientras que hay canciones que tienen más de 100 años y aún su letra se recuerda.
Una de las causas es que a diferencia de las actuales, el compositor o productor musical no era una máquina, generando todos los años temas con el único interés económico. Si lo había evidentemente. Por encima de ello había vivencias, experiencias, anhelos que se compartían. Además del afán de lucro existía inspiración, sentimientos. Los cantantes debían cantar de verdad y no como ocurre hoy día que con los efectos de sonido, hasta los mudos “cantan”.
Igual ocurre con la política. No volveremos a ver, un Winston Churchill, Kennedy, un Eliecer Gaitán, Rómulo Betancourt, entre otros.
Había escuela y no simple “marketing político”.
En Venezuela y también en otros países, cualquier pendejo es concejal, diputado, Alcalde y hasta Presidente. Vean el ejemplo de Maduro.
Líderes de barro, sin nada en el cerebro, con una gran capacidad de manipular, de ejercer el poder generando terror, miedo, agresiones.
Fenómenos como Chávez, Fidel, que fueron líderes negativos, igual que Lula Da Silva, se basaron en el concepto latinoamericano de liderazgo: Sufres por ellos, pasan hambre por ellos, destruyen tu país y sigues votando por ellos. Encantadores de serpientes, vendedores de neveras en Alaska, que igualmente existieron en el pasado: Hitler, Mussolini, etc.
Las nuevas generaciones
Hay una nueva generación, la zeta «Z», los millennials y ya viene la generación Alpha, hijos de las dos primeras mencionadas.
¿Está nuestra clase política conectada con ellos?
Para nada. Lo más dramático es que perdieron hasta la base de apoyo de los «adultos contemporáneos».
El elemento ideológico tradicional está desfasado. El que no maneja el idioma de la internet, la computación, los juegos de vídeos, es un analfabeta funcional.
Nuestra sociedad debe ocuparse de que nuestros políticos se adapten a estas generaciones, que ya empiezan a mandar, a imponerse. Peligro porque hay muchos «lobos con piel de oveja» que si lo saben hacer y pueden llegar al poder, ocasionando mayores daños. Tipos como Lacava que hace apología de un elemento diabólico como «Drácula» es necesario neutralizarlo, utilizando sus propias armas. Pasó con Bukele en El Salvador y resulta que es un tipo genéticamente hecho para gobernar autocráticamente, quien se le oponga es «infiel» y debe pagar. La prensa libre, debe ser aniquilada. Manejar los organismos de seguridad para sus fines y el poder judicial para castigar a sus enemigos.
Lacava, intenta suavizar la imagen de un ser sediento de sangre como «Drácula». Es famoso por hacer muchas conductas. Ya la visión de nuestros jóvenes en Carabobo hacia el “satanismo” ha cambiado. No lo subestimen.
¿A dónde nos conduce ese tipo de liderazgo?
Lo más grave, mis queridos lectores, es la poca importancia que le ha dado al asunto la sociedad civil y la opinión pública. Karl Popper, estudioso alemán advertía que el problema de la democracia es que «no siempre gana el mejor». Cuánta razón tenía. ¿Cómo inmunizar a un pueblo? Que un mediocre llegue al poder, es posible y ha sucedido. El problema es que se admira la «mediocridad», el «populismo barato».
Dios nos ampare.